Magaly Otaola y el tránsito de las emociones
Por José Miguel Rodríguez: Es una artista contemporánea que trabaja en proyectos conceptuales donde lo más importante es la investigación y el mensaje contundente que se envía al espectador
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Lleva el arte en las venas. Viene de una familia en la que las expresiones culturales son tan religiosas como las comidas del día. No cabe duda de que Magaly Otaola es una mujer vibrante que cuando habla de pintura, escultura o grabado, hechiza de tal manera que el tiempo deja de ser un verdugo. Es como si detuviera las manecillas del reloj para contarte mucho sin que te des cuenta.

Fue formada desde niña con un exquisito gusto por las bellas artes y maneja a la perfección el tema de las emociones, tanto que las hizo parte casi permanente de sus proyectos. Cuando conversa sobre la Ciudad Universitaria de la UCV y el reloj que creó su padre, abunda en detalles, pero en sus palabras hay un hilo de nostalgia por lo que fueron las expresiones plásticas en la época de Carlos Raúl Villanueva.

“El arte es un mecanismo de transformación social. Es importante inculcarle a los niños desde temprana edad el entusiasmo hacia su historia y sus ramificaciones, porque eso les hace desarrollar el gusto, logrando ser más cultos, más conservacionistas del legado cultural”, dice.


Actualmente trabaja en su nueva exposición que estima estará lista para finales del año que viene

Otaola ha participado en numerosas exposiciones en Venezuela, Estados Unidos, China y Europa. Fue alumna de pintura de Carlos Vicente Torrealba y se formó en escultura, fotografía y grabado. Actualmente reside en Caracas donde trabaja desde su taller privado.

Se considera una artista contemporánea. Trabaja en proyectos conceptuales donde lo más importante es la investigación que la caracteriza y que presenta un mensaje contundente que se envía al espectador para lograr reflexiones que produzcan reacciones más activas y menos contemplativas, como solían ser antes.


Las emociones como tema

Sus investigaciones más recientes tienen que ver con las emociones y su paralelismo con los senderos y las rutas.

“El universo está conformado por diferentes líneas geométricas, rectas, onduladas, de muchas formas. Iguales a las líneas que dibujan y se encuentran en nuestro cuerpo. Tenemos registros de nuestras líneas del corazón. Son rígidas y muestran tus movimientos cardíacos. Al igual que las del cerebro. Y esas líneas se proyectan para describir el estado mental del ser humano en un momento dado, dependiendo de sus emociones. Las autopistas, por ejemplo, tienen líneas rectas y curvas, ordenadas, que te señalan la vía, en intervalos. Pero igual son registros de la vialidad. Como los registros del corazón y del cerebro. Son recorridos emocionales. Porque de eso se trata la vida: un viaje de experiencias de cómo vives y evolucionas en el camino”.

Para ella el recorrido de las emociones, las líneas de los pasadizos peatonales, son los intervalos de nuestros sentimientos. Las aventuras, las decepciones, los rechazos, los éxitos, son los pasos que damos al crecer y evolucionar.


Para ella el recorrido de las emociones, las líneas de los pasadizos peatonales, son los intervalos de nuestros sentimientos


Su nuevo proyecto con acción social

Actualmente trabaja en su nueva exposición que estima estará lista para finales del año que viene. La investigación sigue la línea de su proyecto anterior: el recorrido emocional y su trayectoria.

“La pandemia nos tiene un poco encerrados, pero los vecinos en todas las urbanizaciones caminan juntos. Es la hora social de compartir y de comunicarse. Esto me inspiró y se me ocurrió proponerle a una urbanización cerca de donde vivo que donaría una obra mía pintada sobre el pavimento. Eso sería un proyecto urbano y social. Ya que todos participaríamos en la ejecución de la obra como un acto comunitario de acción positiva en pro de una buena vecindad. La propuesta fue aceptada y pronto la veremos lista”.

Es de la idea de replicar estos pasos peatonales en otras urbanizaciones para embellecer con arte y sensibilizar a la sociedad, al individuo. Le gustaría hacer un proyecto urbano invitando a otros artistas para pintar pasos peatonales que embellezcan la ciudad. Aunque no tiene definido el nombre que llevará el mismo, se debate entre conceptos como pasajes, pavimentos latentes, intervalos emocionales y pasadizos.

Lo que sueña y lo que recomienda

Magaly Otaola añora exponer nuevamente en Caracas o Maracaibo. En cualquier galería o museo donde se dé la oportunidad, pero le encantaría mostrar su trabajo en el ámbito internacional también.

Cuando nos habla de creatividad nos dice que se pone de manifiesto cuando sueña. “Cuando observo El Ávila. Cuando estoy frente al mar. Cuando voy en el carro en una ruta larga. Cuando estoy en el aire volando. Cuando bailo”.

A quiénes tengan la vocación de ser artistas plásticos les recomienda que sean perseverantes, que no dejen de soñar, imaginar y crear, pero por sobre todo que estudien y trabajen todos los días, porque el arte los hará felices.


José Miguel Rodríguez en Instagram @jmcanta@tardesdeshow