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Aquí traemos las mejores recomendaciones de series, películas y documentales.

Por Michael Nissnick Theron


“Nigthmare Alley” (2021)



Género: Suspenso / Cine negro.

Plataforma: Salas de cine.

De qué va: Nueva York, años 40. Un estafador (Bradley Cooper) proveniente de una feria ambulante se hace pasar por mentalista y logra embaucar con gran éxito a su público. Su ambición lo llevará a aliarse con una corrupta psiquiatra (Cate Blanchett) para apuntar más alto en la escala social de la ciudad. Pero tal osadía le pasará factura, pues su arco de transformación será realmente impactante.
Guillermo del Toro es uno de los directores mexicanos más exitosos del Hollywood actual gracias a sus oscuros cuentos de hadas en los que humaniza a monstruos y otras criaturas supuestamente aterradoras, como se ve en films como las dos partes de “Hellboy” y las oscarizadas “El laberinto del fauno” y “La forma del agua”.
En el film que aquí nos ocupa, estrenado en las salas venezolanas bajo el título de “El callejón de las almas perdidas”, Del Toro parte de una novela de William Lindsay Gresham y opta por usar las claves del cine negro para dejar de lado las criaturas fantásticas y poner al espectador ante un monstruo con rostro humano y capaz de cometer los males más terribles. Como afirma el propio director: “En todas mis películas, para mí, el monstruo más grande no es el monstruo, sino el ser humano”.
La cinta no ha funcionado bien en taquilla y es lamentable, pues se trata de una de las propuestas más interesantes de lo que va de año. Desde aquí hacemos votos para que corra con mejor suerte en los próximos premios de la Academia.


Tráiler: Nightmare Alley





"Munich-The edge of war"(2021)



Género: Histórico / thriller.

Plataforma: Netflix.

De qué va: A finales de 1938 se respiraban aires de guerra en Europa: Adolf Hitler había anexionado Austria al Tercer Reich y amenazaba con hacer lo mismo con los sudetes, una región de mayoría alemana perteneciente a la entonces Checoslovaquia.
Ante tan peligroso panorama, el primer ministro británico, Neville Chamberlain, y su homólogo francés, Edouard Daladier, optaron por el apaciguamiento y en la Conferencia de Munich, celebrada el 30 de septiembre de 1938, aprobaron la incorporación de los sudetes a Alemania, con la confianza en que ello detendría el expansionismo nazi y evitaría una nueva guerra mundial.
No sirvió de nada, como bien se sabe. Hitler ocupó el resto de Checoslovaquia en marzo de 1939 y el 1 de septiembre, menos de un año después de Munich, invadió Polonia, provocando así el estallido de la Segunda Guerra Mundial.
Los entresijos de esta historia es el tema de una película estrenada recientemente en Netflix y basada en la novela homónima de Robert Harris. La Conferencia de Munich, sus antecedentes y consecuencias, se tratan desde la perspectiva de dos personajes ficticios: un asesor del primer ministro Chamberlain (Jeremy Irons) y un traductor de la cancillería alemana y agente de la resistencia antinazi. Ambos intentarán convencer al británico de las verdaderas intenciones de Hitler con respecto a Europa.
El film acierta en ofrecer una nueva mirada sobre el rol de Chamberlain (a menudo acusado de debilidad por no encarar decisivamente a Hitler) y en ofrecer una aguda reflexión sobre los dilemas, alcances y límites de la política internacional, en especial los relativos a la contención de los expansionismos de matones internacionales. Cualquier parecido con la actual situación de Putin y Ucrania no es casualidad.
 
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