Entrenar a los hijos en la toma de decisiones
Por María Gabriela Esculpi: Stephany Morales, psicóloga infanto-juvenil, nos cuenta cómo la sobreprotección en la niñez afecta en el momento de desenvolverse en la etapa adulta
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Cuando los hijos son pequeños, los padres les inculcan principios y valores que irán formando su identidad. Sin embargo, al crecer, los jóvenes se ven influenciados por otros factores de su entorno que los lleva a tomar decisiones que no siempre son del agrado de aquellos.

Ante estas señales los padres recurren a la sobreprotección para impedir que los chicos asuman responsabilidades y así supuestamente evitar que sufran. Las consecuencias más comunes de esta actitud son la dependencia y la frecuencia de episodios de ira, ya que se le impone a los hijos cómo actuar, pensar o vestir en lugar de enseñarles el por qué llevar a cabo dichas acciones, y que ellos mismos puedan evaluarlas según lo aprendido o si están conforme con sus planes. “Para enseñar a los hijos a tomar decisiones debemos dejar que elijan a medida que van creciendo, y tenemos que diferenciar cuando los ponemos a escoger entre sus gustos y sus valores” afirma la psicóloga infanto-juvenil en la Fundación Familias Saludables (Funfasa), Stephany Morales.

“Debemos entender cómo es nuestro rol de padres y cuándo debemos dejar de ser partícipes para pasar a ser solo observadores” indica Morales. La profesional reitera que muchas veces los hijos se olvidan de los valores inculcados por sus padres, especialmente durante la adolescencia, debido a la importancia de encajar en su propio entorno.

Los valores no son negociables
Es importante entender que para asignarles responsabilidades a los hijos debemos pensar más en sus capacidades que en los valores inculcados. Al final eso propiciará que desarrollen el buen juicio a la hora de tomar decisiones. Por ejemplo, mi hija puede vestirse como quiera, eso es negociable; pero “los valores que deciden las familias no lo son”, asevera @psico.moraless.

La familia y las decisiones
Morales afirma que los padres a lo largo de la vida estarán presentes a la hora de tomar decisiones, ya que mientras los hijos no tengan juicio sobre sus actos es lógico que los padres las tomen por ellos, Pero con el transcurso del tiempo se presentarán decisiones que se tomarán primero sin ellos, más tarde con ellos, y al final con el consejo de ellos.

La psicóloga promueve que los padres deben cambiar las órdenes autoritarias por peticiones respetuosas, además de eliminar la búsqueda constante de fallas. Simplemente se deben hacer propuestas según la edad de los jóvenes y hacerles entender las consecuencias de una equivocación para así motivar a que los hijos tomen decisiones acertadas acordes con su edad, valores, gustos y costumbres.