“La Chinita baja, ve nuestros problemas de cerca y nos ayuda a resolverlos”
Por Pedro Rojas: Noviembre es tan especial para el Zulia y como para Marianela Barradas, una caraqueña con 26 años en Maracaibo, que muestra su adoración por la Virgen de Chiquinquirá
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Para Marianela Barradas, del Grupo de Oración Agua Viva, la celebración anual de la Virgen de La Chiquinquirá es un momento muy especial que cada año comparte con entusiasmo y alegría pues, según apunta, la fe y la esperanza plenan el sentimiento de los zulianos y de buena parte de Venezuela.

“El último sábado de octubre es la bajada de la Virgen y ese es el primer gran trabajo para quienes somos parte de este momento de fe en el Zulia. Ese día repartimos los pasquines, programas que informan a las comunidades cercanas acerca de las actividades para celebrar a la Virgen”, explica.

Días antes se hace una misa y se encomienda la celebración a La Chinita “para que todo salga bien”.

Cada año la Virgen luce un manto diferente, hecho por diseñadores venezolanos. “Son tres específicamente, el 26 de octubre tiene uno, el 18 de noviembre luce otro y el 1° de diciembre, cuando sube al nicho, lleva otro. Allí permanece todo el año” cuenta Barradas.

“La alegría durante la espera es como una renovación de la fe. Al bajar La Chinita nos da la sensación de que va a ver todos nuestros problemas más de cerca y nos ayudará a resolverlos”, explica Barradas.

Desde su nacimiento
Los Servidores de María son personas consagradas por sus madres, desde pequeños, para cargar a la Virgen; aunque también hay quienes se suman de adultos a esta actividad, destaca Barradas. Hay muchos grupos de apostolado como la Cofradía del Sagrado Corazón de Jesús, las Hijas de María, las del Santísimo Sacramento, etc. Pero son los Servidores de María los encargados de colocar a la Virgen a un lado del templo para que los fieles puedan acercarse y venerarla.

La noche previa al 18 de noviembre se ofrecen serenatas en honor a la Virgen interpretadas por grupos de gaiteros, entre los que destacan Los Chiquinquireños, mientras los feligreses manifiestan su fe esperando turno para acercarse a la tablita que refleja la imagen venerada. Es un proceso que requiere el apoyo de las fuerzas de seguridad del Estado pues se hacen largas colas “para besar la tablita en tanto que la Guardia Nacional y los Servidores de María cuidan la reliquia”, indica.

“La gente aguarda con mucha esperanza. Ese día de la bajada sale en procesión por las zonas aledañas; alcalde y gobernador se unen a los benefactores para hacer la procesión que regresa casi a la medianoche”, relata.

Música y celebración
“Cada año la festividad tiene un slogan y el de 2019 es ‘María es madre de todos y dignidad de un pueblo’, esto por el estado Zulia.

Tradicionalmente, el 17 de noviembre se inicia el amanecer en la feria, “el pueblo espera la llegada del 18 y en los lugares comerciales hacen fiestas.

Frente a la Basílica se coloca una tarima custodiada por la Guardia Nacional. “El año pasado estuvo la Billo’s Caracas Boys y este año esperamos la sorpresa musical”.

A las 12:00 de la medianoche hay un repique de campanas que anuncia el día de la Virgen y empiezan las misas, una cada hora hasta el amanecer. Al grupo de Barradas le toca la misa de las 7:00 am y además revestir a los sacerdotes y obispos para la misa de las 5:00 pm, cuando es la Misa Solemne en la plazoleta de la Basílica y la reliquia sale de nuevo en procesión, “dando un aire de esperanza al pueblo que la sigue por toda la ciudad”, explica Barradas.

El manto usado el 18 de noviembre destaca “la Virgen que sufre” Cortesía.... Los espacios de la Basílica se llenan de fe.


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Foto Principal: Archivo Digital