Lucila Velásquez era su nombre literario. Se llamaba Olga Lucila Carmona Borjas, y era una mujer apureña fiel representante de una época en que la sociedad luchaba por un país democrático. Con el uso de su apodo literario desplegó una obra poética acuciosa desarrollada en el derecho, los principios humanísticos, filosofía, diplomacia y política.
Se vinculó a la generación literaria de 1948, destacada como "Contrapunto".
Su actividad política la ejerce en los partidos políticos de su tiempo. Se destaca dentro de Acción Democrática y se desempeña desde el exilio en la lucha contra la dictadura de Pérez Jiménez. Desde su exilio en México trabaja su poesía “Resiste”. Aun estando lejos, su vinculación a sus compatriotas era frecuente.
En la democracia de los sesenta y setenta ejerció en la vida pública desde el congreso nacional.
Recibió innumerables premios y distinciones por su obra literaria, lo que la acredita como una dama referencia de su tiempo.
Adicionalmente, con la profunda entonación, en “El árbol de Chernobyl” combina poesía y lamento, dolor y evocación. Pues sólo se recuerda a los difuntos.
En “Memoria de mis días”, una autobiografía publicada un año antes de su deceso, relata encantadores conversaciones que sirven como un relato de vida así como una crónica contemporánea de nuestra patria.
@RafaelMartinezN