Con la elegancia que distingue a una verdadera dama, la firmeza de una mujer que reconoce su indiscutible valor y la sensibilidad a flor de piel, Carmen se expresa de sus rones. Para ella son como sus hjos. La primera maestra ronera de Venezuela certificada y nariz de oro de Destilería Ron Carúpano afirma que cada creación que idea lleva parte de su esencia y de su personalidad. “En cada producto que hago va parte de lo que soy, cada nueva obra lleva un pedacito de mi corazón”.
Así es. El pilar de la Hacienda Altamira en el Valle de Macarapana-Carúpano, en la costa, al noreste de la región de Cumaná, se llena de orgullo y emoción cuando habla de los distintos rones que ha creado a través del tiempo. Pero ese sentimiento es el mismo que la embarga cuando hace mención a la industria a la que pertenece y en la que ha trabajado por 32 años de forma ininterrumpida con pasión, entereza y profesionalismo.
Carupanera de nacimiento y químico de profesión. Es dueña de un exquisito gusto y una nariz previligiada, cualidades que le han permitido desarrollar y ofrecer el mejor ron del mundo. Carmen, dice, se enamoró del oficio desde el primer día. Fue en los 90, cuando entró formalmente a la destilería como Especialista de Control de Calidad, y a partir de entonces, comenzó su camino, demostrando en un mundo de hombres, el enfoque que una mujer podía darle el arte de los destilados.
Hoy en día, hablar de Carmen es hablar de referencia obligada en materia de ron. Como venezolana se ha ganado un lugar privilegiado, el reconocimiento de su gremio y el de muchos otros dentro y fuera del país. Es parte de la historia de una industria que habla de cómo es Venezuela, y de un rasgo distintivo de calidad indiscutible. Conoce al ron como la palma de su mano. Sabe perfectamente cómo seleccionar exclusivos alcoholes de carácter superior y usar la más pura agua de los propios y fecundos manantiales de Destilería Carúpano, para desarrollar fórmulas de otro nivel.
Entró formalmente a la destilería como Especialista de Control de Calidad, y a partir de entonces, comenzó su camino, demostrando en un mundo de hombres, el enfoque que una mujer podía darle al arte de los destilados.
Hoy en día, hablar de Carmen es una referencia obligada en materia de ron. Como venezolana se ha ganado un lugar privilegiado, el reconocimiento de su gremio y el de muchos otros, dentro y fuera del país. Es parte de la historia de una industria que habla de cómo es Venezuela, y de un rasgo distintivo de calidad indiscutible. Conoce al ron como la palma de su mano. Sabe perfectamente cómo seleccionar exclusivos alcoholes de carácter superior y usar la más pura agua de los propios y fecundos manantiales de Destilería Carúpano, para desarrollar fórmulas de otro nivel.
Una mujer asertiva que sabe de ron
Cuando le preguntan qué representa el ron en su vida, responde con absoluta claridad: “Es inspiración, es arte, es orgullo”. Recuerda de inmediato cuando presenció por primera vez un vaciado de barricas y lo comparte a detalle: “Admirar esa cascada dorada y sentir ese perfume tan característico del ron, fue como un verdadero regalo”. A partir de esa fascinación, ha podido desarrollar las fórmulas que diferencian a su destilado, en sus distintas gamas.
¿De qué premisa parte al momento de crear las fórmulas de los productos de Ron Carúpano?
–Parto de la premisa de la calidad. Un ron de altísima calidad habla de la marca, de la edad de envejecimiento. Voy trabajando en las fórmulas hasta lograr un equilibrio en las notas de madera, los aromas y sabores que se desarrollan en el proceso de añejamiento. También me enfoco en estudiar el tipo de ron que quiero crear, ya sea de la categoría Súper Premium, Extra Premium, o cualquier otro. Voy desarrollando y mezclando hasta obtener lo que tanto ansío. Hacer una fórmula es todo un arte.
¿Cuál considera que es el ron que más se asemeja a usted?
–El Ron Carúpano Zafra 1991. Me gusta este producto porque siento que alegra los sentidos. Al tomarlo me invade una sensación de bienestar y orgullo. Sin duda, tiene mucho de mi personalidad.
“Como mujer me llena de orgullo ser pionera y maestra ronera, ser referente y motivo de inspiración”
¿Cómo siente, vive y celebra el desarrollo de un nuevo ron?
–Creo que cada nueva creación es la realización de un producto para compartir y celebrar. Así lo vivo y así lo celebro. Con la misma emoción de ofrecer un buen ron a Venezuela y al mundo. Desde el primero, hasta el más reciente: la nueva propuesta del genuino y sublime Legendario Ron Carúpano. Un ron de lujo que viene en una botella renovada con detalles en oro y terciopelo.
¿Cómo bebe el ron que crea?
–Soy una mujer que toma muy poco. Pero sí que disfruto de un buen trago, de un coctel y de una copa de Ron Carúpano. Lo consumo seco, puro, al natural, para que converse su olor y su extraordinario sabor.
El sentir de un corazón de oro
Carmen está consciente del compromiso que tiene al ser la primera maestra ronera de Venezuela y la nariz de oro de Ron Carúpano. “Mi mayor reto es crear los perfiles de los rones que enamoran los sentidos, los rones que disfrutan todos los apasionados de nuestra marca. Mi tarea está en buscar la belleza en el aroma y el sabor. Cuando creo algo desde cero, tiene que gustarme primero a mí antes de ofrecerlo a los demás”, dice. Ha desarrollado una gama amplia de productos, incluso los rones de la destilería han sido reconocidos con diversos premios.
A nivel personal, ¿cuál ha sido la medalla más preciada por usted gracias a su labor?
–Mi medalla es el reconocimiento que me ha dado Venezuela por mi trabajo. Es el cariño de la gente. Esa considero es mi mayor recompensa.
El éxito es una palabra que va muy ligada a su nombre, ¿cómo lo ha alcanzado como líder y como maestra ronera?
–Lo he conseguido trabajando siempre con perseverancia, constancia y responsabilidad. Con mucho respeto por lo que hago en Ron Carúpano. Siempre tratando de reflejar el trabajo por medio de la excelencia.
“Estoy en la industria del ron desde hace más de 32 años. Mi mayor apoyo ha sido el profesionalismo con el que he asumido cada reto”
Usted entró al mundo del ron mucho antes del auge del empoderamiento femenino actual, ¿de qué se valió para hacerse notar y poco a poco destacarse en la industria?
–Es muy cierto, entré en un mundo de hombres. Tuve que enfrentar muchos retos. Pero yo soy una mujer terca y no me rindo fácilmente. El rol del liderazgo es algo que se obtiene por el reconocimiento basado en la experiencia. Lo he demostrado. Nunca ha tenido miedo. Tuve también la humildad de aprender de todo y por parte de todos. Hoy ocupo un lugar privilegiado en esta profesión e inspiro a muchas otras mujeres. He dicho desde el día uno: “Aquí estoy yo”, y me mantengo.
Denos su visión sobre la profesionalización del ron, ¿qué opinión le merece?
–Más allá del consumo del ron, la industria en Venezuela ha cobrado un valor mucho más significativo. Hay más conciencia del trabajo que se requiere para lograr un producto sobresaliente. Se reconoce más la potencialidad de la materia prima, los procesos que se llevan a cabo para dar con un óptimo resultado final. La notable presencia del ron venezolano dentro y fuera del país hace posible que las nuevas generaciones se interesen por el oficio, algo que, como maestra ronera, por supuesto, veo con muy buenos ojos. Profesionalizar el ron como carrera, ha sido un sueño para mí. Creo que es una meta que Venezuela debe alcanzar porque nuestra industria ronera es muy seria. Hay una juventud que actualmente está atraída y en la búsqueda de ese conocimiento.
¿Cuál sería su mensaje para quien desee adentrarse en el mundo del ron?
–Mi mensaje es claro. Primero amar el ron, interesarse en conocer su origen y la cultura que en sí mismo encierra. Estudiar e interesarse día con día por todos los procesos. Trabajar con pasión y certificar su vocación de manera legal. La preparación es vital para alcanzar sus objetivos y diferenciarse como maestro ronero.
@carmenlopezbas@roncarupano