Perfección e inspiración
Karen Matos compaginaba el ejercicio de la odontología con la operación creativa y comercial de LemonTree, hasta que, finalmente, el inminente crecimiento de la firma arropó casi toda su agenda laboral, mientras seguía -y sigue- priorizando la crianza de sus tres hijos.

La iniciativa de dedicarse a la moda nació de su gusto innato por este mundo fascinante, aunque también recuerda que, cuando estuvo estudiando francés en Quebec (Canadá), vivió con una familia que tenía una fábrica de ropa. No olvida cuando “iba siempre a la fábrica y me llamaba mucho la atención. Allí se comenzó a despertar mi curiosidad”.

La diseñadora venezolana Carolina Herrera es una de las grandes referencias en el mundo de la moda. “Nunca estudió diseño, pero lo ha sabido gerenciar y ha llegado muy lejos. Ella siempre dice: 'yo sólo sé qué está bien hecho, qué es bello, el potencial de las piezas y cuento con un gran equipo de trabajo'”, comenta. Además de Herrera, los diseñadores Vera Wang y Valentino son dos de sus mayores inspiraciones, ya que ambos destacan la figura femenina en sus diseños.

De padres odontólogos y graduada ella de la misma profesión, con un diplomado y un postgrado en endodoncia, Matos apunta que “mi carrera me dejó el perfeccionismo. Soy demasiado detallista”.

La diseñadora recuerda que “al principio hacía ambas cosas simultáneamente: me dedicaba a diseñar y a atender pacientes. También en ese momento me casé y comenzó a crecer mi familia. LemonTree me empezó a demandar más tiempo y comencé a tener clientes cada vez más exigentes… debía conocer más este mundo y lo más bonito es que comencé a tener aceptación y mucha receptividad a nivel nacional con cada uno de mis diseños. También comenzó a crecer el taller, la tienda… todo poco a poco, muy orgánicamente. Yo sólo trabajaba con el corazón, mucha disciplina y constancia. Me empecé a dar cuenta que estaba haciendo lo que me gustaba, cuando iba a la tienda no sentía que estaba trabajando, si no disfrutando al máximo”.

Actualmente, en su showroom de la casa de diseño venezolano La Puerta Magenta, ubicado en Valencia, se pueden conseguir sus colecciones prêt-à-porter, mientras que desde su atelier se ofrece la alternativa de confeccionar diseños adaptados al gusto, estilo y medidas de cada clienta.

Al seguir apostando por este proyecto, entre los obstáculos más duros que ha enfrentado señala la pandemia de la Covid-19. Sin embargo, aclara, “de allí salieron cosas muy positivas: hice muchos cursos online, nos reinventamos, la marca dio un vuelco… Me la paso leyendo mucho sobre moda, pasarelas, tendencias, branding y merchandising”.

Igualmente, confiesa que alcanzar un balance entre su vida personal y laboral es su mayor reto. Para lograrlo, echa mano de un hábito clave: “La disciplina, ¡más nada! Tengo una rutina estricta y gracias a eso me alcanza el tiempo para todo”.

Para Karen Matos, todo el esfuerzo vale la pena, porque “no hay nada más gratificante que lo que haces lo veas como una diversión también, que te sientas a gusto. Disfruto todo sobre mi trabajo, desde atender a esa clienta que pide asesoría hasta ayudarla a lograr un look que la haga feliz, segura, bella y elegante.

Embarcada en los preparativos para celebrar el décimo aniversario de LemonTree, la diseñadora se muestra expectante y llena de ideas para continuar ofreciéndole a su clientela nuevas variaciones de su estilo fresco y contemporáneo.