Burnout
Por: Myriam León Trocóniz
Más que simple agotamiento
¿Te has sentido desanimado, sin fuerzas para trabajar y cumplir tus metas?, es tiempo de que pongas manos a la obra y hagas un cambio en tu salud laboral
      A-    A    A+



El término “burnout” fue utilizado por primera vez en 1974, por Herbert Freudenberger, en su libro: “Burnout: The High Cost of High Achievement”. Pero, ¿A qué se refiere? El burnout, o desgaste profesional, es un síndrome que afecta la salud mental, emocional y física de las personas debido a un agotamiento extremo derivado de las condiciones laborales. Este fenómeno puede causar una sensación de cansancio profundo, despersonalización y disminución del rendimiento, y puede tener graves consecuencias para nuestra calidad de vida y productividad. Por ello, es importante distinguirlo del estrés, comprender sus causas y reconocer sus signos, para prevenir y tratar este problema, que se ha vuelto tan frecuente en la actualidad.

 

Principales características
- Agotamiento emocional:
sensación de estar completamente desgastado y sin energía para afrontar las tareas del día a día.
- Despersonalización: actitud distante, indiferente o incluso hostil hacia colegas o quienes se relacionan con el entorno laboral.
- Disminución en la realización personal: sensación de ineficacia, fracaso o falta de logro en las actividades profesionales.
- Síntomas físicos y emocionales: fatiga constante, insomnio, irritabilidad, ansiedad y diversos problemas de salud.



Estrés vs burnout
Son dos conceptos relacionados con la carga emocional y física, pero con diferencias clave. El estrés puede ser agudo y de corta duración, generado por episodios de alta tensión que desaparecen con el tiempo, y en dosis moderadas puede motivar y mejorar el rendimiento. Por otro lado, el burnout es crónico y persistente, resultado de una exposición prolongada a condiciones laborales adversas, y lleva a apatía, baja motivación y deterioro en la salud emocional y física. En cuanto a las respuestas emocionales, el estrés suele causar ansiedad y excitación, mientras que el burnout se acompaña de desesperanza, vacío y despersonalización.



¿Qué factores contribuyen?
- Carga excesiva de trabajo: tareas interminables y sin tiempo suficiente para completarlas.
- Falta de reconocimiento: no valorar los logros o esfuerzos del empleado.
- Ambiente laboral negativo: conflictos, falta de apoyo, liderazgo deficiente o ambiente tóxico.
- Falta de control: poca autonomía para tomar decisiones relacionadas con el trabajo.
- Desequilibrio entre vida laboral y personal: dificultad para desconectarse, horarios extensos y aspiraciones poco realistas.
- Expectativas poco claras: ambigüedad en las funciones y objetivos laborales.
 
Combátelo: Con las tres “R”
1. Reorganizar: jerarquizar nuestros objetivos, para ver por qué hacemos lo que hacemos.
2. Replantear: cambiar la manera en la que abordamos nuestros objetivos, en lugar de evitarlos.
3. Reequilibrar: balancear los tipos de objetivos para obtener más: “quiero hacer” y menos “tengo que hacer”.

La salud de los empleados
El burnout es un problema serio que requiere atención tanto a nivel individual como organizacional. Reconocer sus signos, entender las causas y promover un ambiente laboral saludable son pasos fundamentales para prevenirlo y reducir su impacto en la vida de las personas. La gestión del bienestar laboral y la promoción de una cultura de reconocimiento y apoyo son clave para evitar el desgaste profesional y mantener la salud integral de los empleados.


El burnout se considera un trastorno, pues involucra múltiples dimensiones, como las físicas, emocionales y mentales.


Desde 2019, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo caracteriza como un síndrome resultante del estrés crónico e inmanejable en el lugar de trabajo.