En el aniversario del nacimiento de Arturo Uslar Pietri, un 16 de mayo de 1906
El de los Valores Humanos
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Por Douglas Zabala


En los días posteriores en que Cipriano Castro anunciaba separarse provisionalmente de la presidencia por motivos de salud y resolver designar a Juan Vicente Gómez como presidente encargado de la república, nace un 16 de mayo de 1906 Arturo Uslar Pietri. Hijo de Arturo Uslar Santamaría, descendiente de Johann von Uslar, expedicionario de la Legión Británica quien participó en la Guerra de Independencia y sobrino nieto del general Carlos Soublette.

Uslar Pietri siempre nos supo alertar sobre nuestro futuro, veamos lo que se atrevió a referir con mucha antelación y quizás presagiando la Venezuela del presente: “Hay una Venezuela de la mayoría pobre, hay una Venezuela de la minoría beneficiada del petróleo; hay una Venezuela de la aldea campesina que sigue teniendo el aspecto milenario que alarmaba ya a Fermín Toro, y hay una Venezuela del campamento petrolero y de la ciudad con rascacielos; hay una fingida y una verdadera; hay una que ha sido y muchas que pueden ser; hay la que no puede salvarse y hay la que debe salvarse”.
Cuando Juan Vicente Gómez llega al poder en 1908 el niño Arturo apenas tenía dos añitos de edad, pero su abuelo el general Juan Pietri, sería su ministro de Hacienda y vicepresidente de la República, hasta cuando en 1911 murió en el ejercicio de su cargo. Quizás, las circunstancias familiares, ajenas a su voluntad, lo llevan a no participar en los sucesos de febrero de 1928 cuando los dirigentes estudiantiles, Raúl Leoni, Gustavo Machado, Jóvito Villalba, Andrés Eloy Blanco y Rómulo Betancourt, entre otros, irrumpen en lucha contra la dictadura gomecista.
A Uslar, el transcurrir de su vida lo llevó expresar en uno de sus escritos: “No se es viejo ni joven, se está vivo y soy yo, el de hoy, quien hace el mundo con mi mano segura o temblorosa, con la errada visión que siempre tuve, jugando el juego de ausencias y presencias que sólo para mí tiene sentido. Yo podría contar la historia vana de una vida que acaso fue la mía, pero qué es tan ajena y tan extraña ante esta hora en que me nombro y busco”.
En 1929 Uslar Pietri se gradúa de Abogado y parte rumbo a Paris, allí, va a desplegar toda su pasión literaria, entrando en contacto con Miguel Ángel Asturias, Alejo Carpentier y Luis Cardoza y Aragón. Además, conoce intelectuales europeos como Rafael Alberti, Robert Desnos, Max Darieux, Curzio Malaparte, Massimo Bontempelli y otros.

Reflexionado sobre su formación, Uslar Pietri nos recordará: “A mí me tocó ser adolescente en el tiempo en que se leía a Salgari. Hoy poca gente lo hace y es lástima. Pobre Emilio Salgari, atado al banco de galeote de un editor italiano, produciendo novelas y novelas sin término sobre todo lo que en su tiempo pertenecía a la geografía fabulosa. Del fondo de la memoria me vienen los nombres de su India y su Malasia. Sandokan, Yáñez, Tremal Naik, Kammamuri, los «thugs» asesinos. Una geografía de visiones”.
Como todo venezolano que se precie de amar su patria se preguntaría de Bolívar: “Para dónde iría el Libertador. A dónde podría refugiarse u ocultarse sin que siguiera siendo el héroe fundador de un mundo, el genio iluminado de millones de hombres, la figura fundadora de la idea de Patria, la mano sembradora de la independencia, aquel ser asombroso que se llamaba Bolívar como hubiera podido llamarse Libertad. A donde fuera iría con él su gloria, su renombre, su incontrastable autoridad. En el último rincón de la tierra seguiría siendo el Libertador y su voz, y hasta su silencio, alcanzarían las multitudes huérfanas de su presencia. ¿Dónde iría que no fueran con él la gloria y el destino de su América?
Arturo Uslar Pietri ha sido el máximo exponente de nuestros valores humanos. Las lanzas coloradas, Oficio de difuntos, Estación de máscaras, El camino de El Dorado, La visita en el tiempo, Las islas de Róbinson, Ensayos sobre el Nuevo Mundo, Godos, insurgentes y visionarios, entre otros, forman parte de su herencia histórica y literaria, de la cual los venezolanos del presente y el futuro deben leer y hacerla suya en la reafirmación de su venezolanidad.