Es una de esas mujeres que transmite más allá de una cara bonita. Nohely estuvo en las mejores telenovelas de nuestro país y ahora sigue conquistando con su talento en las tablas.
La palabra gratitud siempre está en su vida. El amor por su arte y el cariño del público es de las cosas que más valora en su profesión. Sin embargo, confiesa que ha sido un camino lleno de muchas satisfacciones, pero también sacrificios: “He tenido la oportunidad de trabajar en lo que me apasiona y, para mí, es terapéutico. Parte del sacrificio es el tiempo que te exige y que dejas de compartir en familia. Aunque en la medida en que uno hace lo que le gusta, tu entorno y tu gente que te quiere también lo percibe y tienes otra energía para conectarte con ellos”.

Alegrías profesionales
Se preparó desde pequeña y, gracias a su disciplina, su nombre ha estado en grandes producciones, como Topacio, El País de las Mujeres, Cosita Rica, entre otras; incluso, fue parte de los dramáticos de José Ignacio Cabrujas. “Él me dio la oportunidad hace mucho tiempo de hacer una novela que se llamó Las Dos Dianas; allí me mostré como una actriz de carácter y fuerza, que podía ser dos personajes a la vez y marcar la diferencia en cómo era la madre y la hija. Ese trabajo me permitió conectarme con otra energía y que la gente viera más que una cara bonita”.
No obstante, aclara que “no hay que vivir de la nostalgia y lo que toca es lo mejor… no te puedo negar que cuando me llega el jueves de TBT en Instagram, recuerdo proyectos, el ritmo de trabajo que teníamos… porque era una escuela el tener siempre en tus manos algo que estudiar, un personaje que crear. Extraño toda esa dinámica y el desafío”.

Perfectos Desconocidos
A esta pieza teatral, donde es protagonista los fines de semana en el Trasnocho Cultural, la define como un viaje, una historia que llega al alma: “Cuando vi la película, me encantó. Tuve la oportunidad de estar en Madrid y ver el montaje, ¡fue maravilloso! Perfectos Desconocidos ha sido un fenómeno. Tiene un guión cinematográfico italiano que habla de la amistad, porque tenemos tres vidas: la pública, la privada y la secreta. Creo que el público se siente identificado porque es una comedia reflexiva”, explica Nohely.
Asimismo, nos confiesa que tiene la idea de hacer un podcast o una serie, “algo que tenga que ver con temas que toquen el alma. Esos espacios son necesarios”.
Usa sus redes sociales sin exceso, pero con un contenido de valor. Reflexiona y dice que ve un poco atrás, su edad, todo lo que ha tenido que aprender y adaptarse, pero conecta desde el agradecimiento y disfruta de lo nuevo.
“Quiero hacer un curso de inteligencia artificial, porque te vas quedando atrás y tienes que estar más en la dinámica. Pero no debemos olvidar que somos seres humanos y es importante estar bien, porque si no estamos sanos, contentos con lo que estamos haciendo, cómo podemos enseñar o guiar”.
Asegura que le gusta tener tiempo para ella y hacer cosas que le sumen en su vida: “Es una etapa en la que estoy cada día experimentando más cosas. Me permito levantarme más tarde un día lunes, por ejemplo. Es una dinámica y un encontrarse consigo misma. Tengo más tiempo para mí, me siento joven y con muchas ganas”.

El amor familiar
Sus hijos, Óscar Leonardo y Hernán Elías, son motivo de orgullo y alegrías, pero su nieta Emilia es la reina de su corazón. Apenas la menciona, se nota la ternura y el amor infinito que siente por ella: “Deseo hacer una obra de teatro y que Emilia me pueda ver y compartir esto… que aprenda de arte, música o lo que ella quiera, eso me da mucha ilusión. Vivo una etapa muy sabrosa, estoy agradecida. Ver a mi hijo como papá y a mi otro hijo logrando sus objetivos, me encanta”.
También su esposo, Hernán Pérez, es pieza clave en el equilibrio de su vida. Siempre se apoyan y van de la mano en cada momento importante: “El amor se transforma. Cada uno tiene su espacio y sus proyectos. Disfrutamos de una etapa hermosa. La pasión no se acaba… hay prioridades, pero el amor está. Nos consentimos y estamos siempre juntos. Este año en nuestro aniversario queremos regalarnos un viaje”.

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Hablando de su obra, Perfectos Desconocidos, nos dice: “Creo que el público se siente identificado porque es una comedia reflexiva”