Carúpano y Cumaná en las aventuras de un gran fotógrafo
Por Evarísto Marín: Henrique Avril se aventuró a lomo de mula hasta Tunapuy para retratar a Manuel Antonio Matos y a los jefes del Estado Mayor de la Guerra Libertadora contra Cipriano Castro
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Eran tiempos de guerra cuando Henrique Avril, el famoso fotógrafo de El Cojo Ilustrado, anduvo por tierras de Carúpano, Güiria y Cumaná para tratar de captar algunos testimonios de la revolución acaudillada por Manuel Antonio Matos y Nicolás Rolando contra el gobierno de Cipriano Castro.

Avril no pudo desplazarse con sus pesados y rudimentarios equipos hasta los campos de enfrentamiento militar, pero sí logró aventurarse a lomo de mula hasta Tunapuy para fotografiar a Matos y a su estado mayor, en el cuartel general de la llamada Guerra Libertadora de Oriente. Esa fotografía fue publicada con gran despliegue por The New York Times y otros diarios norteamericanos.

El general Manuel Antonio Matos (al centro) con su Estado Mayor, en el cuartel de Tunapuy, en 1902 

Fue Avril el primer corresponsal viajero a quien el legendario periódico, editado en Caracas, desplazó hacia el interior del país.

Definido como innovador en las artes tipográficas venezolanas en los comienzos del siglo XX, El Cojo Ilustrado, editado por J.M. Herrera Irigoyen, también fue el primero en publicar fotografías periodísticas realizadas por personal propio. Hasta ese momento lo más usual era que la prensa venezolana publicara clisés fotográficos recibidos por correo desde el exterior.

Joven rubio, delgado y bigotudo, Henrique Avril, de ascendencia francesa, registró con su cámara algunos hechos colaterales de la Libertadora de Oriente. Es posible que haya estado en Carúpano cuando el jefe del ejército del gobierno, y vicepresidente de la República, Juan Vicente Gómez, fue herido al intentar la toma del estratégico cerro de El Vigía. Con una bala de fusil atravesada en una pierna, Gómez fue sacado de combate y llevado hasta Playa Grande, donde una familia de pescadores lo auxilió antes de ser embarcado, en un vapor de guerra, hacia La Guaira. A partir de entonces debió caminar renco y con bastón.

Que se conozca, la de Carúpano fue la única batalla que perdió Gómez. Estamos hablando de mayo de 1902. Se dice que los muertos fueron centenares. Aquel revés militar fue atribuido a una mala estrategia del general José Antonio Velutini, a quien Castro había recomendado como “el hombre más entendido en la guerra de Oriente...” Desde ese día, la estrella política (y militar) de Velutini nunca volvió a brillar.

Las fotos de Avril fueron símbolo de gran elegancia. En esta de 1915 se ve a los carupaneros paseando en el tranvía eléctrico

En algunas casas comerciales carupaneras, los partidarios de Matos llegaron a exhibir –en los comienzos del exilio de Cipriano Castro– aquella famosa foto hecha por Avril en la que se ve al jefe de La Libertadora con Santos Dominici y otros miembros de su Estado Mayor, en su cuartel de Tunapuy.

Cuando llega por vez primera a Cumaná, Avril queda impresionado por la belleza de la desembocadura del río Manzanares. En una foto de la época, seguramente tomada por su ayudante o mozo de confianza, se le ve metido en las aguas del río con su trípode. En esos tiempos el Manzanares era un río de aguas muy limpias y durante algunos meses del año sitio de abundante pesca de bagres y otras especies.

El joven fotógrafo también queda fascinado por el estilo de vida afrancesado que existía en Carúpano a comienzos del siglo XX.


Portada de un ejemplar de 1897 de El Cojo Ilustrado

A Henrique Avril lo tienen muchos como nativo de Puerto Cabello. No es así. El primer reportero gráfico de Venezuela era originario de Barinas. Se da el año 1866 como el de su nacimiento. Su padre, Emilio Avril, era francés como ya dijimos, y puso mucho empeño en su preparación en París en el oficio fotográfico, con el cual se abrió paso en Venezuela con indudable notoriedad. Llegar a destacarse en ese arte no fue una cuestión fácil. En un comienzo, la delicada y exigente actividad de tomar, revelar y copiar fotografías solo fue ejercida en Venezuela por extranjeros. El oficio, además de un costoso equipo, requería de un largo aprendizaje.

Avril contrae matrimonio en Barcelona, en 1906, con María Lourdes Ugueto Padrón, descrita como una joven dama de mucha hermosura. Con ella se radica en Puerto Cabello, ciudad en la cual instala su primer –y único– laboratorio fotográfico. Eso explica que muchos capitanes de barco y comerciantes que navegaban de Oriente a Puerto Cabello, exhibieran en sus casas de Margarita, Cumaná y Carúpano, fotografías con el sello “Avril Puerto Cabello, Venezuela”. Eso formaba parte del estilo de una época.




Fotos Archivo Evaristo Marín