La Habana cumple 500 años
"La Habana es un estado de ánimo", dice el historiador de la ciudad, Eusebio Leal Spengler, encargado de remozar fachadas y balcones para la ocasión
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Fundada por los españoles el 16 de noviembre de 1519, se llamó inicialmente Villa de San Cristóbal de la Habana y su primer gobernador fue Diego Velázquez de Cuéllar.

Declarada por la Unesco patrimonio de la Humanidad en 1982, la ciudad creció enriquecida por diversos tonos de piel y religiones para formar una de las culturas más completas del mundo. Desde sus oriundos taínos hasta chinos de Macao, Hong Kong y Taiwán, que se unieron en los campos de caña de azúcar a los esclavos africanos, pasando por españoles, franceses e ingleses, no es raro que haya originado mulatos de ojos azules que, vestidos de blanco, hacen alarde de su santería, producto de la fusión del cristianismo con los dioses traídos de África.

En cuestiones de música, sello de la cubanidad, Celia Cruz junto con agrupaciones como Buenavista Social Club, Irakere o La Nueva Trova Cubana son habaneros emblemáticos; como también lo son José Lezama Lima y el propio José Martí en asuntos de poesía.

Pero la estrella más destacada es la ciudad misma donde, entre palacetes desvencijados, cafés, “paladares” (restaurantes), librerías y anticuarios, la vida se mueve a ritmo de son cubano.

La Habana es pura historia y sitios como La Bodeguita del Medio y El Floridita se dieron a conocer gracias a la novela El viejo y el mar, de la pluma de Ernest Hemingway.

También destacan el Hotel Inglaterra, el más antiguo de Cuba; el Hotel Sevilla en la calle Trocadero; el legendario café La Pelota, en el barrio El Vedado, y en cuyas paredes aún cuelgan los retratos de Fidel Castro y Camilo Cienfuegos, además del infaltable El Malecón, el sitio más visitado de la isla y convertido en el signo que la identifica.

Cuenta la leyenda que también es de La Habana el mítico Chacumbeles, el policía que se quitó la vida con su propio revólver y en su propio lugar de recorrido, ya que, abrumado por la muerte de su mascota, la traición de su mujer y el fracaso de su carrera circense, no quiso seguir viviendo.