Cómo aprender y divertirse sin morir en el intento
Innovación ignaciana en tiempos de cuarentena
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“¡Guarden el teléfono, por favor!” ¿Quién iba pensar que esta frase perdería vigencia en un aula de clases? Los aparatos tecnológicos y el internet pasaron de ser una herramienta a convertirse en una necesidad histórica para educar con amor. Paradójicamente, aún recordamos las diversas oportunidades en las que nuestros estudiantes fueron protagonistas de esa lucha entre atender la clase y la seductora propuesta de revisar silenciosamente su Instagram, WhatssApp o Tik Tok.

El 2020 nos sorprendió y nada volvió a ser igual. Grandes proyectos estaban por venir, en medio de una tradición ignaciana que parecía ser inevitable. Pero, la vida nos enseñó de una forma muy peculiar a valorar el calor humano y la luz que arropa nuestro araguaney en la falda del Ávila.

Nos tocó enfrentamos al reto de diseñar estrategias de enseñanza y aprendizaje a distancia. La era tecnológica tenía rato tocando la puerta, pero algunos se negaban a abrirle. Veíamos a nuestros estudiantes más atentos de sus aparatos tecnológicos y nos frustraba, no entendíamos que son herederos de esa generación. Hoy, nos toca aprender a ver un Live en Instagram, a transmitir por Zoom, enviar stickers por WhatsApp y hasta jugar en salas virtuales para lograr enseñanza y diversión sin morir en el intento. Entendimos que la innovación no depende de la tecnología, sino de la capacidad de adaptarnos a las necesidades con un poco de creatividad y risas de por medio. Ahora, mis clases son a través de un juego virtual –Habbo–, donde mezclamos conocimiento, entretenimiento, tecnología y mucho amor por la educación.

Definitivamente hemos cambiado, y tengo un profundo miedo de regresar al colegio y ser el mismo que dejé antes de la coyuntura que nos abraza. Logramos convertir la crisis en una oportunidad para el futuro. Y claro que nos interesa el futuro, después de todo, ahí pasaremos el resto de nuestras vidas.

El amor nunca muere cuando la humanidad es noble en acciones.

Profesor Jesús Lara