Opinión
Acuse de recibo
29 de mayo, 2024
Por: GAMEZ JOSE
“Pero lo que de veras hace falta para que la democracia funcione como es debido no es sólo un sistema democrático, ni siquiera una filosofía democrática, sino una emoción democrática” (G. K. Chesterton)
Hay una emoción que recorre a Venezuela. Una emoción que hace tiempo, no se hacía presente. Esta emoción recorre, con preferencia, los lugares donde se encuentran los más necesitados y olvidados. Al punto que el “hegemón”, acusa recibo del mensaje. Su aparato se mueve en una dirección defensiva. Para entrar en terreno hostil. El de la libertad. Donde nunca ha sido capaz de competir. Esto es lo que hace tan interesante el proceso que vivimos. Denunciar un bloqueo comunicacional, es no reconocer que en el espacio de las redes el bloqueo es mental. Más allá, de conciencia.
No se trata de si estamos o no, en un periodo de transición. Y si me lo preguntaran diría que, en caso afirmativo, se trata de una metamorfosis de inicio indeterminado. Pero no hay duda que los poderosos asumen la realidad. Posiblemente no en toda su extensión e intensidad. Nada fácil, determinar la medida de una emoción. Se trata de una realidad humana difícil de racionalizar. Mucho más de cuantificar. Se cree que las encuestas, son capaces de dar una idea “objetiva” de lo que sucede. La experiencia demuestra que nunca son suficientes, ni confiables. Especialmente cuando lo que se está evaluando, pertenece al orden de lo afectivo o anímico.
Tampoco las movilizaciones son capaces de dar una idea de lo que una emoción significa. El pathos es indeterminado de suyo. Hasta en su moralidad, nunca tiene un signo unívoco. Además se modifica con gran facilidad. Puede ser volátil y poco duradero. Llega un momento en que hay que llegar a la convicción. Transición que pasa, por un camino arduo. El del estudio o el de la organización. Los que lideran la emoción lo tienen bastante claro. Del pensamiento a la acción, hay un trecho. Mucho más si quieres llegar a la estabilidad de ánimo. Hay que reconocer que allí solo llega la verdadera educación. La del carácter.
Limitar el tránsito a la emoción, no significa más que un reconocimiento implícito de su extensión. Quienes manejan la hegemonía, lo ven con claridad. Hasta el momento, el acuse de recibo se ha enmarcado en la estrategia de generar una emoción de sentido contrario. Algo que cuadra perfectamente con la estrategia, de no pisar los fueros de la libertad. Ese terreno en el que nunca han tenido arraigo. Mientras que han demostrado, desde el principio, una gran capacidad de conmover. Hay que dar tiempo al tiempo, para ver los resultados de este intento de reanimar la pasión revolucionaria. El pathos de la lealtad y la continuidad.
“Prueba de que, en esencia, no somos un Estado democrático, es que siempre nos preguntamos qué debemos hacer con los pobres. Si fuéramos demócratas nos preguntaríamos qué van a hacer los pobres con nosotros.” (G. K. Chesterton)
José Antonio Gámez E.
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