Ya estamos encima de la Semana Mayor y siendo esta una fecha importantísima para el recogimiento, la oración y la reflexión, también es un momento de pasarlo junto a su familia descansando y aprovechando para mostrarles nuestras tradiciones y costumbres.
Semana Santa en el llano
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Por Álvaro Montenegro Fortique

En la imagen principal  "El Sanjuanote"

En esta era de Covid-19 uno de los destinos turísticos más sanos que usted puede encontrar para su familia en Semana Santa es el llano venezolano. Principalmente porque allá hay muchísimo espacio y las actividades son todas al aire libre. También porque la vida en el llano es sencilla, no hay que estar tan cerca de nadie, el paisaje es infinito, no hay tantas posibilidades de rumba como en la playa, y porque esas llanuras inmensas se prestan para la tranquilidad de espíritu.


Catedral en Calabozo

La última vez que estuve en el llano la pasé tan bien, que repetiría siempre la misma aventura. Salimos muy temprano en la mañana y ya llegando a San Juan de Los Morros, cuando ya teníamos un rato viendo los espectaculares morros que le dan el nombre a la ciudad, pasamos por debajo del Monumento a la Batalla de La Puerta. Es un arco de triunfo impresionante construido en una garganta muy estrecha donde se libraron varias batallas en nuestra guerra de independencia. Es la puerta del llano. Unos minutos después llegamos a San Juan de Los Morros, capital del estado Guárico. Nos dirigimos hacia el centro donde admiramos la estatua que más me impresiona en Venezuela: “El Sanjuanote”, que es una imagen gigante de San Juan Bautista construida en la época de Gómez encima de una colina enfrente a la Plaza Bolívar. Hay que subir por unas escalinatas hasta el pie de la estatua, y desde esa colina se obtiene una bella vista de la ciudad con los morros al fondo. Este Sanjuanote es nuestro “Corcovado”, como llaman al Cristo de Río de Janeiro. El nuestro es un poco más pequeño y criollo, pero impresionante también.


Cementerio Ortiz

En San Juan fuimos el hotel Aguas Termales, que si bien no es el original a donde venía el General Gómez para calmar sus achaques de la edad, sus aguas siguen iguales de curativas que en esos años y el lugar es tan tranquilo como en ese entonces. Además, la construcción del viejo hotel gomero todavía se ve claramente en la entrada del nuevo hotel. Al salir de allí nos acercamos al monumento natural “Morros de San Juan”. Llegamos por un camino muy poco señalado al pie del impresionante morro mayor que deseábamos subir, pero la hora nos lo impidió. Hay unas escaleras precarias que permiten subir hasta la punta del morro, donde hay un faro señalizador. San Juan de los Morros es una ciudad muy interesante que bien vale la pena conocer.


Iglesia de Guardatinajas 

Desde la capital de Guárico seguimos la carretera hacia el sur, buscando Parapara de Ortiz. En media hora llegamos y entramos en el pueblo para visitar su bella iglesia. Parece salida de un cuento antiguo. Por allí nació Joaquín Crespo y su esposa misia Jacinta, quienes tanto dieron que hablar durante años de nuestra historia republicana. La construcción del Palacio de Miraflores la inició misia Jacinta.


Iglesia en Calabozo

Seguimos hacia Ortiz, fascinados con el recuerdo de la novela de Miguel Otero Silva y de su heroína Carmen Rosa. Nos imaginábamos a Sebastián recorriendo a caballo el camino de Parapara a Ortiz todos los domingos, para ver a su amada Carmen Rosa en la misa. La iglesia de Ortiz es realmente una maravilla que merece mil veces la visita. Con sus paredes de ladrillos rojos desnudos y sus cúpulas bien plateadas, representa una de las muestras más interesantes de la arquitectura colonial venezolana, que está bien descrita en el libro de Graziano Gasparini sobre iglesias de Venezuela.




Detrás de la iglesia, al final de la manga de coleo, se encuentran las ruinas del antiguo cementerio de Ortiz. Este cementerio es interesantísimo y recuerda un pasaje de la novela “Casas Muertas”, en el que aparece el personaje de Martica llorando porque le mostraron una calavera entre sus tumbas. Pues ya no hay calaveras y de las lápidas sólo queda una, pero el cementerio conserva intacto todo su misterio y color, como para asombrar a los turistas curiosos que se aventuran por estas llanuras.


Las garzas vuelan por centenares en el hato Masaguarla

Luego continuamos nuestro camino hacia Calabozo, que sigue siendo una de las ciudades más impactantes del llano. Para entrar hay que pasar por el Embalse del Guárico, construido como un sistema de riego en la época de Pérez Jiménez. El embalse ofrece a los viajeros un paisaje único con un lago artificial gigante en medio del llano. Son varios kilómetros antes de la llegada a Calabozo, en los cuales uno aprecia de un lado la enorme masa de agua hasta donde la vista lo permite y del otro las llanuras interminables del estado Guárico.


Las toninas saltan en el rio Portuguesa - Fotografia Sorelia Franco

El centro histórico de Calabozo se conserva mejor que el de muchas otras ciudades llaneras. Se ve que aquí hubo mucho comercio e historia. Sus plazas son espectaculares, las iglesias y las fachadas coloniales de sus casas con ventanas enormes son preciosas, y en cada esquina se respiran esas leyendas que guardan sus aires ardientes. Cerca de la Plaza Bolívar tenía José Tomás Boves una pulpería, desde donde salió a mostrar su crueldad contra los patriotas en la Guerra de la Independencia venezolana. Calabozo fue capital del estado Guárico muchos años. No sé porque todavía la UNESCO no ha declarado el centro colonial de esta ciudad Patrimonio Cultural de la Humanidad, tal y como hicieron en Coro.


Los Morros - en verano

Un poco más al sur de Calabozo visitamos el Hato Masaguaral, que es una reserva donde crían al caimán del Orinoco, para luego dejarlos en libertad cuando son un poco más grandes y se pueden defender de los otros animales predadores. Cada año liberan a unos trescientos caimanes en nuestros ríos, evitando así la extinción de este bravo habitante del llano.


Monumento La Puerta - San Juan de los Morros

Definitivamente venir a llano en Semana Santa es algo que todo venezolano debería hacer por lo menos una vez en su vida. Si usted todavía no lo ha hecho, anímese ahora que es un buen momento para conocer lo más profundo de nuestras costumbres.


Museo de Calabozo

COMO LLEGAR:

Por la autopista regional del centro hasta la encrucijada de Cagua, luego toma la vía de Villa de Cura, San Juan de Los Morros, Parapara, Ortiz, Dos Caminos y desde allí sigue hacia Calabozo y San Fernando de Apure, o se desvía hacia El Sombrero, Las Mercedes y Valle de La Pascua.


Paso de ganado hacia Guardatinajas

DÓNDE ALOJARSE:

El hotel Plaza Real en Calabozo es una excelente opción de alojamiento en el llano. Habitaciones muy cómodas, áreas comunes adecuadas, servicio correcto, un restaurante muy agradable llamado Mastranto, y un área de piscina indispensable para el calor del llano. Teléfono: (0246) 872.30.44

Si le gustan las posadas y vivir las faenas llaneras de cerca, entonces tiene que ir al Hato Las Caretas en Camaguán, al sur de Calabozo en la vía a San Fernando de Apure. El alojamiento allí es tan bueno que pertenece al Circuito de la Excelencia, asociación que reúne a las mejores posadas de Venezuela. Tienen hasta un Museo Casa de la Memoria del Llano que es muy interesante. Allí podrá ordeñar vacas, montar a caballo, elaborar queso llanero, observar aves, relajarse en la piscina o pasear hacia el hato Masaguaral para observar la cría del caimán del Orinoco. Teléfono: (0212) 816.44.69

DÓNDE COMER:

El mejor restaurante de Calabozo se llama “Sonjas ristorante”, y queda en Club Social Italiano, en plena vía hacia San Fernando de Apure. Como entrada el antipasto es de primera, las ensaladas todas frescas y deliciosas, el carpaccio de salmón espectacular y la focaccia rellena con queso crema y jamón serrano es de muerte lenta. Como plato principal los raviolis de auyama son buenísimos, la milanesa de lomito a la parmesana mejor que en Italia, y los ñoquis en salsa Boloña parecen de mentira por lo buenos que son. También sirven unas pizzas vegetarianas extraordinarias, y unas mediterráneas fabulosas.

Para un desayuno típico llanero lo mejor es “El sabor criollo”, en la misma carretera hacia San Fernando. Las cachapas son fabulosas y el desayuno criollo con arepas, carne mechada, queso, huevos y caraotas es casi un almuerzo. Ideal para comenzar un día de faenas llaneras.

Un lugar informal y muy agradable es el Tío Pepe, en el centro comercial Climar ubicado en la misma carretera a San Fernando, pero en dirección hacia Caracas. Hamburguesas, pizzas, helados en un ambiente relajado.

Cuando esté en una de esas excursiones llaneras pruebe las tradicionales quesadillas de Corozopando, en la carretera hacia San Fernando de Apure, que son una delicia. Un poco más al sur compre el casabe y el naiboa en el caserío La Negra, en plena carretera.

NO OLVIDE:

Llevar ropa fresca y manga larga, un traje de baño para los ríos, pozos y piscinas que abundan en el llano. Visitar el Museo de la Ciudad en Calabozo. Mucho protector solar. Además, lleve una linterna y un sombrero bueno. Botas para caminar y sandalias sólo para bañarse en el río, porque de resto no le servirán en el llano.



Álvaro Montenegro: alvaromont@gmail.com / Instagram @montenegroalvaro
Crédito fotos: Álvaro Montenegro




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