Continuamos presentando nuevos capítulos de libro "El Ávila en su asombro" de Humberto Caballero Lindler. Esta vez el prólogo por P. Pedro Galdos, s.j.
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En enero de 1950 conocí por primera vez este regalo de Dios para la ciudad de Caracas: El Ávila, Waraira-Repano.

Desde ese momento quedé enamorado de esta cordillera llena de esbeltas cumbres, de altivos árboles, de manantiales y quebradas, de pájaros de alegres colores, animales como el venado, la pereza y el cachicamo.

El Ávila llena ese deseo instintivo del hombre de buscar lugares de remanso, de paz, de amplios horizontes. El aire libre hoy día es una necesidad y para llenar esta necesidad nada mejor que el excursionismo.

El excursionismo aparece como un medio de salvaguarda ante el maquinismo, la tecnología, el materialismo y el consumismo. El excursionismo es reencontrarse de vez en cuando en el seno de la Naturaleza, es escuchar la lección de la tierra y de las estrellas, de las aguas y de las rocas.

El excursionismo es un deporte que tiene sus normas, es una escuela de voluntad, de coraje y de superación. Es también un magnífico fermento de la amistad.

En la montaña uno encuentra una convivencia natural y desaparece la clasificación arbitraria que en la sociedad divide a los individuos.



En el caminar de mi vida he conocido a muchos niños y jóvenes que hoy son hombres y mujeres de bien, que han amado la montaña del Ávila desde su infancia y juventud y hoy día siguen encariñados con el Waraira-Repano.

Uno de ellos es el Dr. Humberto J. Caballero Lindner. Un bello hogar junto a su esposa Aida (La Nena) y sus hijos Humberto Rafael y Cristina Elena.

Humberto es Médico Cirujano, especialista en Ginecología, y trabaja en la Clínica Santa Sofía de Caracas.

Además es montañista, conocedor de caminos, senderos, topos y picos de nuestra Cordillera de la Costa: El Ávila. Humberto ha trabajado acertadamente en la realización de un proyecto muy útil e interesante sobre nuestra serranía del Ávila. Está escribiendo un Atlas en Formato Digital a través de un Programa Computarizado para Libros Multimedia llamado FileMaker. Es una manera de publicar muy original para contribuir a la Historia del Montañismo Venezolano.

Este método de divulgación hace que su distribución sea gratuita a nivel nacional.

Humberto me ha pedido que escriba el Prólogo de este Libro. Me siento muy honrado con esta distinción



Mi antiguo alumno del Colegio San Ignacio y miembro del Cel-Senior quiere que escriba para todos los montañistas, especialmente para los jóvenes, los sentimientos que, durante tantos años como Asesor del Centro Excursionista Loyola, he experimentado al recorrer y acampar en este Paraíso Avileño.



PEDAGOGÍA DEL AIRE LIBRE 

Soy un hombre convencido de la fuerza educativa que se encuentra en la pedagogía del aire libre. Creo que no basta el liceo, el colegio o la universidad.

Hoy hay una urgente necesidad para la juventud de aprovechar sanamente el tiempo. Muchachos y muchachas están inmersos en una sociedad con gran vacío de ideales; es una sociedad sin tiempo para la reflexión, una sociedad masificada que limita el uso de la libertad.

En este escenario social, La Naturaleza se abre a la infancia y a la juventud como acertada escuela de orientación en la cual se liberan de las estructuras sociales y se sienten a gusto para crear su proyecto personal. La vida fascinante que se encuentra en El Ávila, tanto en sus entrañas como en sus cumbres, lo mismo en las playas del Litoral que se divisan desde las alturas del Pico Naiguatá, son palestra certera para la observación tan provechosa de la niñez y la juventud.



Es la juventud que tiene ideales. Pero algunos jóvenes, influenciados por los medios de comunicación social, son víctimas de una vida juvenil privada de valores fundamentales, mediocres en el trabajo y en el estudio, una vida lánguida, ajenos a la superación, al esfuerzo y al sacrificio, apáticos, a veces contagiados por la epidemia de la agresividad en liceos, colegios y universidades. En contraste con otros que tienen sueños y que luchan por la excelencia, que trabajan para conseguir una sociedad mejor.

Por eso he dedicado mi trabajo como educador para que los niños y los jóvenes amen a la Naturaleza con su cielo azul, las estrellas temblorosas, las cristalinas quebradas, las arenas doradas de playas encantadoras, las montañas nevadas desde donde las potencias del alma y del corazón se dilatan y se ensanchan.



Compenetrados con la Naturaleza, el hombre y la mujer sienten que todo el Universo es el gran templo de Dios en el cual es fácil abrirse al Creador y comunicarse con el Padre de todo bien.

VENEZUELA TIERRA DE GRACIA

Mi vida en parte ha sido y es el montañismo juntamente con el deseo de conocer y dar a conocer a los niños y a los jóvenes esta tierra de gracia que es VENEZUELA.

He tenido la suerte de subir muchas veces al Pico Oriental, al Pico Naiguatá, siempre acompañado de jóvenes colegiales, con universitarios y con papás y mamás, formando una gran familia montañera

Hemos llegado al Topo Goering, Topo Gárate, La Fila Maestra, las quebradas del Paraíso y de Chacaíto. Hemos subido siempre unidos en cordada a las cinco Águilas Blancas de la Sierra Nevada de Mérida, hemos coronado en la Sierra de la Culata: al Pan de Azúcar, Piedras Blancas, el Campanario, el Tisure, el Páramo de los Conejos y la Laguna del Santo Cristo, los Morros de San Juan y la Teta de Niquitao en Trujillo.

Hemos tenido la oportunidad de sentir y experimentar la belleza de nuestras islas: Margarita, Los Roques, La Blanquilla, La Orchila y San Carlos en el Zulia. 

 

Nos hemos bañado en las orillas del Orinoco, del Caroní, del Apure, de Sinamaica y del Ventuari en el Alto Orinoco, en las playas del Supí en Falcón, de Ocumare de la Costa en Aragua y Playa Colorada en Oriente. Hemos penetrado en las cuevas de Alfredo Jahn en Birongo y las del Guácharo en Monagas. Nos hemos quedado extasiados en la Gran Sabana con sus tepuyes y cascadas: Roraima, Kukenan, el Salto Ángel y el Aponwao. También como excursionista hemos visto las necesidades tan grandes que tiene la gente que hemos visitado por toda la geografía de Venezuela y por ello fundamos una asociación de ¨Amigos de San Francisco Javier¨ que atiende a los caseríos del Páramo de la Siete Lagunas (Monte Carmelo) en el estado Trujillo.

Un grupo de médicos y odontólogos atienden dos o tres veces al año a la salud de los parameros que viven a más de tres mil metros de altura, como también al pueblo de Piñango en el estado Mérida. 

 

EL SILENCIO

Como montañistas nos encontramos en el Ávila con el silencio. ¿Quién no encuentra una paz indescriptible al ¨oír¨ el silencio del anfiteatro junto al Pico Naiguatá? Según Andrés Bello:

“Las grandes empresas se incuban en el silencio.” La Naturaleza nos libra del ruido. El ruido es una de las grandes plagas del mundo moderno. 

 

Todo ruido produce irritabilidad y cansancio. Contra ese ruido en el cual estamos inmersos existe el silencio que mora fuera de la ciudad. Hoy día jóvenes y adultos, aunque no queramos, estamos rodeados de bocinas y de música estridente a todo volumen.

En el silencio romano del Monte Sacro se gestó la idea libertaria de Simón Bolívar. En el destierro de Jamaica el Libertador tuvo el pensamiento de crear la Gran Colombia. Los caraqueños y los venezolanos necesitamos el silencio que nos ofrece nuestra sin igual montaña. 

 

Alejandro Dumas decía con cierta exageración algo que nos debe hacer pensar como padres de familia o educadores: ¨Si yo fuera Rey de Francia no permitiría a ningún niño menor de 12 años entrar en una ciudad¨; según él, ¨los niños deberían vivir en los campos, en los bosques, en compañía de pájaros y flores, cara a cara con la Naturaleza que fortalece el cuerpo, abre el espíritu y trae una curiosidad más preciosa para la educación que todas las gramáticas del mundo¨. 

 

EL AGUA

Al subir a nuestro cerro, sea por la vertiente Norte o la vertiente Sur nos topamos con el agua que baja con rapidez por las quebradas, sea al mar, como a las poblaciones de la Guaira, Tanaguarena, pueblo de Naiguatá, Chuspa o a la ciudad de Caracas, Guarenas o Guatire. El agua, como dice Francisco de Asís, es bella, pura, humilde y útil. Donde hay agua hay vida: vida para las plantas, para las aves, para los animales y para el hombre. Cuando cansado y deshidratado después de subir los Toyotas y el Topo Goering uno llega al pozo de agua del Urquijo, todo caminante aprecia el agua de nuestra montaña. 

 

El agua es generosa, no nos pide nada a cambio. Tal vez nosotros como conservacionistas que somos, sentimos con dolor que nuestra ¨hermana agua¨ nos pide sacar de las quebradas los papeles, los vasos plásticos o la basura que unos irresponsables arrojan en estos manantiales de nuestra montaña. El agua nos exige, en su callada pedagogía, que seamos útiles a la sociedad que ella tan desinteresadamente se ofrece. Que luchemos para dar lo mejor de nosotros para contribuir a mejorar las condiciones de tantos venezolanos que viven en la pobreza

Especialmente ustedes, los jóvenes, alejen toda la mediocridad, la pantallería, la hipocresía, la flojera en sus vidas. Sean transparentes como el agua del Ávila. El agua nos da ejemplo de constancia; nunca se cansa de correr por toda la serranía. No busca comodidad, tiene que saltar a través de las rocas, pasar entre las raíces de los árboles. El agua es humilde, seamos humildes con una humildad entendida como libertad, libres frente a las pretensiones de una sociedad fundada en el excesivo confort y frente a las necesidades ficticias que aumentan día a día. El agua del río nunca se vuelve atrás; sigue su destino hasta llegar a la meta: el mar.

LEMA DE TODO EXCURSIONISTA: ¡MÁS ALTO!

Esta debe ser la consigna de todo excursionista. Aquí está la mística del verdadero montañista. ¡MÁS ARRIBA! ¡EXCELSIOR!

Hemos de superar las dificultades que se nos presentan en las largas caminatas o en los arduos ascensos de las altas cumbres. Pero especialmente hemos de tener un deseo de superar obstáculos que el egoísmo, la pereza o la soberbia nos ponen en el camino de la vida al querer conquistar las altas cumbres de nuestro ideal: la servicialidad, el compañerismo, la amistad y el amor a la Naturaleza. 

 

Cuántas veces hemos tenido problemas de todo tipo, sea en la montaña o en el mar, en la vida de trabajo o en el estudio, pero acordándonos de estas dos mágicas palabras se nos ha resuelto cualquier tipo de inconvenientes y se nos han abierto los horizontes de nuestro corazón. Porque hemos sentido aquella otra consigna de ¨siempre hay algo más en mí¨. De este modo hemos salido victoriosos. Precisamente en el Centro Excursionista Loyola tuve la oportunidad de llevar por primera vez a unos niños al Ávila: José Antonio Delgado, Martín Echavarría, Carlos Castillo y Carlos Calderas que junto a Marcuss Tobía y Marco Cayuso siguieron el lema de ¨MÁS ALTO”.

Llegar al Everest.

Fueron los primeros venezolanos que el 23 de mayo del 2001 hicieron brillar la bandera tricolor en la cima más alta del planeta. Este libro digital servirá para que todos los amantes del Ávila puedan descargarlo en las en distintas plataformas y conocer sus senderos y caminos y sus aspectos geológicos, botánicos, históricos, poéticos, filosóficos y zoológicos. 



Con el conocimiento que Humberto tiene de su experiencia avileña incluye en su obra las rutas con un GPS para obtener datos precisos del tiempo, distancia, temperatura, velocidad, presión atmosférica y altitud.

Además, tendrá la vida y el color de 2.500 fotos. Una obra soñada durante mucho tiempo y realizada con todo éxito. Les invito a leer y saborear este Atlas sobre nuestra apreciada montaña del Ávila.

¡Enhorabuena Humberto!
Pedro Galdos Zuazua S.J.
Asesor del Centro Excursionista Loyola