Sucesos
¿Existen asesinos en serie activos en Venezuela?
6 de marzo, 2022
Por: D' HOY CARLOS
Es quizá la imagen más mediatizada de criminal, la de un asesino oculto a plena vista que entre sombras acecha y sin motivos aparentes somete a las más crueles torturas y mata a quienes caen en sus manos. El mito del asesino inteligente que juega al gato y al ratón con sus víctimas mientras atormenta al detective que le sigue los pasos, pero siempre algún error hace que sea descubierto.
Los asesinos seriales son una categoría de criminales que se hizo notablemente popular a partir de los años 70 cuando en Estados Unidos se produjo una ola de asesinatos bajo características similares, asesinos cuyos crímenes y juicios recibieron tanta atención por parte de los medios de comunicación para convertirlos en estrellas del mainstream.
Descubriendo al asesino
Pero primero es necesario saber a qué nos referimos. Se entiende por asesino en serie a la persona que comete tres o más asesinatos en lugares y periodos temporales diferentes, con lapsos de enfriamiento entre cada crimen que puede ser de días a años, por lo general detrás del crimen se esconde una motivación psicológica.
Se popularizó la idea de que trabajan bajo patrones estrictos, sin embargo la realidad deja en evidencia que varían sus métodos para no atraer la atención de la policía, sin embargo ocurren más o menos bajo las mismas condiciones, mientras que sus blancos comparten ciertas características como sexo, edad, raza y oficio o profesión.
No se trata de un mal exclusivo de Estados Unidos, los hay en Reino Unido, Alemania, España, Portugal, Francia, y en Asia, África y en América Latina, incluso en Venezuela tenemos nuestros asesinos seriales.
Tampoco son un problema surgido en la última mitad del siglo XX, hay evidencias que reflejan que en las décadas de 1910 y 1930 y 1940 hubo oleadas de asesinos en serie, incluso el asesino en serie más famoso de la historia, “Jack el Destripador”, mató al menos a cinco mujeres en 1888. Aun antes, entre 1450 y 1560 al menos 300 de los enjuiciados bajo acusaciones de hombres lobo en realidad eran asesinos en serie de acuerdo a los testimonios que quedaron registrados de sus juicios.
Entonces ¿qué hizo que de pronto se descubriera a estos monstruos? La respuesta es la sistematización de la información policial, la conexión de policías, el estudio y seguimiento de los casos y de los victimarios, el uso de tecnologías como las huellas dactilares, fibras y sobre todo el ADN, así como el manejo masivo de datos, permitió hilar decenas de muertes hasta sus autores.
Asesinos en serie y asesinos múltiples
Aunque se parecen los términos, no son lo mismo, al igual que psicópata y sociópata.
Todo asesino en serie es un asesino múltiple por matar al menos a tres víctimas, sin embargo no todo asesino múltiple es un asesino en serie, la diferencia viene dada por las características psicológicas del perpetrador, en otras palabras la mente del criminal.
Un ladrón o un sicario son asesinos múltiples, matan a sus víctimas, pero sus crímenes no responden a impulsos psicológicos, son sociópatas que actúan por impulsividad, temperamento, no miden las consecuencias de sus actos, son delincuentes comunes.
Mientras el psicópata actúa con planificación, el sociópata es impulsivo.
¿Asesinos seriales en Venezuela?
Si hoy en día es más fácil detectarlos, entonces ¿porqué en Venezuela no hay alertas policiales sobre la presencia activa de este tipo de asesinos?.
Al respecto, el criminólogo Luis Izquiel señala que una de las principales razones es que no hay departamentos dedicados a investigar este tipo de casos, “por lo general se descubren los casos después de detenidos los implicados”.
Izquiel resalta que se investigan los homicidios, “pero el alto índice de crímenes hace que los detectives se encuentren saturados de casos para dedicarse a fondo cada caso”.
Agrega que hay una gran precariedad de los elementos científicos. “La investigación científica en el país es un asunto prácticamente paralizado, por ejemplo las pruebas de ADN antes las hacía el IVIC, y son sumamente costosas, no sabemos si se están haciendo y cuál es la frecuencia con que se realizan esos exámenes, esa área debería estar descentralizada, la policía científica debería hacer sus pruebas y tener sus bases de datos científicas”.
Explica que en otros países los procesados por delitos sexuales y crímenes violentos están en una base de datos de ADN, si en una víctima encuentran semen o sangre, a través del ADN puede ser identificado el depredador, así como si hay otras víctimas. Pero en el caso contrario, si no está registrado, se puede detectar al depredador, estudiar su patrón e intentar detenerlo.
Finalmente señala que es necesario “mejorar la policía investigadora, tiene que ser dotada de elementos científicos para estudiar distintos casos, no solo es buscar la captura final de los delincuentes, es necesario advertir a la población sobre los riesgos que corre”.
Los Hannibal Lecter criollos
Podemos presentar al menos tres casos de asesinos en serie que fueron detenidos por las autoridades nacionales, el más famoso de ellos, Dorangel Vargas, conocido bajo el apodo del “Comegente”, acusado por el asesinato de nueve personas en el estado Táchira entre 1995 y 1999.
Menos mediático, pero no menos letal, Francisco Abraham García Hernández, alias “El estrangulador de Caricuao”, quien fue detenido en 2015 y condenado a 30 años de prisión por el asesinato por estrangulamiento y golpes de cinco mujeres y una niña.
Otro caso con un patrón similar ocurrió en Caracas en 2004 cuando diez indigentes fueron asesinados aplastándoles la cabeza con una enorme piedra mientras dormían. La policía detuvo a un trabajador del aseo urbano por esos crímenes, identificado como Javier Ortega Rojas, alias “El mataindigentes”.
Aun cuando no cumplió la cantidad de asesinatos establecidos en la definición técnica, Nelson Antonio Torrealba Saavedra, alias “El monstruo de Turén”, podría ser incluido en esta categoría. En febrero del año pasado asesinó a dos jóvenes, y de no haber sido delatado por su esposa y detenido seguramente seguiría violando y matando.