Los representantes parecen tener hoy más poder que los clubes, que hacen el fútbol
Agentes del Fútbol: Pirañas Codiciosas
      A-    A    A+


Por Hernán Quiroz Plaza


Uli Hoeness no anduvo por las ramas: “Zahavi es una piraña codiciosa”. El exdelantero y presidente histórico del Bayern Munich es famoso por dos tópicos: decir lo que piensa y defender a muerte al club de su vida. Así lo llevó a ser posiblemente el más poderoso y mejor gobernado del mundo, siempre tratando de potenciar a su equipo, pero cuidando hasta el centavo. La fórmula es comprar bien a precio justo. Y sin hipotecar el crecimiento. Sin salirse del riel han ganado muchos títulos.

Pini Zahavi, agente israelí, es el representante del defensa austriaco David Alaba, cuyo contrato con el club alemán vence este próximo 30 de junio. El Bayern estuvo un año intentando renovarle, pero chocó siempre contra las altas pretensiones del agente que, según la revista Kicker, pedía 25 millones de euros por año para su pupilo. Semejante estipendio lo situaba por encima de los líderes y emblematicos del plantel como: Manuel Neuer, Thomas Müller y Robert Lewandowski, con lo cual la institución ponía en riesgo la armonía salarial del vestuario. Entrarían todos en pie de guerra y se resquebrajaría lo deportivo. Además, Zahavi tiene también en su cartera a Lewandowski, con lo cual al día siguiente pediría lo mismo para este.

Según Hoeness, Zahavi pretendía, por la renovación de Alaba, cobrar un honorario entre 10 y 20 millones de euros para él. Uli le recomendó al excelente zaguero y lateral que lo despida y cambie de representante. Bayern se estiró hasta 15 millones de euros por temporada más primas especiales. Zahavi siguió duro y el Bayern respondió a lo Bayern, honrando los valores del club y de sus hinchas: dio por finalizadas las negociaciones. “Le presentamos una oferta muy buena y justa, sobre todo teniendo en cuenta los tiempos que corren. Le dijimos al agente de Alaba que deseábamos contar con una respuesta a finales de octubre. Necesitamos poder hacer planes en una posición tan importante“, informó Herbert Hainer, el nuevo presidente de los bávaros. “Nuestro director deportivo, Hasan Salihamidzic se puso en contacto con su agente y la respuesta fue que la oferta seguía sin satisfacerles y que debíamos pensárnoslo más. Entonces, decidimos retirar la oferta completamente. Eso significa que ya no hay oferta”. Una lección para todos los clubes del mundo.

Seguramente, Zahavi le encontrará otras opciones a Alaba, pero saldrá por la puerta de atrás después de haberse iniciado allí, de haber jugado 12 temporadas y ser un ídolo. Su imagen quedó deteriorada ante la afición; la del Bayern salió fortalecida. Los representantes son el único eslabón del fútbol que se enriquecen con él sin aportar absolutamente nada a la actividad. FIFA (sobre todo desde la presidencia de Gianni Infantino) lo sabe bien y pondrá en vigor, muy en breve, una nueva normativa para los contratistas que se viene estudiando desde hace tres años.

En 2008, para transparentar el muchas veces oscuro mercado de pases, puso en marcha el sistema de correlación de transferencias (TMS por sus siglas en inglés) por el cual todo traspaso internacional debe pasar por el filtro de la FIFA, que, si todo está en regla, autoriza enviando el famoso transfer. Esto permite que el club vendedor y el futbolista cobren lo que les corresponde y evita el blanqueo de dineros espurios. Esa norma (obra de Blatter) adecentó completamente los pases. Los blanqueó. Ahora entrarán a regir nuevas reglas para los representantes. Estos verán drásticamente limitado su poder y recortada su participación en el negocio, la cual la matriz del fútbol mundial considera “abusiva y excesiva”. Las nuevas normas permitirán transparentar un ámbito sospechado de negocios ocultos. La FIFA desconfía; cuando las comisiones son tan altas es porque podría haber un retorno hacia los directivos del club comprador.

Una entidad importante de Europa pagó 38 millones de euros en comisiones por dos elementos sudamericanos que, en conjunto, le costaron 90 de ficha. Es decir, el 42,2% por la gestión. Los puntos salientes son cuatro: 1) Se elimina la “triple representación”, a decir, aquellos casos donde un mismo agente FIFA representa al jugador, al club vendedor y al comprador (como son muchas de las operaciones del portugués Jorge Mendes, presenta a la novia, al novio, les cobra a ambos y al cura también). 2) Podrán percibir hasta el 10% del valor del pase, cobrando de un solo lado. 3) Su comisión por el contrato del jugador no deberá superar el 3%. 4) Los familiares de los futbolistas no podrán ejercer de representantes si no son agentes FIFA registrados.

5) Todo se hará a través de la FIFA, que publicará lo que perciben de sus clientes, ya sean jugadores o clubes. 6) Ningún directivo de club podrá tener participación alguna en empresas de representación. El vaso se llenó cuando la UEFA publicó un informe escalofriante: sumados todos los pases registrados en Europa entre 2014 y 2017, los Jorge Mendes, Minos Raiola y Pinis Zahavis se alzaron con 2.500 millones de euros en comisiones. Eso ya resultó demasiado obsceno. Por la monstruosidad del número y porque es dinero del fútbol que se lleva gente que no devuelve un centavo al circuito, solamente saca.

Y eso sin contar las ínfulas: “Si mi representado no juega, me lo llevo”. Según la prensa europea, Zahavi cobró 12 millones de euros del PSG por colaborar en la concreción del pase de Neymar del Barcelona al club francés. No tramitó la operación ni era el apoderado del brasileño, solo ayudó a convencerlo de cambiar de camiseta gracias a su buena relación con el clan Neymar. En muchas operaciones oficia de enlace gracias a sus influencias. Es posible que, por fuera de la nueva reglamentación, un club se avenga a pagar una comisión mayor, pero eso deberá hacerlo por cuenta y riesgo, y asumirá las responsabilidades contables. Los representantes parecen tener hoy más poder que los clubes, que hacen el fútbol. ¿Se les acabará…?