Aplicar imaginación para lograr momentos felices
Por Laura Tirado: No cabe duda que la extensión de la cuarentena pone a prueba nuestro bienestar familiar. Organizar juegos caseros para todos nos ayudará a crear fuertes lazos y divertidas vivencias
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Ahora que compartimos nuestra convivencia por más tiempo de lo acostumbrado valdría la pena echar una mirada al pasado, a los tiempos en que no existían las computadoras, para reencontrarnos con algunas actividades sumamente entretenidas y muy apropiadas para disfrutar con toda la familia, especialmente con los más pequeños, y aprender a sobrellevar las largas jornadas de encierro.

Aquí les dejamos algunos recuerdos de cuando nos atrapaban las infaltables tardes “aburridas” que las madres de antaño bien sabían solucionar.

Stop. Reparta papel y lápiz a cada miembro de la familia. De modo horizontal se dibujan entre 6 y 8 columnas y se asigna una categoría a cada una. Las más comunes son: nombre, apellido, país o ciudad, fruta o comida, objeto, color, animal, canción, artista, etc. Un participante dicta la primera letra y los demás deberán llenar a velocidad todas las columnas con palabras que empiecen con esa letra.



El primero que termine grita Stop y el resto debe detenerse. La puntuación suele ser de 100 por cada casilla llena que no haya repetido palabra entre los jugadores, 50 si la palabra está repetida y 200 para quien haya sido el único en llenar una categoría en cualquier ronda. Gana quien acumule mayor número de puntos. Los jugadores se turnan para dictar las letras.

Listas de palabras. Es un juego sumamente beneficioso para nuestros niños en edad escolar y solo necesita imaginación de parte de quien lo dirige. Se trata de solicitar a los participantes que escriban un número acordado de palabras que empiecen, o contengan, un grupo de letras específicas. Por ejemplo: 5 palabras que empiecen con “emb” (embarazo, embuste, embaucador, embalar, embarcación) o con “del” (delfín, delgado, delicado, delegar, deleite). O que contengan “pro” (provecho, aprobado, aproxima, reprobar, desprotege). ¿Qué le parece una lista de palabras que no tengan letras que suban o bajen? (correremos, exámenes, caminemos, comemos, memorias, reiremos). No hay límites.

Creación literaria. Si a alguno de sus hijos le gusta crear historias pídale que escriba un mini cuento (de solo una página, por ejemplo). O mejor aún, pida que lo hagan en grupo: que cada quien escriba una o dos frases ocultas y se ensamblan al final. Seguro resultará divertidísimo.

Estas actividades proporcionan destreza manual, velocidad de pensamiento y mucho vocabulario y ortografía.

Pero no todo es lápiz y papel. ¿Alguien recuerda cómo transmitir un mensaje por señas? Una de las cosas que más se acostumbraba en las antiguas fiestas era dividirse en dos grupos y tratar de darle el título de una película (o de un libro) al bando contrario. Los ganadores deciden qué premio obtienen: desde un beso hasta un pedazo de torta. Este pasatiempo sirve para ejercitar nuestra memoria y aprender lenguaje corporal.

Una actividad más física y no menos divertida es bailar. ¿A que la población más joven de su casa solo baila rap o algo parecido? Pues resulta que darles un par de clases de salsa, bolero o vals a los adolescentes de la familia termina siendo un pasatiempo de lo más estimulante. Puede que al principio no se animen pero sabemos que se puede negociar la recompensa. Lo que ellos no saben es que será un bien invaluable para su futuro aunque ahora no lo vean así.



Finalmente, recuerden que nunca pasarán de moda los tradicionales juegos de mesa, los que suelen desempolvarse cuando nos quedamos sin servicio eléctrico: ludo, monopolio, sospecha, scrabble, ajedrez, barajas… Lo importante es pasar un rato bien animado y compartido, alejados de los celulares y que, con certeza, pasarán a formar parte de las vivencias que nos acompañarán el resto de nuestras vidas.