INGENIOS
Entre el cinetismo y el op-art
Inspirado por grandes representantes del arte venezolano, este artista se define como un “opticinético”, un término creado por él que abarca investigación cinética con lo mejor del arte óptico
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Rodrigo Machado

 

Su camino en la creación artística comenzó en la Universidad Jorge Tadeo Lozano de Colombia, donde se graduó como diseñador gráfico. Tras años de dedicar su vida a la publicidad, quiso rescatar un llamado que había sentido desde niño: la curiosidad por la creación artística.
 “El diseño gráfico me ha aportado la disciplina y el criterio visual para que mis obras cumplan su función y se logre la percepción deseada”, explica Rodrigo Machado.
 El artista se conecta con los principios básicos de la creación y, aunque se apoya en nuevas tecnologías, todavía disfruta de la magia del lápiz y el papel: “Soy académico y diseñador gráfico de la vieja escuela, de cuando no existían las computadoras y los bocetos se hacían a mano”.

Veo, veo, ¿Qué ves?
Inspirado en las teorías de percepción humana, las obras de Machado buscan excitar la retina humana a través de líneas sobrepuestas que seducen al espectador con sus movimientos visuales: “En mis obras, una cosa es lo que ve el ojo y otra lo que el cerebro quiere ver”, comenta el artista.
“El objeto ve el objeto como es, pero el cerebro percibe sensaciones diferentes. Busca profundidades de elementos que entran y salen”, continúa. Esos elementos visuales que engañan y coquetean con la mente son la base de la investigación artística de Machado.

Un artista “opticinético”
Líneas sobrepuestas, colores contrastantes y experimentos con la tridimensionalidad, son lo que hace que la obra de este venezolano se pasee por el arte óptico y cinético con facilidad.
Rodrigo Machado denomina su producto como arte opticinético: “Ambas corrientes son mi más pura fuente de expresión”, comenta.
 Sus referentes son, en su mayoría, venezolanos: “Carlos Cruz-Diez me enseñó sobre la investigación y el significado del color. De Jesús Soto, aprendí el movimiento y los conceptos de cinetismo. De Alejandro Otero, la creatividad y la pureza de su diseño. De Gego, sus mallas e instalaciones”, asegura.
 Machado confiesa que haber crecido en Venezuela fue fundamental para su desarrollo como artista: “He aprendido de ellos a lo largo de toda mi vida. Estuve expuesto a sus obras de gran escala en espacios públicos, eso me marcó. Los veía siempre con naturalidad y asombro”, explica.
En las últimas décadas, el cinetismo se posiciona como la fuente de inspiración principal para los artistas venezolanos y, según Machado, (cuya investigación también se basa en cinetismo), esto se da porque la corriente artística “ejerce un magnetismo sobre el observador y la gente al ver una obra de este estilo quiere participar y conectar con ella”.




Coexistencia de antagónicos
Machado utiliza en su proceso creativo la integración de elementos antagónicos, como lo recto y lo curvo, lo blanco y lo negro. Este equilibrio entre elementos incompatibles juegan con la percepción de quien se encuentra con uno de sus trabajos.
 Cuando comenzó su carrera, sólo creaba piezas en blanco y negro, pero el color poco a poco se apoderó de su proceso creativo: “El blanco y negro son los colores que más tienen fuerza en el arte óptico por su efecto en la retina, pero el color llega a mí como parte de la evolución de mi trabajo”.
 El artista crea sus piezas inspirándose en su propia reacción al verla: “La reacción es diferente dependiendo de cada observador. Siento que son contemplativas, interactivas y lúdicas a la vez”, explica.
Diseña sus obras para que funcionen en diferentes perspectivas y en todas se mantiene el coqueteo y el movimiento: “Las hago para que puedan ser instaladas por cualquiera de sus lados. Al voltear cada pieza cambia la percepción y se crea otro juego”, asegura el artista.



Buscando la perfección
Machado trabaja con un conjunto de talleres especiales que lo ayudan a dar vida a sus ideas: “Haberme dedicado durante tantos años a prestar servicios de branding, me permitió reconocer los mejores proveedores y talleres a quienes confiar la elaboración de mis obras”, comenta.
 Detrás de cada pieza hay un estudio milimétrico y una investigación personalizada hecha en totalidad por el artista: “Estoy siempre buscando la perfección en su ejecución”, explica.
 Acostumbrado a trabajar con todo tipo de tamaños, desde pequeño formato para hogares, hasta fachadas de edificios corporativos, Machado selecciona sus materiales pensando en la durabilidad y estabilidad de la pieza.
 “Utilizo bastidores de aluminio elaborados en metalmecánica, que pasan por un proceso de laqueado con pintura automotriz, barnizados en mate UV. También trabajo con láminas de metal caladas en Router CNC y laqueadas; otras veces con impresiones UV sobre sustratos sólidos”, asegura.

 

Experimentos con arte funcional
Sus intervenciones arquitectónicas (fachadas de edificios) lo llevaron hacia la colaboración entre el propósito estético del arte y la funcionalidad propia del objeto: “He creado puertas particulares, peatonales y vehiculares, además de separadores de ambientes y mobiliario específico”.
 Con la mirada siempre en expandir sus investigaciones sobre la percepción visual, acepta cada reto nuevo como una oportunidad de crecimiento: “La gran escala es siempre emocionante y quizás algo intimidante. Busco que la propuesta sea original y que el resultado me muestre un camino para seguir investigando”, confiesa.
 Enamorado del proceso creativo, Machado sueña con seguir enviando sus propuestas a concursos internacionales: “Es una gran responsabilidad y satisfacción haber concursado en varias oportunidades y que mis proyectos hayan sido seleccionados”, concluye.


En datos
Su museo favorito es el Tate (Inglaterra)
Puedes ver sus intervenciones en la Torre BNC (Chacaíto)
Su paleta favorita: blanco y negro
Admira a la artista: Marisol Escobar
Es director creativo en Image Retail Solutions
Su Instagram: @machadoiturbeopticineticos