El autismo no es una enfermedad sino un estilo de vida
Por Yandris Saldivia:La ONU declaró el 2 de abril Día Mundial de la Concienciación sobre el Autismo para destacar la necesidad de contribuir a mejorar la calidad de vida de personas con esta condición
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Actualmente en nuestro país siguen siendo desconocidas las discapacidades cognitivas. El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es una de ellas: es la condición del neurodesarrollo que se caracteriza por la presencia de una deficiencia persistente en la comunicación y en la interacción social.

Las personas con esta condición pueden presentar patrones repetitivos de comportamientos, intereses o actividades con dificultades a la hora de hacer cambios inesperados en su vida. Es importante saber que el autismo es algo con lo que se nace pero que no se trata necesariamente de una enfermedad, sino un estilo de vida, una manera de ser y hay que aceptar así a la persona.

El trastorno del espectro autista no es sinónimo de incapacidad para dar y recibir afecto, sino que las personas con esa condición tienen un razonamiento diferente y sin términos medios. Es decir, son personas con habilidades y capacidades distintas.

La principal causa por la que alguien nace con esta condición son factores genéticos, aunque el entorno puede interactuar con estos. Otra causa que aún está en estudio es el uso de amalgamas –platino en la dentadura–. Por supuesto, todo ello combinado con una mala alimentación en el proceso de gestación son los posibles causantes del autismo. Hay que recordar que esta condición se empieza a evidenciar a partir de los dos años y durará todo el ciclo de vida.


Diagnósticos y tratamientos 

La realización de un diagnostico muestra heterogeneidad en el fenotipo clínico, la gravedad y el tipo de frecuencia de los síntomas. Estos trastornos autistas tienen sus propios criterios de diagnóstico que van de acuerdo con la edad de reconocimiento de los síntomas.

A medida que se dieron a conocer estas condiciones de conducta intelectual y social se empezaron a desarrollar distintos métodos para su detección, uno de ellos fue el método de ADO (Escala de Observación Diagnóstica de Autismo) y COL (Comprensión Ordenada del Lenguaje), como también se incluyeron los criterios de diagnóstico de la CIE (Clasificación de Estadística Internacional de Enfermedades) o DSM (Diagnóstico y manual Estadístico de Trastornos Mentales), y aquellos métodos estandarizados para evaluar y conocer todos los síntomas concomitantes básicos.



La realización de un diagnostico precoz y el inicio temprano de un tratamiento adecuado puede mejorar el pronóstico de los pacientes de TEA. Este tratamiento debes ser integral al incluir terapias de lenguaje, psicológicas y educacionales donde los profesionales deben estar perfectamente coordinados entre ellos e interactuar con la familia. Sin olvidar que estos tratamientos deben tomar en cuenta las características individuales de cada afectado.


La familia y el autismo

La familia es la unión de personas que comparten un proyecto de vida en común y en el que se generan fuertes sentimientos de pertenencia, cierto compromiso personal entre sus miembros y donde se establecen intensas relaciones de intimidad, reciprocidad y dependencia.

Y siendo el autismo un enigma inquietante que no distingue clase social, la llegada de un hijo con un trastorno de este tipo provoca un efecto importante en toda la familia. El cuidado que requiere una persona con esta condición es muy exigente y los padres se ven expuestos a muchos desafíos que tienen un fuerte impacto emocional, económico y cultural. La tarea puede producir cansancio y frustración porque no todas las familias tienen acceso a los servicios que demanda por falta de conocimiento o por escasez de recursos económicos.

El impacto que produce el autismo, además de variar de acuerdo con la familia y los individuos que la forman, cambia según la etapa en que se encuentre cada uno. Algunos ven el hecho como algo desilusionante y traumático, mientras otros lo describen como algo que les permitió madurar y aprender a amar de una forma distinta.

Sin embargo, a pesar de que cada familia le hace frente a la situación a su manera, se debe tener en cuenta que hay elementos que varían en las diferentes etapas, al recibir el diagnostico durante los años escolares, en la adolescencia y en la madurez.

La familia juega un papel muy importante durante el desarrollo cognitivo del niño, es por ello que los profesionales de la salud deben trabajar de la mano con los padres y en muchos casos con los hermanos del paciente autista, porque su grado de aprendizaje va a depender de la crianza y los refuerzos que hagan los familiares en casa.

Definitivamente el Trastorno de Espectro Autista no es una enfermedad sino un estilo de vida muy distinto al de un ser humano sin ninguna discapacidad.