Entrevista HMUN
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Ana: ¿Cómo definirían a HMUN?
Camila: Como un descubrimiento y una experiencia que me sacó de mi zona de confort, que es exactamente lo que busca HMUN; además de la excelencia y el honor que llevan los ignacianos dentro de sí.
Fabiana: Como una montaña rusa, un camino lleno de muchos obstáculos que se supera con constancia; un aprendizaje rápido pero intenso.


A: ¿Qué factores del contexto histórico del colegio o del país desafiaron sus gestiones?
C: Por ser la primera delegación que iba a HMUN, el tema académico influyó muchísimo. Éramos 19 personas nuevas, sin la preparación necesaria. También se presentó el desafío de ganarnos el respeto de todo el colegio; pero se logró y dejamos un buen legado.
F: Por primera vez, el problema económico que está atravesando el país nos afectó de manera realmente directa. Uno de los delegados tuvo que retirarse por dificultades económicas.


F: ¿Qué concepciones se desmintieron al llegar a la conferencia?
C: Llegar hasta allá siendo la primera delegación, y decir “Wow, sí pudimos”. Romper la barrera de pensamiento de que no éramos suficiente para llegar a HMUN y competir contra los colegios más importantes del mundo. Simplemente llegar a la ceremonia de apertura sobrepasó nuestras expectativas.


F: ¿Cómo fueron sus primeras simulaciones (sims) del circuito universitario internacional venezolano? ¿Qué expectativas les tenían los universitarios y cómo los trataban?
C: Si bien la Academia Merici fue de los primeros colegios que llegó a HMUN, nuestros faculties (Julio Sosa y Juan Campbell) casi que nos obligaron a ir a los sims, lo cual nos ayudó mucho a prepararnos. El primero fue en la USB. A mí me fue malísimo, el pánico se apoderó de mí, pero hubo gente a la que le fue excelente, y así nos fuimos abriendo camino. Primero nos trataban de niñitos, después todos pasamos a ser iguales. Ir a sims te ayuda a exigirte más, porque es un ambiente competitivo y tenso en el buen sentido.
F: Gracias a los sims las delegaciones venezolanas destacan afuera: la competencia es más dura, con desafíos complejos y universitarios con garras.


F: ¿Qué te impactó más de la competencia?
C: Competir con personas de todo el mundo fue realmente emotivo, ya que dimos lo mejor de nosotros, dejando en alto la voz del colegio y de Venezuela. Para ese momento, desarrollarnos en ese ambiente desconocido fue un paso enorme y motivador para nosotros.
F: Es impactante que ahora los competidores del circuito de HMUN nos reconocen, no pasamos desapercibidos. Ese trabajo empezó con ustedes y ha continuado con todas las delegaciones, hasta llegar a lo que somos hoy.


A: Cuenten una anécdota especial de su paso por la delegación.
C: Después de la premiación, algunos estaban emocionados porque habían ganado premios y otros no. Pero más tarde, hicimos un círculo y cantamos el himno del colegio; es de los momentos más maravillosos del mundo. Se compara fácilmente con cantar el himno en un IV vs V. Esa fraternidad que une a los ignacianos salió a florecer, y son cosas que solo entendemos nosotros.
F: La ceremonia de clausura es muy emotiva; todos los meses de preparación se concentran en esta. Yo viví una en la que gané y una en la que perdí y creo que la emoción de ver que el colegio triunfó es la misma. Cuando cantamos el himno en HMUN 2019, el secretario general no entendía nada, pero estaba tan inmerso en el momento que se metió en nuestra foto; no podía creer que un premio (BID) nos alegrara tanto. Recuerdo con mucho amor todas las reuniones o post-sims que nos convirtieron en una familia inseparable, sobre todo en la última rueda antes de HMUN. A mi alrededor, vi a una delegación a la que le tenía mucha confianza, y más que nervios, sentí emoción.

A: ¿Qué consejo le darían a futuros miembros de HMUN?
C: Atrévanse a vivir este mundo y esta experiencia. Anótense en esa lista con todas las ganas y den lo mejor de sí durante el proceso de selección, de preparación y sobre todo durante la conferencia. Vivan el honor y la experiencia de ser un ignaciano, un venezolano.
F: La clave está en la determinación, constancia y amor que le tengas al proyecto. Es un camino largo, de mucho aprendizaje en muy poco tiempo. No siempre va a ser fácil, habrá altos y bajos. Pero hay que seguir adelante, porque si siempre escuchas a tus faculties y tienes clara tu meta final, llegarás a los resultados que buscas.