Stonewall: donde el orgullo empezó
Por Laura Tirado: Los sucesos de 1969 marcaron el antes y el después en la lucha por los derechos de la comunidad gay
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La noche del 28 de junio de 1969 la policía perdió el control durante una redada realizada en el oscuro bar Stonewall, en Manhattan, uno de los pocos locales que permitía el encuentro de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales de la época. Los sucesos atrajeron una muchedumbre que dio pie a una rebelión que se repitió durante varias noches sucesivas.

En 1970 la fecha se recordó con una marcha de 400 personas, un año después se superó el millar. Actualmente es la mayor concentración anual global de cualquier tipo.

El bar Stonewall Inn en abril de 2019 /Foto Wikipedia Commons


Antecedentes

En 1950 los homosexuales fueron incluidos en la lista del senador Joseph McCarthy, famoso por instigar una cruzada anticomunista, bajo la teoría de que eran fácilmente susceptibles al chantaje. “Entre 1947 y 1950, 1.700 solicitudes de trabajo federales fueron rechazadas, 4.380 personas fueron expulsadas del ejército y 420 fueron despedidas de sus trabajos en el gobierno por la sospecha de que fueran homosexuales”, apunta el portal Wikipedia.

Durante los años 50 y 60, el FBI y los departamentos de policía realizaron listas de homosexuales conocidos y el servicio postal mantenía un registro de sus direcciones. Más tarde los gobiernos locales siguieron el ejemplo y empezaron a cerrar los bares que servían a los gays, arrestando a sus clientes y exponiéndolos en los periódicos; realizaron campañas para “limpiar” vecindarios, parques y playas de ellos, y las universidades expulsaron a profesores sospechosos de serlo. En definitiva, salvo en Illinois, la homosexualidad estaba prohibida en todo el país.


 La escultura “Gay Liberation” de George Segal, en el Christopher Park, conmemora el acontecimiento/ Foto El País de España

Miles de gays, lesbianas y personas transgénero fueron públicamente humillados, físicamente acosados, despedidos, encarcelados e incluso internados en hospitales psiquiátricos pues la homosexualidad era considerada un “trastorno sociopático de la personalidad” por la Asociación Americana de Psiquiatría (¡hasta 1973!).

Ante ese contexto antihomosexual generalizado surgieron las primeras organizaciones que abogaban –todavía tibiamente– por los derechos de los gays, buscando demostrar que los homosexuales no eran distintos de los heterosexuales.

Más adelante, el clima beligerante de la década de 1960 con los movimientos feministas, a favor de los derechos civiles de los afroamericanos y en oposición a la guerra de Vietnam facilitó la aparición de revueltas aisladas que allanaron el camino para los acontecimientos de Stonewall.


Greenwich Village, Stonewall y los disturbios

En preparación de la Feria Mundial de Nueva York de 1964, la ciudad comenzó a revocar las licencias para servir alcohol en los bares y aprovechó para arrestar la mayor cantidad posible de homosexuales bajo acusaciones falsas.

El barrio neoyorquino de Greenwich Village, al sur de Manhattan, no escapó de eso debido a su alta población gay, lésbica, travesti, transgénero y transexual. Pero al mismo tiempo era solo en los bares donde podían reunirse abiertamente; bares cuyos propietarios no eran gays sino de la mafia italiana que maltrataba a sus clientes habituales, aguaba el alcohol y cobraba por permitirles seguir abiertos además de sobornar a la policía para prevenir las rutinarias redadas.

Pero la noche del 28 de junio de 1969 en el Stonewall, propiedad de la familia Genovese y ubicado en el 51-53 de la calle Christopher, no terminaría igual.

Pasada la medianoche, al bar irrumpieron policías anunciando a gritos su presencia ante aproximadamente 200 personas desconcertadas, pues el procedimiento “habitual” era poner a los clientes en fila, solicitarles identificación y arrestar solo a los hombres que estuvieron vestidos de mujer. En esta ocasión, los agentes decidieron llevárselos a todos a la comisaría por lo que algunas personas se negaron a mostrar sus documentos. Más tarde, algunos testigos refirieron que “la sensación de incomodidad creció rápidamente, agravada por unos policías que comenzaron a manosear de forma inapropiada a algunas de las lesbianas”.

Quienes fueron echados del bar no se alejaron, como solían hacerlo, escapando, sino que se quedaron en los alrededores gritando contra la policía y exigiendo sus derechos. Otros se defendieron por lo que hubo empujones, gritos e insultos. Rápidamente se congregaron en los alrededores cientos de personas atraídas por el escándalo y la presencia de las patrullas. Muy pronto se armó un caos cuando los agentes sacaron sus armas y apuntaron a la masa que enfurecida quemó basura para lanzarla hacia las ventanas. Latas, botellas y piedras volaron contra la policía. La reacción fue inesperada. Llegaron decenas de unidades de apoyo pero también crecieron por centenares los que protestaban.

“Alguien sacó de cuajo un parquímetro y lo estrelló primero contra la puerta del local y luego contra el capot de un auto policial. Fue una batalla campal de varias horas de duración que se apaciguó recién cuando amanecía, dejando decenas de detenidos, vidrieras destrozadas, botellas rotas, rastros de sangre seca sobre el pavimento, el parquímetro deshecho y pequeñas fogatas que todavía ardían”, relata Matías Bauso en el portal de Infobae.


Una placa conmemorativa fue colocada en el lugar en 2016 / Foto Archivo

La noche del sábado 29 el local reabrió contra todas las posibilidades. De nuevo se presentó la policía, pero se había corrido la voz y miles de personas se reunieron frente al Stonewall congestionando las calles adyacentes. Cada vez que un agente capturaba algún cliente, la masa se lanzaba para soltarlo. Cientos de personas apedrearon a los oficiales. Los homosexuales estaban dispuestos a dar la pelea. El domingo se repitieron los sucesos pero con menos ímpetu. Durante dos días los contrincantes parecieron darse tregua.

El miércoles un graffiti en las vidrieras del Stonewall indicaría que todo había cambiado: ¡Gay Power! (¡Poder Gay!). Esa noche tuvo lugar otra explosión callejera pero la policía, a pesar de contar con varias unidades y decenas de hombres, no pudo contener a los manifestantes. Fue la noche de mayor violencia, con igualdad de heridos por ambos bandos. Los enfrentamientos duraron horas y los destrozos cubrieron varias cuadras.

La noticia de los sucesos se extendió por todo el país, las organizaciones y sus acciones empezaron a crecer y a multiplicarse. Ya nadie se quedaría callado.

En octubre de ese año la mafia cerró el bar al considerar que había alcanzado demasiada notoriedad para su conveniencia. Otro propietario lo reabrió en 2007 y Barak Obama lo declaró Monumento Histórico Nacional en 2016.

Los sucesos de Stonewall han sido comparados con la acción de Rosa Parks, quien con su negativa a cederle su asiento en el autobús a un hombre blanco le había dado vida al movimiento por los derechos civiles 14 años antes. Del mismo modo los piedrazos y botellazos de la calle Christopher repercutieron en todo el mundo e impulsaron la lucha por la igualdad de la comunidad gay. La rebelión había comenzado impensadamente en un oscuro bar de poca monta.


De acuerdo con la revista Rolling Stones, “Don’t Stop Me Now” (1978) de Queen es una de las 25 canciones esenciales para el orgullo LGBTQ