La grandeza de lo simple

Tras la Segunda Guerra Mundial, era necesaria la reconstrucción de Europa. Sin embargo, los arquitectos se enfrentaron a una nueva serie de retos, como la escasez de recursos. Además, tras todo lo vivido, el estilo del pasado no era algo que los representaba… ya no se trataba de enfocarse en lo decorativo y ornamental, sino en las estructuras, lo funcional y la expresión brutalmente honesta de los materiales, sobre todo aquellos que fueran de alta durabilidad.
En cuanto al origen de la palabra “brutalista”, a menudo se le atribuye a la expresión francesa “beton brut”, que significa hormigón en bruto. Muchos atribuyen al arquitecto sueco Hans Asplund la acuñación del término al describir Villa Göth, un edificio residencial de ladrillo en 1949. No obstante, el nombre fue popularizado por el crítico de arquitectura británico Reyner Banham, quien escribió un ensayo en 1955 para la revista Architectural Review titulado “El Nuevo Brutalismo”, en el que intentaba clasificar y definir el estilo emergente en la posguerra.
¿Qué tiene de nuevo ahora?
En comparación con el pasado, el nuevo estilo brutalista transmite un enfoque más suave, incorporando también elementos naturales como la madera, piedras, plantas y materiales sostenibles, lo que da como resultado una estética más cálida y acogedora. De igual forma, se permite el empleo de tonalidades de beige frías, texturas y detalles metalizados.
¿Por qué está de regreso?
Así como en sus inicios fue una declaración en tiempos de posguerra, podríamos afirmar que en este 2025 surge por el rechazo a lo superficial (por algo hasta Instagram está eliminando los filtros) y la valoración de lo natural, lo honesto y lo simple. El brutalismo moderno nos recuerda que lo esencial es más que suficiente, y que la belleza puede encontrarse en la pureza de los materiales crudos y en la autenticidad de las formas.
Asimismo, en una sociedad que se está dando cuenta del daño que ocasiona el consumismo en todos los niveles (su impacto ambiental, explotación laboral, etc.), tiene todo el sentido del mundo volver a materiales que valoran la durabilidad y la funcionalidad por encima de la ornamentación efímera.
Cómo incorporarlo en la decoración
Aunque usualmente se habla de arquitectura brutalista, también es muy común verlo aplicado como estilo en el diseño de interiores:
Utiliza materias primas “crudas”. El material por excelencia es el hormigón, pero también puedes optar por ladrillo expuesto y madera sin terminar. La ventaja del hormigón (que de todos, es el de apariencia más “fría”) es que es increíblemente versátil, así que lo puedes poner en suelos, encimeras, paredes e, incluso, muebles empotrados. Por su parte, las paredes de ladrillo añaden calidez e historia, como si se tratara de una edificio antiguo; mientras que la madera sin terminar equilibra los materiales más duros y fríos. Estos elementos -especialmente si te atreves a usarlos sin pulir- crean un espacio texturizado, con carácter y auténtico.
Líneas simples. El brutalismo moderno igual es bastante minimalista y funcional, así que aquí aplica el famoso dicho “menos es más”. Evita sobrecargar los espacios, no compres piezas demasiado rococó y opta más bien por formas geométricas y elegantes. También son válidas sillas y mesas de metal, muebles de madera sencillos y estanterías simples.


Evita tonalidades vibrantes. El gris -en todas sus tonalidades- es el color principal de la paleta cromática de este estilo en diseño. Pero también puedes usar el negro, el blanco y los beiges con sub-tonos fríos. Parece aburrido, pero permite que la atención se mantenga en las texturas y los materiales. Además, puedes usar diferentes tonos del mismo color para agregar profundidad e interés visual. En la versión moderna, algunos diseñadores también permiten pequeños toques de colores fuertes para restar rigidez.
Elementos industriales. Como parte de su filosofía de funcionalidad, no temas en exhibir las tuberías, las vigas de madera o exponer tus bombillos. Estas características añaden una sensación de autenticidad y refuerzan la estructura del edificio. Si tu casa o apartamento carece de estos elementos, puedes buscar lámparas y estanterías metálicas, ayudarte con el uso de revestimientos y utilizar accesorios urbanos e industriales.
Muebles multiusos. El diseño interior brutalista enfatiza la función sobre la forma. Elige piezas que sean prácticas y tengan más de un propósito.
Añade vegetación. Para suavizar la estética industrial, incorpora algunas plantas, preferiblemente unas que no requieran de demasiados cuidados o mantenimiento para no traicionar los principios del brutalismo. Y recuerda que a la hora de escoger las macetas, puedes irte por algo de concreto para enfatizar el contraste entre lo natural y el gris.
La emoción del arte. No dudes en agregar tu toque de personalidad a través de pinturas, esculturas o fotografías. Si quieres ser súper fiel al brutalismo, el arte abstracto, las imágenes en blanco y negro y las esculturas geométricas son excelentes opciones. La simplicidad del diseño brutalista proporciona el escenario perfecto para exhibir y resaltar las obras de arte.

Tom Dixon
El brutalismo moderno se caracteriza por:
- La exposición de materiales crudos como el hormigón, el acero, el vidrio y la madera
- Funcionalidad por encima de todo
- Un enfoque #nowaste (sin desperdicio)
- La combinación de lo frío y lo acogedor
- Espacios contemporáneos y sofisticados

Dato curioso venezolano
En Caracas podemos encontrar varios ejemplos de arquitectura brutalista. Uno de los más icónicos es el edificio del Banco Central de Venezuela, el cual fue inaugurado en los años setenta, otra de las décadas donde el brutalismo tuvo mucho auge. También lo es el Teatro Teresa Carreño, cuya construcción también inició en los años setenta, pero fue inaugurado en 1983.

En el cine
Las tendencias de diseño interior y arquitectura también impactan otras áreas sociales, como la moda y el cine. A comienzo de este 2025, se estrenó en Venezuela el film The Brutalist, protagonizada por Adrien Brody, que trata justamente de un arquitecto judío llamado László Toth que debe huir de Europa en tiempos de posguerra y se va a vivir a los Estados Unidos a empezar de cero. “Mis edificios se diseñaron para soportar la erosión de la frivolidad”, dice Toth en una de las escenas del film.
Los espacios brutalistas transmiten una sensación de solidez, durabilidad y permanencia, características que, en tiempos inciertos como los que estamos viviendo, pueden ser reconfortantes
A diferencia del brutalismo clásico de los años cincuenta, en la versión moderna se permite la inclusión de otros elementos para conseguir espacios un poco más acogedores y no tan rudos