Degustando Brasil en Caracas
Por Génesis Pérez: La mayoría de los platos amazónicos se basa en el consumo de carnes, aves, pescados y frutos del mar afrodisíacos que dan como resultado sabores únicos e invaluables
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La cocina tradicional de Brasil está basada en la combinación de diferentes herencias culturales que al mezclarse generaron resultados tan interesantes como únicos. 

Cuando los portugueses llegaron a las tierras amazónicas su gastronomía se fusionó con la indígena nativa, a la que más tarde se unió la africana, en la época de la esclavitud. Y si bien no todos los platillos tienen los tres ingredientes, gran parte de ellos conservan ese legado.

A ello se incorporan los sabores aportados por la inmigración de alemanes, españoles, italianos, japoneses y sobre todo libaneses dando como resultado una amplia gama de aromas y colores.



Gran parte de la comida originaria de Brasil se basa en el consumo de pescados, carnes, frutas tropicales y afrodisíacas. El arroz, la mandioca y los porotos son los ingredientes principales que suelen conseguirse en casi todas las recetas.

Entre los platos más comunes del país del Cristo Redentor está la Feijoada, basada en una mezcla de frijoles negros, chorizo, tocino y costilla de cerdo. El Vatapá, elaborado con pan o harina, compuesto de jengibre, pimienta, maní, leche de coco, cebolla y aceite de palma. El Acarajé o Acarayé: un bollo elaborado a partir de una masa de judías carillas relleno de camarones, frito en abundante aceite de palma y que por lo general viene acompañado de una salsa de pimienta y Vatapá. 



Para degustar esos sabores únicos, en Caracas encontramos el Café Aquarela, un pequeño restaurante ubicado en Los Palos Grandes y dirigido por Zoraya Abultaif, una mujer de raíces brasileñas y libanesas que presenta una propuesta enfocada en sus orígenes, además de productos de calidad y 100% brasileños.

Entre los desayunos del Café Aquarela están las Esfinhas, unos pasteles hechos de harina de trigo con diferentes rellenos, como el de espinaca y cebolla.

“Las coxinhas también son muy pedidas” dice Abultaif. Una especie de croqueta parecida al Acarajé pero elaborada con harina de maíz y que puede estar rellena de carne molida o pollo; ideal para disfrutar como pasabocas.

“Otra de las cosas que destacan en nuestro menú son los postres. Contamos con una exquisita torta de Brigadeiro con chocolate y maní, y una torta que llamamos Prestigio ya que se elabora con chocolate Prestigio y otros sabores” indica la propietaria. 



Recientemente Café Aquarela inauguró un bodegón en sus mismas instalaciones en el que ofrece al público productos importados de calidad, entre ellos la tapioca, la farofa –que es una harina de yuca– y mezclas para hacer pan de queso o pan de bono, ideales porque no contienen gluten ni lactosa.

Café Aquarela lleva tres años ofreciendo las recetas que conforman el legado de la familia Abultaif.


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Fotos: Cortesía