Gimnasia
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A lo largo de nuestras vidas, nos damos cuenta de que intentamos buscar algo o a alguien que nos haga sentir completos; muchas personas lo encontramos en los deportes. 

En el colegio, varias niñas conseguimos ese sentimiento en la gimnasia; pero detrás de todos esos saltos, movimientos inimaginables, flexibilidad y fuerza, hay cansancio, frustración y dolor. Estos tres últimos, sin darnos cuenta, hacen que esa sensación de estar completo desaparezca. La gimnasia es un deporte que te exige muchísimo; si lo reconoces y decides seguir en él, empezarás a ver los frutos poco a poco, devolviéndote el sentimiento de satisfacción. A medida que pasa el tiempo, ves que ese salto no fue como el de ayer, que tus entrenadores te dicen: “Bien, ahora hagamos esto”, que te duele un poco menos, te tambaleas un poco menos y, finalmente, se vuelve parte de ti, como si hacer gimnasia fuese caminar. 

La gimnasia te hace entender que debes amarla y aceptarla como es, tal cual como a una persona. Te hace entender que el tiempo, la paciencia, disciplina, dedicación y el corazón son la clave. Es un deporte que te pondrá muchos obstáculos, que provocará muchos miedos y lo primero que pensarás es que no puedes, pero tendrás al lado tuyo muchas niñas que sueñan lo mismo que tú, que tienen el mismo miedo que tú y que están acompañadas de entrenadores que creen en ellas como también creen en ti, recordándote todo el tiempo que con ganas y pasión el miedo desaparecerá.

Esta se quedará en tu corazón por siempre y recordarás cada caída, logro, medalla y lágrima con una sonrisa muy grande en la cara y al final de todo dirás: “Valió cada bendito segundo”. Gracias, “Gimnasia Loyola”, por hacerme la persona que soy actualmente, por 11 años de experiencias inolvidables.


María Laura Ferreira
V año