Con la “Z” del Zorro
Por Mariangela Lando Biord: “En su corcel, cuando sale la luna, aparece el bravo Zorro. Al hombre del mal, él sabrá castigar, marcando la zeta de Zorro… Zorro… Zorro... Zorro… Zorro…”
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A lo largo de 82 capítulos, en tres temporadas transmitidas originalmente entre 1957 y 1961, Guy Williams enamoró a millones de televidentes del mundo entero como el playboy don Diego de la Vega quien, oculto tras un antifaz y una capa, impartía justicia en la California española de principios del siglo XIX como el Zorro.

Don Diego, el único hijo de don Alejandro de la Vega, regresa a su Los Ángeles natal convertido en un hábil espadachín y en un jinete sin igual tras sus años de estudio en Madrid. Al descubrir las injusticias y abusos en la colonia española en México, decide esconder sus dotes de luchador y, oculto tras un traje, capa, sombrero y antifaz negros se enfrenta a bandidos, militares y funcionarios corruptos que abusaban de los buenos y honestos habitantes de California.

Un sirviente mudo, Bernardo, lo ayuda fielmente en su batalla contra la potencia colonial y para frenar a ladrones y malhechores que azotaban las tierras californianas. Su caballo negro Tornado obedecía a sus silbidos, lo salvaba cuando estaba en dificultades y se enfrentaba a la adversidad por su dueño que, a los ojos de la sociedad, sólo se dedicaba a leer, bailar, cantar y enamorar a las chicas de la zona.

Los capitanes Monasterio, Briones, Arrellano y Mendoza trataban de imponer su ley y usaban como peones al bonachón sargento Demetrio López García y al inocente cabo Reyes. Mientras tanto, el capitán Arturo Toledano era honesto y un rival de altura para el Zorro.

El gobernador se dejaba llevar por la corriente, mientras el clero hacía lo que podía para salvar a campesinos e indígenas de los abusos de poder.

El Zorro dejaba su firma, una “Z”, tras cada acción y como marca para corruptos, ladrones y abusadores.

Años después intentaron hacer una reedición televisiva sin mucho éxito. En el cine tampoco tuvo suerte a pesar de contar con actores como Antonio Banderas, Catherine Zeta-Jones y Anthony Hopkins en el elenco de la versión de 1998, La máscara del Zorro.

Y es que Guy William hizo de don Diego/Zorro un héroe inmortal, honesto, valiente, con valores y sentido del humor. El sargento García y el cabo Reyes siempre se llevaban la peor parte, pues sus jefes les exigían atrapar a un “rufián” más inteligente y hábil que ellos.

La taberna/posada era el lugar de encuentro y conversación, y los muebles volaban por los aires un capítulo sí y el otro también, pero al día siguiente los muebles seguían allí, como si nada hubiese pasado. El fuego devoraba el cuartel o las haciendas, y en el próximo episodio no se veían señales de lucha, pero bueno…

Ya no hacen series como así: Divertida, con picardía y humor pero también con mucha inocencia.