Deyanira de Tejero: El desafío de salir siempre adelante
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Cuando se comprende la importancia que tiene un deporte o una labor específica la persona se siente más inspirada para lograr un mejor desempeño. “Contrariamente a lo que muchos dicen, refiriéndose a que el golf es un deporte solitario, donde no existe diálogo ni momentos en donde poder expresar los sentimientos, yo creo, sin embargo, que es uno de los pocos deportes donde se tiene esa facilidad más que en ningún otro”.

Todo esto lo dice Deyanira de Tejero, miembro del club de Damas Senior de Golf, pertenecientes al Izcaragua Country Club, quien a sus 73 años practica el golf a diario como un ritual que le proporciona vida y le permite mantenerse activa. Expresa que practicar golf es una especie de savia, de adicción saludable que la impulsa a obtener metas. “Mi esposo quien ha sido siempre un jugador de golf fue la principal inspiración para aprender, conocer y constituirme en una defensora de este deporte que crea nexos de familiaridad. Ya son 38 años practicándolo todos los días. Una de las cosas más bonitas del golf es que se puede jugar con cualquier deportista sin importar su nivel de aprendizaje. Eso es debido al hándicap, considerado como el índice que mide tu nivel de juego” señala con una sonrisa.
 
Con un tono de voz que arrastra los recuerdos al presente, expresa que le gustaría haber comenzado desde niña a jugar golf por todo lo que involucra; desde los valores humanos, la socialización hasta la nobleza. Al mismo tiempo, lo considera beneficioso para la salud física y mental. El interés por este deporte empezó en su ciudad de origen Maracay. Y fue un hecho fortuito y casual. “Un día sentado a la mesa estaba conversando con una amiga en el Country Club de Maracay y transcurría el tiempo, mientras esperaba que mi esposo terminara su juego, de allí me levanté y le dije a mi amiga juguemos. Ese día tuve una revelación: descubrí uno de los deportes más entretenidos del mundo. Al poco tiempo tomé clases con Juan Guerra, uno de los más destacados golfistas de Venezuela, quien primero fue caddie y con el tiempo llegó a convertirse en una referencia como profesor y jugador. No olvidemos que Venezuela ha dado al mundo grandes golfistas, quienes antes de dar el salto profesional se desempeñaron como caddies. Por eso aliento enseñar este deporte a todos los grupos sociales, dado que su práctica involucra todos los valores éticos de carácter universal que persiguen construir una mejor vida en sociedad”.



Pasatiempo ideal
 
Deyanira mira fijamente, reflexiona y señala que el golf también es un entretenimiento. La persona que lo ejercita hace deporte sin sobresaltos, se pasea por parajes estupendos, donde la naturaleza y la fauna se funden en agradables mañanas o en tardes coloridas, se crean relaciones con otras personas y sobre todo mucha amistad. “En cuanto a la familiaridad, el golf fomenta la camaradería y forja amigos en una especie de hermandad. En lo particular me ha proporcionado una gran satisfacción al tener amigos en todos los clubes de Venezuela donde se escenifica este deporte, porque de alguna forma eso ha reforzado los vínculos afectivos y ha mejorado los lazos familiares”.
 
Por otra parte, subraya que sus dos hijas (una vive en España y otra en los Países Bajos) y su yerno también juegan golf. La menor participó en el Long Drive de Nevada (EEUU), logrando clasificarse en el puesto 12. “En estos años he comprendido que jugar en familia potencia la disciplina y sobre todo las buenas costumbres que contribuyen al modelaje del entorno”.

Confirma que el golf gusta mucho porque en una ronda de juego es posible animar el diálogo, socializar con los compañeros, pasar tiempo con la familia, mientras se realiza ejercicio, se camina, se juega y se disfruta de la belleza del campo.

Como hito esencial vale destacar que Deyanira llegó a jugar hasta un promedio de diez torneos por año y participó en el 26 Suramericano de Damas Senior celebrado en Argentina en el año 2023.

En la ciudad jardín

A Maracay la recuerda como una ciudad ordenada, de jardines floridos y con eventos que convocaban a toda la gente durante los fines de semana. Allí le correspondió organizar muchos torneos, entre éstos el referido a los 300 años de la ciudad de Maracay, con el patrocinio de empresas privadas de gran renombre, de la misma forma recuerda el Torneo Abierto que llegó a celebrarse en el Club de Golf Maracay. Era un torneo apto para todos los jugadores en diferentes categorías. También destaca la Copa Ciudad Jardín, realizada en el Club de Campo Las Delicias, que se disputaba en la modalidad de medal play. Y, finalmente rememora los torneos de la Fuerza Aérea y el Internacional Marriott Maracay.
 
Deyanira de Tejero integró la Comisión de Golf de ese estado central por dos períodos consecutivos, junto a un grupo de jugadores comprometidos con la difusión, la práctica y la interrelación social.



Damas Senior en el Izcaragua

El Izcaragua promueve una activa comunidad de golfistas femeninas senior, participando en diversos torneos y actividades a lo largo del año. Deyanira agradece mucho que se impulse la participación de mujeres, jóvenes y miembros de la comunidad, por ello reconoce la labor que han impulsado Francis Fornino, Iraián López y Sylvia Briceño.
 
“Siempre existió la inquietud de crear una sociedad que agrupara a las damas practicantes del golf, con el propósito de auspiciar los torneos, planificar los adiestramientos y facilitar el sano compartir de esta actividad”. Hoy día, la asociación de damas senior de Venezuela, la preside Francis Fornino, Desirée izquierdo es la vicepresidenta y Deyanira de Tejero se desempeña como secretaria.
 
Tienen planificado para el 27 de febrero realizar el sexto ranking de golf. Estos torneos se efectúan en todos los clubes de golf del país y concluye su actividad con el torneo nacional en el Valle Arriba Golf Club, en el mes de abril. Al finalizar este encuentro se conformará el equipo de Damas Senior que asistirá al 27 suramericano que tendrá lugar en Perú este 2024.



Desde su punto de vista el Izcaragua es un club muy completo, integrado por una cancha única en el mundo. En su percepción la más bella de Venezuela por la naturaleza, el agua, los animales, no hay ruidos ni tráfico automotor. Esta fue una gran inspiración hacer una cancha de golf entre dos montañas con un diseño retador.

En otro aspecto de la conversación no duda en mostrar sus simpatías por dos extraordinarios deportistas: Jack Nicklaus y Tiger Woods. No es sencillo establecer una comparación más o menos justa en el plano deportivo entre Nicklaus y Woods, ya que son tres décadas y media las que les separan en su cronología vital, y en ese tiempo el golf ha cambiado mucho en algunos aspectos, como el equipamiento (palos y bolas) y la preparación física e incluso mental. Sin embargo, la esencia de la competición, que no es otra cosa que el talento de los jugadores permanece. Y eso es lo que ella resalta de ambos jugadores: el tener un sueño, prepararse y cumplirlo.



Además-dice- “admiro en el Club Izcaragua al hijo de Luis Rivas, Alejandro Rivas, un joven que ama este deporte, tiene condiciones y va a llegar lejos. Tú puedes tener todas las condiciones, pero si no amas y haces las cosas con pasión no se alcanzan las metas. En este sentido observo un talento con disposición a escalar peldaños para alcanzar muchas estrellas y dar al mundo su mejor versión como golfista”, afirma.

Deyanira enfatiza que el golf debe enseñarse y expandirse en Venezuela, por todo lo que involucra en el desarrollo humano. Esa iniciativa está latente desde que aupó la creación de una escuela en Maracay para las comunidades, donde ella participó junto a los reconocidos golfistas Juan Guerra y Alí Ibarra.



Muestra cierta timidez cuando le recuerdan que ella se ha convertido en un símbolo, en un modelo de persona por su trayectoria en el tiempo. Agradece estos gestos y precisa que el único mensaje que puede dar es que “cada quien debe convertirse en la perseverancia personificada, es decir levantarse una y otra vez para ver cumplidas sus metas. Todo se respalda en el estudio, la práctica y el amor que se dispense a cada actividad. Sin esfuerzo y sin amor, el talento no es más que nuestro potencial sin manifestarse”, concluye diciendo.