
Si bien el diseño industrial recuerda a las fábricas de décadas atrás, con detalles un tanto rústicos y descuidados; los especialistas en diseño y decoración de interiores han adoptado este estilo para llevarlo a otro nivel, y en este caso trasladarlo al mundo de oficinas. Las oficinas con estilo industrial incorporan detalles estructurales bien interesantes y un mobiliario que destaca, rodeados de una paleta de colores neutros y accesorios resaltantes. Aquí los pormenores de este peculiar estilo, que está dando de qué hablar.
Espacios reconvertidos
El interiorismo está buscando crear alianzas estratégicas con el clima organizacional, ofreciendo estilos que se adapten a las necesidades de la empresa, estableciendo vínculos entre los trabajadores, los espacios y áreas y el cumplimiento de los objetivos planteados. El estilo industrial es una opción ideal para instalar en las oficinas, por ser funcional, práctico y simple pero con un enfoque moderno y cautivador.
Para poder presentarse en todo su esplendor, el diseño industrial así como en esos grandes almacenes y fábricas del siglo pasado, debe tener alcance, es decir, los espacios deben ser amplios y los techos altos, sin menospreciar las dimensiones más pequeñas, pero con más cuidado al implementar este estilo. La iluminación debe ser audaz, tanto en su forma natural como artificial, ya que los elementos y materiales utilizados dentro de esta vertiente suelen ser neutros, opacos y oscuros.

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Protagonismo materialSon muchos los materiales que convergen para redefinir los espacios labores al estilo industrial, en esencia todos apuntan a la sostenibilidad, lo cual es un punto a favor, son versátiles y sofisticados. Los metales son los grandes protagonistas de esta historia por ser perdurables y duraderos aportan sensación de carácter y personalidad, no se han resistido a los cambios, por el contrario, se han transformado para cumplir con lo último en tendencias del diseño y la decoración. Los tonos bronces y plateados destacan, creando ambientes únicos y sugestivos. Son el acero y el hierro los más buscados, pero el aluminio, el latón, el níquel y hasta el oro, la plata y el bronce se encuentran en la lista para elegir; pulidos y brillantes u opacos y en su estado casi natural, estos materiales se muestran en los estantes, archivos, paneles divisorios, en las paredes y en accesorios. Aquí podemos salir un poco de lo monocromático y buscar detalles en colores que contrasten y llamen la atención. La madera se hace notar y es un buen acompañante para los metales; si es reciclada mucho mejor, recuerda tu aporte para el medio ambiente, con efecto envejecido y en tonos oscuros aportan la calidez necesaria.
Una mezcla de funcionalidad y estilo, así debe ser en mobiliario dentro de esta oficina. Escritorios, mesas y mesones con bases metálicas y superficies de madera, vidrio o de piedras naturales, aplica de igual manera para las sillas con patas hechas de metal y con tapicería de cuero, sin olvidar que sean ergonómicamente adecuadas, se estará mucho tiempo sentado.

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Al descubiertoPara los pisos y paredes, el concreto ofrece una base sólida y ni hablar de la durabilidad, además no hay que preocuparse por ese desgaste inevitable a través del tiempo, ya que dará un toque vintage antiguo, el cual se lleva muy bien con el estilo industrial. Hay más, dejar las paredes sin terminar es una opción casi obligatoria para cumplir con las exigencias de esta corriente decorativa. Que queden al descubierto los ladrillos o las piedras que se encuentran detrás del friso sin utilizar ningún tipo de revestimiento, se presentan sin miedo en su color natural o con pintura blanca, si el acabado no es perfecto mucho mejor, puede que no aplique para todas las paredes pero en dos o tres será suficiente.
Si la arquitectura no lo permite, conseguir un papel tapiz decorativo o un vinilo adhesivo texturizado para hacer las veces de los ladrillos al descubierto es una opción que se consigue con facilidad.
Al estilo industrial no le gusta ocultar mucho; por eso las vigas, tuberías, los conductos de aire y las conexiones eléctricas quedan a la vista, sin duda no hay nada que esconder; las paredes quedan al desnudo y lo disfrutan. Para los techos también se aplica esta exposición, aprovecha este descubrimiento y personaliza esos tubos con algún estampado especial, un color que combine o hasta alguna frase motivacional. Se hace notar la modernidad y lo contemporáneo en este estilo con destellos añejos.
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Iluminación en cantidades industriales
Los techos altos darán cabida a un despliegue de opciones al momento de iluminar los espacios. Sin duda, contar con luz natural siempre será lo mejor, pero si no es del todo posible la instalación de sistemas inteligentes de iluminación que permitan ajustar la intensidad y hasta el tipo de luz, según sean las necesidades, será la decisión más certera, recordando que las luces blancas son las más apropiadas para iluminar el ambiente laboral productivo, ya que evita la fatiga visual e incrementa la concentración. Por otro lado, la luz amarilla es más cálida, ideal para áreas de descanso.
Lo industrial resalta con lámparas colgantes de gran tamaño con aspecto envejecido, con apliques de pared donde se pueda ver los bombillos, no hay nada más industrial que las luces Edison, lámparas pequeñas al estilo vintage para los escritorios, son definitivamente un adicional.
Para los últimos detalles, los colores básicos y sobrios marcarán la pauta para el diseño industrial: negro, gris, blanco, marrón y azul en sus matices más oscuros, sin dejar del todo aquellas tonalidades llamativas y un tanto escandalosas para crear un cierto contraste. Es válido integrar accesorios, como cuadros, obras de arte, alfombras y plantas naturales para dar ese toque personal y único. Saber combinar para hacer del ambiente un lugar coherente y sobre todo para el ambiente laboral, es indispensable para que el estilo industrial triunfe.

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