Una “Sala de Espejos” para la mujer de hoy
Angerlys Freites asegura que sus mensajes en Spotify, Instagram y YouTube invitan a las personas a que trabajen en sí mismas para así “mejorar nuestro entorno social y humano
      A-    A    A+


Angerlys Freites, comunicadora social egresada de la Universidad Católica Santa Rosa y, en la actualidad, estudiante de la Escuela de Locutores de Chile, conduce Sala de Espejos, un proyecto audiovisual en el que comparte los valores que practica.

Amante del teatro y también cursante de un taller de improvisación teatral, Freites asegura que este espacio le ha permitido consolidar el deseo de invitar a las personas a que “trabajen en sí mismas y de esta manera mejorar nuestro alrededor”.

Nació un 24 de diciembre en Caracas y buena parte de su infancia y juventud tuvieron lugar en las Brisas de Propatria, al oeste de la ciudad. Ahora vive en Santiago de Chile, su nuevo destino profesional y personal desde hace año y medio.

– ¿Cuál ha sido la inspiración de hacer Sala de Espejos?

– Mi inspiración principal fue el deseo de poder compartir con otras chicas los valores budistas que practico (sin hablar de budismo ni religión propiamente) los cuales me ayudan a enfrentar las situaciones cotidianas que aparecen en la vida de una mujer joven, desde una postura que implica valentía, responsabilidad y sobretodo amor propio. Quise que fuera Sala de Espejos, tu entorno, tu reflejo. Resaltar esa inseparabilidad que tenemos con nuestro medio ambiente.

– El espacio que tienes y que sirve de “escenario” para los episodios transmite mucha claridad, ¿es ese el objetivo?

– Quise recrear un escenario fresco, acorde con el formato, agradable a la vista y, por supuesto, fiel a mis gustos para poder sentirme cómoda en mi espacio de trabajo. Creo que el objetivo realmente ha sido demostrar que quiero entregar un contenido lo mejor trabajado posible, desde lo que se dice hasta lo que se ve.

– ¿Piensas en cada segmento, en cada episodio, en una audiencia global o siempre haces un acercamiento a lo venezolano?

– Al momento de crear un episodio mi intención es que pueda entenderme una persona que me escuche en Venezuela, en Chile o en Argentina. Y aunque en ocasiones prevalece mi dialecto venezolano, eso no me complica demasiado porque la mayoría de quienes me escuchan son de mi país, y de cierta forma me permite ser libre en cuanto a decir alguna frase venezolana. Además me resulta bastante cómodo y natural poder expresarme con un lenguaje al que estoy acostumbrada, sin caer en un nivel demasiado coloquial.

– Haces un balance con la frescura sin que eso pese del todo. ¿Dejas siempre un espacio para la seriedad en tus mensajes?

– Yo creo que lo serio ya va en el tema, porque para mí es muy importante, así como lo es, el hecho de ser yo, de mantener mi personalidad sin que eso le reste valor a lo que estoy diciendo. Entonces creo que esa mezcla de frescura, buen humor y seriedad o profesionalismo hace que el mensaje llegue de buena manera a quienes me ven y me escuchan.

Sobre las definiciones

Freites explica que su proyecto está creado para mujeres; sin embargo, “he recibido comentarios de hombres que me escuchan y que han reflexionado bastante con el contenido que he entregado, sienten que lo que hago podría ir enfocado también a ellos. Entonces, probablemente en el futuro venga una segunda temporada que incluya a los hombres.

El proyecto de Sala de Espejos lo comparte con otras actividades en su vida cotidiana, pues tiene un empleo como ejecutiva de cuentas en una empresa de telecomunicaciones, además de otro proyecto: un web show en YouTube que, según explica, “está naciendo y lo realizo junto con mi compañero Víctor Rebolledo. Esto va más orientado al entretenimiento y un poco de comedia”.

- ¿Qué aspectos tomas de esas otras actividades para nutrir las temáticas de Sala de Espejos?

- Hay algo que tienen en común todas las actividades que realizo, y es que me mantienen muy conectada con la gente. Eso me permite observar cuáles son las circunstancias o situaciones más comunes y que por diversas razones son generadoras de sufrimiento o malestar en las personas, especialmente en las mujeres jóvenes. Los temas se nutren mucho de eso: de lo que observo, escucho y vivo. De hecho, los asuntos que he tocado tienen un grado importante de experiencias propias y aprendizaje de lo ocurrido.

– ¿Te apoyas en profesionales para algunos de los episodios?

– Sí, para preparar los temas leo a algunos psicólogos; libros que hablan acerca del tema a tratar; pero principalmente, y como base de mi mensaje, leo a Daisaku Ikeda, filoso budista y mi mentor de vida.


Para ver más contenido como este, visita el portal de Estampas