Grande entre grandes
Por Mariangela Lando Biord: HBO nos traslada a la Rusia de los zares con la miniserie Catherine the Great
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Catalina II marcó la historia de Rusia. Aunque no fue la primera mujer en gobernar al país –antes lo hicieron Olga de Kiev (945-960), la gran duquesa Elena Vasílievna Glínskaya (1533-1538) y Ana Leopoldina (1740-1751) como regentes y Catalina I (1725-1730), Ana (1730-1740) e Isabel (1741-1762) como zarinas reinantes por derecho propio–, si fue la última.

Llegó al trono imperial por un golpe de estado contra su esposo, el zar Pedro III, y se aferró al poder hasta su muerte, a los 67 años de edad, incluso poniendo a un lado a su propio hijo.

La serie de HBO Catherine the Great o Catalina la Grande nos traslada a la Rusia de los zares en pleno siglo XVIII. Magistralmente interpretada por otra grande, la dama Helen Mirren, nos muestra la vida turbulenta de una mujer que amó a Rusia más que a su Pomerania natal y que amplió sus fronteras y su poder militar, aunque se enfrentó a las usanzas feudales que todavía imperaban en esa época en el país euroasiático.



Nacida Sofía Federica Augusta de Anhalt-Zebst en 1729, cambió su nombre por el de Catalina Alekséievna Románova al casarse con Pedro III en 1745. En 1762 se convirtió en zarina reinante (no consorte) por un golpe de Estado palaciego contra su esposo, quien murió seis meses después.

Desde el 9 de julio de 1762 hasta su muerte, el 17 de noviembre de 1796, gobernó Rusia con mano de hierro y amplió las fronteras hasta Ucrania y Turquía, tomando Crimea y alcanzando el Mar Negro.

Las guerras libradas contra Ucrania y Turquía, la diplomacia con mano de hierro, los roces con la nobleza, la aristocracia y el estamento militar, el surgimiento de líderes autoproclamados entre el campesinado y las luchas de poder entre los Romanov son parte de la trama de esta serie de solo cuatro episodios.

Detalles como las infidelidades dentro de los Romanov, los celos del hijo ante los amantes de la madre y la prohibición expresa de que ninguna otra mujer gobernara nunca más en la Rusia zarista resultan interesantes.

La serie se enfoca en su ambición política, la expansión de su imperio, las intrigas palaciegas y, sobre todo, en sus amantes, sobre todo Grigori Orlov, Grigori Potemkin, Aleksandr Mamónov y Platón Zúbov, entre otros.

A Francisco de Miranda ni siquiera lo nombran aunque la historia indica que tuvo un romance con la zarina a su paso por Moscú y que los presentó el propio Potemkin.

Resaltan de esta serie la ambientación, la escenografía, los vestuarios y la iluminación.

Lo que le falta a esta producción es mayor background y tal vez un vistazo a la vida de Catalina antes de ser zarina y cómo fueron sus relaciones con su suegra la zarina Isabel I y con su esposo Pedro III.

En Netflix se consigue un documental en cuatro partes sobre los zares. Tal vez no coincida con la visión rusa, pero es igualmente interesante.