Izcaragua y Alfierro salvan el samán del hoyo 8
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Recientemente, debido a las fuertes lluvias típicas del mes de octubre y al “cordonazo de San Francisco”, el famoso árbol Samán del hoyo 8 de Izcaragua Country Club, sucumbió al viento y a su propio peso de más de 30 toneladas. La pena y tristeza que esto transmitió a los socios golfistas que pasaban bajo el árbol centenario se hizo viral en las redes sociales. Este hecho llamó la atención del Superintendente del Campo, Pedro Azuaje, consciente de los trabajos realizados por la empresa Alfierro en el Club Izcaragua, tales como 8 puentes sobre las quebradas, tanto en el campo de golf como en diferentes áreas, se puso en contacto con Norma García, directora de la empresa, para informarle que luego de inspeccionar las raíces del Samán, tenía la firme convicción de que podía salvarse.

Norma llegó inmediatamente al club con uno de sus aliados, el Sr. Roberto Delgado de Gruas Liberador, y posteriormente se reunió con el renombrado ingeniero de estructuras, José Suriani, para diseñar un plan de acción.

La empresa Alfierro fundada en 1988, está especializada en la fabricación e instalación de estructuras metálicas para los sectores industrial y comercial. Aunque siguen centrándose en las estructuras metálicas, se han ampliado para incluir proyectos residenciales, piezas especiales y herrajes pesados. Norma García, socia del Izcaragua Country Club, dirige la empresa y se ha ganado una reputación de prestigio y confianza entre clientes y socios comerciales a lo largo de los años.
 
La construcción de una estructura, aunque solo sea para levantar y rescatar el saman del hoyo 8, siempre requiere cálculos y de un proyecto. Alfierro lleva muchos años colaborando estrechamente con los mejores calculistas del país. Este proceso les ha permitido realizar importantes construcciones bajo una rigurosa supervisión, en edificios como la sede del periódico El Nacional, Excelsior Gamma, Central Madeirense, Eurobuilding, KFC, Ebel y Yambal, por mencionar algunos.

Esta colaboración entre expertos en el campo de la ingeniería y la construcción prometía ser la solución que el árbol necesitaba. Juntos, analizaron detalladamente la situación y trazaron un plan que involucraba la utilización de grúas especializadas para levantar y sostener el árbol mientras se realizaban las reparaciones necesarias y la colocación de un soporte.

El equipo de trabajo puso manos a la obra y trasladaron los materiales desde el galpón de la empresa en Guatire y el servicio de la enorme grúa, que apenas pudo pasar por los arcos de la entrada del club, con sumo cuidado y precisión, lograron estabilizar el árbol y colocarle un soporte. Además, se implementaron medidas de protección adicionales para prevenir futuros daños causados por las condiciones climáticas. Tanto los servicios de grúa, cálculo y diseño de los soportes, como la fabricación y montaje de estos fueron donados por las empresas involucradas.

El trabajo en equipo, la experiencia y la dedicación de todos los involucrados permitieron que el árbol fuera salvado y devuelto a su esplendor. Este logro fue celebrado con gran alegría y satisfacción.
 
El caso del árbol Samán del Izcaragua Country Club se convirtió en un ejemplo inspirador de cómo la iniciativa y la determinación pueden marcar la diferencia. Gracias a la intervención oportuna y efectiva de Pedro Azuaje, en conjunto con la empresa Alfierro y sus aliados, el árbol continuará siendo una parte importante de la historia y la belleza del club preservando y protegiendo nuestro entorno natural.