El escritor ha disentido y reabierto la hendidura de lo que parecía prescrito y proscrito, recupera todo cuanto parecía clausurado y olvidado
Andrés Trapiello, la verdad de la memoria
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Por Karina Sainz Borgo


Pocos autores como Andrés Trapiello han otorgado tan viva atención a la literatura y la memoria. 'Tal día como hoy', la columna reconocida con el premio Mariano de Cavia, recoge ese espíritu que impregna su obra: desde la traducción al castellano actual que hizo del Quijote hasta los 24 volúmenes de 'El salón de los pasos perdidos', esos dietarios a los que él mismo se refiere como una «novela en marcha» y cuyo título alude a las estancias de paso de las casas, esos lugares de lo mínimo y lo fugaz, el espacio de la memoria.
Trapiello ha redescubierto un pasado que no termina de cerrarse y que él no acaba de encontrar. En su libro más conocido, 'Las armas y las letras', recorre el papel de los escritores e intelectuales durante la Guerra Civil española. En aquellas páginas desarmó tópicos y lugares comunes, arrojó luz donde nadie quería verla. Casi treinta años después de su publicación, en 1994, se mantiene como un clásico de referencia, no sólo porque desmontó algunos de los prejuicios y olvidos deliberados, como el de Manuel Chaves Nogales, sino por la visión de conjunto de una guerra siempre recordada en bandos. También en 'El Rastro. Historia, teoría y práctica' (Destino), trazó una crónica personal y erudita de uno de los lugares fundamentales de la capital de España, y luego 'Madrid' (Destino), el relato de su vida y el de la ciudad a la que llegó desde León con apenas 17 años y que ha incorporado a su obra. Ese espíritu memorioso, directo, comprometido y combativo se ha trasladado a su escritura de periódicos y se ha manifestado claramente en su columna 'Figuraciones', publicada en 'El Mundo' desde hace ya dos años y que ha convocado al jurado de los Cavia a reconocer su prosa elegante y valiente.

No querer saber es peor que ignorar. A pesar de la querencia al olvido, Andrés Trapiello ha intervenido en los momentos de peor y más voluntaria amnesia. Ha disentido y reabierto la hendidura de lo que parecía prescrito y proscrito, recupera todo cuanto parecía clausurado y olvidado. Lleva la contraria a todas las capillas y ha dado un paso al frente en varias ocasiones, entre ellas, durante la creación de la Plataforma Libres e Iguales, un proyecto que reunió a intelectuales y políticos que rechazaban la deriva independentista del nacionalismo catalán. A la vez que construye una obra sólida y contundente, Trapiello desdeña toda obcecación política: desde el populismo o los nacionalismos hasta el blanqueamiento y la pretensión de quienes conceden certificados de compromiso intelectual. Trapiello pide rigor, no linchamiento ni ajustes de cuentas, tampoco protección o blanqueamiento. Su naturaleza es la honestidad, en todas sus formas.

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