El deporte mundial resiste los embates del Covid-19
A pesar de los despiadados ataques de la pandemia, las Grandes Ligas, la NBA, el golf y el fútbol europeo se apertrechan con disposición y entusiasmo.
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Por Antonio Castillo


La pandemia del coronavirus ha desconfigurado todos los estratos de la sociedad mundial y, por supuesto, el deporte no podía quedar al margen de esta calamidad sanitaria que prácticamente ha distorsionado todo.

Las competiciones a las que estábamos acostumbrados y por las que sentíamos un arraigo particular desde siempre, pues simplemente fueron postergadas, modificadas o borradas del mapa deportivo.

Competencias enclaustradas en nuestro ADN como los maratones de Boston, Chicago y Nueva York, pasando por los Juegos Olímpicos, los torneos de tenis de Wimbledon y Roland Garros, las campañas de las Grandes Ligas, NBA, NHL, los eventos del PGA Tour, los campeonatos de fútbol, incluyendo la Champions y la Europa League, y más recientemente, el circuito profesional de la ATP, se han visto cancelados, o en el mejor de los casos… alterados.


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La NBA en una burbuja

Así las cosas. El Covid-19 ha obligado a cambiar, a ver los deportes desde otra perspectiva, tanto así que la NBA, la liga de baloncesto más importante y exigente del planeta, ha debido modificar su status multitudinario a un espectáculo si se quiere anodino, entre las cuatro paredes de Disney World.

Olvídense de ver las espectaculares clavadas de LeBron James en el Staples Center de Los Angeles, o los certeros triples de Stephen Curry en el Chase Center, en San Francisco. Ahora todo se resolverá en la llamada “Burbuja” de Orlando, donde jugadores, técnicos, árbitros, directivos y periodistas tendrán mayores parámetros de seguridad sanitaria. Serán solo 22 equipos los que lucharán por el anillo de campeón de la temporada 2019-2020.

Y de aficionados en las tribunas… nada.

El beisbol entre altas y bajas

El beisbol organizado también sufrió modificaciones importantes debido a la propagación del coronavirus, sobre todo en Norteamérica.

Es así que se canceló la temporada de ligas menores donde los mejores prospectos desarrollaban su talento con el objetivo a trascender al llamado “Big Show”. Igualmente quedó eliminada la temporada de la Liga Mexicana y solo en Japón y Surcorea se llevan adelante las campañas, aunque con severas limitaciones como la de estadios sin público, o con muñecos de peluche haciendo de fans.

Las Grandes Ligas vieron reducir su calendario en más de 100 partidos, y ahora, con apenas 60 encuentros por equipo, la temporada se antoja por demás impredecible. Paralelamente, los estadios no aceptarán fans.

Muchos peloteros decidieron quedarse en sus casas ante la presencia del letal virus, y los que se arriesgaron a jugar vieron mermar considerablemente sus salarios.

Como ingrediente adicional, en esta temporada de Grandes Ligas de 2020, se implementa por primera vez en 150 años el uso del Bateador Designado en la Liga Nacional, una variante ofensiva que ya se utilizaba en la Liga Americana desde 1973.

Es así que los lanzadores no tomarán turno al bate (salvo excepcionales situaciones), lo cual –hipotéticamente- hará el juego más ofensivo, y en consecuencia, más atractivo a los aficionados.


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El fútbol en Europa

Las ligas europeas de fútbol no se salvaron de la hecatombe y sus negativas consecuencias económicas.

La Ligue 1 francesa no se concluyó, con lo cual los hinchas del París Saint Germain no pudieron disfrutar de los desplantes casi circenses del brasileño Neymar.

Sin embargo, la Bundesliga (primera en desafiar la pandemia), la Premier League, la Liga Portuguesa y LaLiga española, pudieron llevar adelante el final de sus campañas, salvando millones de euros que estaban en peligro de perderse si en definitiva los balones no rodaban por el césped europeo.

Bayern Múnich, Liverpool, Oporto y Real Madrid coronaron en medio de campos minados y finalmente levantar las copas de campeones en unas temporadas inéditas en donde la afición se confinó a las pantallas de los televisores.

El PGA sin aficionados

Igualmente quedaron confinadas a las pantallas las actuaciones de los golfistas Tiger Woods, Rory McIlroy, Justin Thomas, Bryson DeChambeau, del chileno Joaquín Niemann, el venezolano Jhonattan Vegas y más recientemente, del español Jon Rahm.

El PGA Tour salió adelante con torneos sin aficionados en los campos y con la firme promesa de celebrar del 12 al 15 de noviembre el legendario Masters de Augusta, uno de los “majors” con mayor tradición en el golf mundial. No pocos aseguran que el Masters saldrá victorioso en la confrontación directa con un rival despiadado como el Covid-19. En todo caso, las cartas están echadas.