Elisa Vegas va más allá del hecho artístico
Por Pedro Rojas: La directora artística de la Orquesta Sinfónica Gran Mariscal de Ayacucho considera que “el arte como un todo” es fuente de desahogo en estos tiempos difíciles
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Para Elisa Vegas, directora artística de la Orquesta Sinfónica Gran Mariscal de Ayacucho, el confinamiento por el Covid-19 la toma “en el mejor lugar posible”, en su hogar y en una ciudad que representa para ella “una energía cultural” única: Caracas.

La cuarentena “por más fuerte que sea”, apunta, “ha resultado muy beneficiosa en lo personal y en lo profesional porque al desaparecer la urgencia del día a día, las cosas importantes empezaron a cobrar una vida importante”. Como ejemplo indica que ha podido estar más tiempo con su hijo de tan solo tres años de edad.


“Soy una venezolana cuyo propósito en estos momentos es elevar nuestro arte para mejorar nuestra sociedad”, dice

Como directora tiene la idea de “romper paradigmas para adaptarse a los nuevos tiempos” y asegura que esta parada por la pandemia también le ha permitido “crear nuevas y retadoras estrategias, porque ciertamente el futuro siempre se presenta con distintas perspectivas”.

“Ya estábamos en una era digital que fue acelerada por este confinamiento y en una orquesta siempre están presentes las nuevas tendencias de adaptación al mundo moderno. En este tiempo hemos podido hacer esos nuevos proyectos”, dice.


Como directora tiene la idea de “romper paradigmas para adaptarse a los nuevos tiempos” 

 Vegas agrega que “la Orquesta Sinfónica Gran Mariscal de Ayacucho rápidamente se adaptó a la tecnología y está activa, haciendo piezas musicales, ahora como una orquesta en casa, y eso la verdad es muy importante para mí”.

Uno de los retos profesionales más importantes en los últimos años ha sido asumir la dirección artística de la orquesta, la cual conoce desde hace una década. “Ya había trabajado con ella pero en 2017 tomé las riendas como una decisión de vida”, cuenta.

Ha podido desarrollar con ella una programación variada, rica en estilos y géneros musicales en la búsqueda de posicionarse como “una de las mejores orquestas de la región”.

“Soy una venezolana cuyo propósito en estos momentos es elevar nuestro arte para mejorar nuestra sociedad. Yo siento que tengo una vocación por la transformación de nuestro país a través de la cultura y es por eso que, por decisión, estoy en Venezuela, con la Ayacucho, poniendo nuestro granito de arena, porque la música de los espectáculos que hacemos siempre tiene un propósito muy firme para aportar a la sociedad, más allá del hecho artístico”, afirma.

“Definitivamente este año ha sido complejo, pero también ha traído momentos especiales como ser nombrada Líder Joven del Foro Económico Mundial, un proyecto de liderazgo y formación que dura cinco años y que también es un honor y un privilegio. Pude participar en el musical Los Miserables como directora musical del proyecto. Y recuerdo con mucho entusiasmo el concierto justo antes del confinamiento, en la concha Acústica de Bello Monte, donde rompimos récord de asistencia con más de 7.000 personas”, cuenta con orgullo.

Vegas además apoya proyectos de corte social y cultural de transformación y rescate en las poblaciones del país.

-¿Tiene comunicación con otros directores para compartir lo que está viviendo el mundo artístico?

-Mantengo contacto con el mundo orquestal y musical venezolano y entre todos siempre estamos haciendo estrategias. De hecho son estrategias conjuntas que incluyen al Sistema Nacional de Orquestas, la Orquesta Sinfónica Venezuela, la Orquesta Sinfónica Municipal, y estamos con algunos proyectos en el entendido de que en la unión está la fuerza. Creo que la sinergia en estos momentos es muy importante. Estoy ahora en un proyecto de la Academia de la Orquesta de las Américas que lleva a cabo master clases con importantísimos músicos y maestros de todas partes. También he estado en contacto directo con el maestro Carlos Miguel Prieto, uno de los grandes directores del mundo; y además me comunico con directores venezolanos que están haciendo carrera internacional con asociaciones musicales de otras partes del mundo.

Vegas también mantiene contacto con la academia de Educación del Latin Grammy con el objetivo de “impulsar mutuamente la música”.


Elisa Vegas es clarinetista y pertenece a la generación de directores venezolanos emergentes


Como un todo

La directora ve el arte “como un todo” y como estudiante de arte, en la Universidad Central de Venezuela, cree “firmemente en la multidisciplina, es decir, incluso en cuanto a conocimiento, un músico no se puede quedar solamente en la música, igual que un pintor no se puede quedar solamente en la pintura. Estimo que es importantísimo conocer y conectar los proyectos que se llevan adelante y elevar las manifestaciones artísticas de distintas áreas”.

Informa que en esta etapa de reinvención están con Crack Estudio Orquesta y Crack Estudio, junto a Nacho Palacios, “con iniciativas que no son solo musicales sino que siempre tienen algún mensaje, puede ser literario o puede ser un mensaje visual”.

-¿Cómo visualizas nuevos escenarios en la virtualidad?

-Creo que para quienes estamos al servicio de la música se trata de un momento en el que la experiencia de la ejecución debe estar más conectada con el público. No olvidemos que el ser humano es cuerpo, mente y alma, pero en los momentos de crisis se debe fortalecer el alma y ella, en general, puede verse impactada positivamente a través de las artes, a través del desarrollo de la sensibilidad y de las emociones, y es allí donde nuestra labor se hace súper pertinente en estos tiempos.

Explica que aunque ahora la sociedad se ha separado físicamente, “seguiremos explorando todo lo que nos pueda prestar la tecnología para seguir conectados. El ser humano es un ser social y realmente la conexión es importante. De allí que la música va a estar siempre junto a nuestro público, a través de la presencia física o a través de la tecnología”.

“A mí no me cabe la menor duda de que el arte es un desahogo y lo ha sido siempre en todas las épocas. Ha sido una fuente no solamente de inspiración, sino una fuente para recargar el alma y poder seguir adelante”.



Fotos Miguel Alfredo López / Cortesía Hacienda Santa Teresa