Engorrosas situaciones marcaron las varias puestas en escena del nativo de Gerona en Caracas
Carnavales y Golpes con Xavier Cugat
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Por Eleazar López-Contreras


El músico, dibujante y actor español Xavier Cugat amenizó los carnavales de 1954 en el Hotel Tamanaco (el hotel había sido inaugurado un año antes). Tal como ocurriera en sus anteriores dos actuaciones en Caracas, se presentó un desagradable incidente cuando un conocido personaje, además de sobrepasarse de tragos, se sobrepasó con Abbe Lane, su cantante y esposa. Cugat se molestó y detuvo la música, diciendo que su orquesta tocaba para gente decente o no tocaba. La Seguridad Nacional intervino en el impasse, pero Cugat manifestó que él más nunca regresaría a tocar, en lo que él calificó como "tierra de indios".

El "rabo" de la rumbera

Había ocurrido que, en un annus horribilis anterior, en los cuarenta, tocaba Xavier Cugat en un rumboso baile de gala en el Club Venezuela. Cuando Norma Calderón cantaba "Mama eu quero", el maestro oyó clarito cuando el hijo de un socio del club dijo en voz alta, que la rumbera cantante tenía "un tronco de rabo". Cugat llamó incivilizados a los venezolanos y abandonó el escenario. El alboroto alcanzó niveles de trifulca cuando Alberto Díaz, presidente de la Corte Federal y de Casación, se sintió ofendido (como suelen hacer los acomplejados nacionalistas) y le replicó: "¡Más incivilizada será su madre!".

La mano vengadora

Para colmo, había ocurrido que, en esa misma temporada, al día siguiente de animar un baile de carnaval en el Hotel Ávila (Entrada Bs. 25; Botella de Whisky servida de cualquier marca: Bs. 100), Cugat fue agredido por el trashumante Alfredito Alvarado, quien le propinó un sonoro pescozón porque el director de orquesta se había negado a acompañarlo a bailar "Alma llanera". El relato de lo ocurrido lo recogió Edmundo Aray en su libro "El rey del joropo": "Yo me puse mi sombrero de cogollo, mis alpargatas con maracas, mi franela y una vela en la mano (…). Cuando me tocó el turno, Ospina (gerente del hotel) se le acerca a Cugat y le dice:

—Cugat, le presento al Rey del Joropo venezolano. Lo hemos traído (con su pareja) para que usted toque y él baile.

Entonces Cugat, con el mayor desparpajo, le dijo:

—¡Oh!, carrramba, yo siento mucho pero yo no poder acompañar al indio porque mi música no es para indios.

Humillado (pero con mil bolívares compensatorios en el bolsillo), Alfredito regresó a su casa, donde su temible padre (el tuerto Alfredo Alvarado), al enterarse del bochornoso hecho, lo conminó a vengar la ofensa so pena de expulsarlo del hogar. "¿Cómo es posible que ese hombre te haya insultado y tú no le hayas dado siquiera un cabillazo?", le espetó el atravesado padre. Así es que al día siguiente Alfredito se fue a Radio Continente y pescó al director de orquesta después del programa, justo cuando éste salía acompañado de su cantante, Lena Romay.

Refiere Alfredito: "La Lina tenía un ramo grande de flores enormes. Entonces yo me metí en el bululú, me acerqué a Cugat y lo paré. ¿Usted se acuerda que anoche me llamó indio? —No, yo no me acuerdo nada—, me contestó. Le zampé un tanganazo en la boca y el hombre quedó groggy. ¡Caraj! ¡Plum! ¡Pam!, y la sangre comenzó a mancharle el esmoquin blanco, y se escucharon gritos: ¡Un loco! ¡Un loco! La gente corriendo, el ramo de flores por el suelo, y aquel bochinche; la gente para un lado y pa’l otro, y Cugat pegado a la pared con un pañuelo en la boca, y el militar de guardia se me vino encima. ¡Un momento!, le grité; el señor insultó a la Patria y a Bolívar. El soldado se colgó su bayoneta al cinto y regresó a su puesto. Pero me agarró un policía: ¡Usted está detenido!".

Alfredito Alvarado fue a parar a la Cárcel Modelo y Cugat, a una clínica. A la mañana siguiente apareció un titular de Últimas Noticias con el dibujo de una inmensa mano negra: "El rey del joropo le da trompada a Xavier Cugat porque insultó a Venezuela".



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