Entre Chefs Segundo Muelle
Por Carolina Contreras A.
Pasión por el mar
Este restaurante peruano, con una trayectoria de 28 años, abrió su primer local en Caracas para deleitar con su propuesta gastronómica y bella decoración
      A-    A    A+




Una quinta con aires de mar alberga a Segundo Muelle. Al llegar, sorprende su infraestructura y el hecho de que apenas se pasa la puerta uno se siente cerca del mar. Y es que no podía ser de otra manera, porque de ese inmenso mar, específicamente de la playa de San Bartolo, a 45 kilómetros al sur de Lima, es donde nace la pasión de Daniel Manrique (fundador del restaurante) por la comida marina peruana. Abrió su primer local en 1994, el cual bautizó Segundo Muelle en referencia al segundo muelle de la playa norte en San Bartolo.
 
Y el mar es también el hilo conductor de su menú. Se comienza “En la orilla”, donde encontraremos las diversas entradas que ofrece, en las que destaca la increíble causa de cangrejo, elaborada con masa de causa tradicional y con cangrejo de verdad… una pulpa súper tierna que eleva el plato y lo hace destacar de los demás con su aguacate fresco y mayonesa de rocoto. También se debe resaltar el Piqueo Tres Ceviches, un plato que ofrece lo mejor de los ceviches que el establecimiento hace con mucha frescura y sabor. Igualmente, cuentan con tartare de salmón y atún, tacos de pulpo con langostinos, un delicioso patacón acevichado con chalaquita, mixtura de mariscos y crema acevichada, entre otros.




 
“Presentamos comida tradicional peruana, la cual tiene dos influencias: la de Oriente (Japón y China) y la de Italia, por lo que también tenemos una propuesta ítalo-peruana. Nuestra comida es poco pretenciosa, rica y respeta los ingredientes, la cultura y la tradición gastronómica de Perú”, explica Raúl Ayala, gerente general de Segundo Muelle.
 
En cuanto a los platos principales, el menú está dividido en varias partes. Primero está “Desde 1994”, donde se encuentran los platos de pescado, el chicharrón mixto (pescado/calamar) y el arroz callao con mariscos. Luego le sigue “Perú oriental”, donde tenemos esa combinación nikkei en la que el calor del wok asiático se mezcla con esos toques peruanos que dan esa mezcla que conocemos: una comida con identidad, diferente y muy sabrosa. En este apartado, están los makis con combinaciones inusuales, como pulpa de cangrejo, láminas de mantequilla y queso parmesano; o el que está cubierto con conchas de abanico y salsa de parchita. También encontramos el famoso arroz chaufa, el cual se saltea en el wok con holantao, chancho, pollo, langostinos y wantones de pollo, acompañado de salsa de tamarindo.
 
En el apartado “Ítalo peruano” puedes degustar espagueti a la huancaína con lomo, risotto (tanto de langostinos como de salmón) y el pappardelle mar adentro, con salsa blanca de langostinos junto un lomito fino a la parrilla.


 
Para culminar, está “Bien criollo”, y es aquí donde tenemos los otros insignes platos peruanos, como el chupe de langostinos, el tacu tacu con picante de mariscos, el lomo salteado, la parihuela y el fabuloso risotto de quinoa huancaína con lomo saltado.

Su gerente general resalta que todos los ingredientes son de primera calidad (cosa que se nota en todos los platos): “Respetamos los ingredientes. Estamos trabajando con cancha, choclo, rocoto… todos los ingredientes peruanos los traemos de afuera. Son muy difíciles de encontrar aquí, por lo que por un tema de disponibilidad, de alta rotación y seguir teniendo los mejores estándares, tenemos que traer cosas de afuera”, afirma.
 
En cuanto a los postres, por supuesto que en la carta tenía que estar el popular suspiro limeño, siendo el dulce más pedido en el restaurante. Lo hacen con base de crema dorada y merengue de vino tinto, coronado con suspiros y espolvoreado con canela. Para quienes deseen otros sabores, están las opciones del clásico tres leches, una suculenta esfera de chocolate (con ganache montado, brownie, caramelo crujiente y salsa toffee) y el caribeño pie de coco con su base de galleta crocante, relleno de coco rallado y dulce de leche, acompañado de helado de vainilla.



Pisco para todos
Otro de los atractivos de Segundo Muelle es que los amantes del pisco tienen aquí una gran variedad de sabores de esta bebida para disfrutar.
 
“Tenemos una gran variedad de pisco, los traemos también del exterior. Es muy curioso ver que quienes más consumen esta bebida son los hombres. De hecho, es el producto que más sale en ventas de bebidas”, comenta Ayala.

Agrega que diariamente venden aproximadamente 200 cocteles de este licor y, al día, se consumen alrededor de siete litros de pisco.

 

Su arquitectura y futuras sedes
En cuanto a la estructura, son dos pisos que están divididos de la siguiente manera: abajo, la terraza, cocina y salón VIP; y arriba está el salón principal con una gran barra.

“Estamos bastante agradecidos con lo que está sucediendo. A la gente le ha encantado mucho la propuesta y todo lo que tenemos para ofrecer. Gusta mucho el tema de la frescura de la comida, el ambiente del local, la infraestructura hecha por Giussepe Falone y la decoración de su esposa, Maryeska López, que le dio vida al espacio”.

Asimismo, adelanta, el proyecto es abrir cinco restaurantes más en el país en diferentes ciudades. Se estudian las ciudades de Lechería, Margarita y Maracaibo. También se plantean una sede más pequeña en otra zona de Caracas y se espera que su local en Valencia esté listo a mediados de este año.




Coordenadas
Dirección:
Cuarta Avenida con Quinta Transversal de Altamira.
Horario: De lunes a domingo desde las 12:00 del mediodía hasta las 11:00 pm.
Instagram: @segundomuellevzla