El mercado podría arreglar la economía, si estuviéramos en una situación de reglas de juego claras y estables
¿DESDOLARIZAR?
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Benjamin Tripier

Que no es nuestro caso en Venezuela, que no terminó siendo ni una economía de mercado propiamente dicha, ni una economía totalmente estatizada… también propiamente dicha.

Se usó como referencia el modelo chino, de “un país, dos sistemas” perdiendo de vista que no somos chinos. No solo por la abismal diferencia cultural, sino porque nuestra infraestructura económica está muy deteriorada, y solo nos queda la capa comercial/ transaccional que es la que hemos explotado el año pasado, y que se agotó, como era de esperarse. Todo fue muy superficial y con muy baja sustentabilidad.

Pese a la prédica (que personalmente sostuve) de usar ese impulso para profundizar esa actividad y llevarla a niveles de mayor utilización de capacidad instalada de planta (que también, por cierto, algo se logró), no se hizo y, así como creció como la espuma, también se desinfló como la espuma.

Porque lo que realmente ocurrió fue una estrategia defensiva de dejar que las cosas ocurran, liberando las opciones (aunque no totalmente) y ver un poco qué pasaba. Y, como era natural, como la moneda de hecho era el dólar, pues se dolarizó la economía y se produjo una mezcla de situaciones donde el cliente pagaba con un billete de dólar y el comerciante le daba el vuelto en bolívares con pago móvil.

Todas soluciones ad hoc, resultantes de pruebas y error que comenzaron sin vueltos en dinero sino en chicles y chocolates. Como ya era costumbre aplicamos la de “como vaya viniendo, vamos viendo” … y así nos va.

Y claro… la cantidad de dólares en la economía no eran tantos, y los bolívares tampoco, por lo que llegamos a un punto en el que, sin crédito, la economía comenzó a frenarse, trayéndonos a dónde estamos ahora, con un deslizamiento fuerte hacia la recesión… con inflación… porque, pese a la falta de medios para pagar y consumir, esa demanda, por pequeña y limitada que fuera, siempre superaba a la oferta, construyendo la inflación estructural, por falta de oferta.

Que también se disimuló con la apertura de las importaciones produciendo una sensación de bienestar; porque la falta de oferta producida nacionalmente, fue sustituida por oferta importada de bienes y servicios, tratando de ponerse a la altura de la capacidad de demanda. Es lo que yo llamaba la capa superficial de la economía, comercial, transaccional de última milla, que hacía que se importara, se vendiera y se volviera a importar. Pero, como la capacidad de demanda era limitada, cada vuelta del ciclo de importación y venta, era menor; hasta que llegamos a acumular inventarios primero, importar menos después, achicar o cerrar locales, y regresar finalmente a nuestro estado natural.

Entonces el tema es si vamos a terminar de desregular o no vamos a hacerlo. Porque el interregno en el que nos encontramos es realmente perjudicial. Hoy, a diferencia del pasado donde mal que mal podíamos saber qué estaba pasado y cuáles podían ser los futuros posibles, realmente, hay incertidumbre.

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