El reconocido pianista, compositor y director, considerado “el padre del jazz venezolano” recibió el reciente homenaje en la Orquesta sinfónica Simón Bolívar
El Gerry Weil Sinfonico
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Por Manuel Felipe Sierra


“Gerhard Weilheim, 11 de agosto de 1939, Viena, Austria”, reza la cédula de identidad. Para sus alumnos, compañeros músicos y el público, se trata de Gerry Weil, pianista, compositor, arreglista y educador, conocido como el “maestro del jazz venezolano”. La tarde del viernes 30 de julio la Sala Simón Bolívar del Sistema de Orquesta se convirtió en el escenario para el estreno mundial de “Gerry Weil Sinfónico” La crónica periodística señala:” la presentación fue especial en muchos sentidos, porque además del desarrollo de temas específicamente seleccionados por el maestro homenajeado, pudimos disfrutar de su interpretación en el piano y su energía al momento de subir al podio y tomar la batuta”-. Ya en 2019 a propósito de sus 80 años Weill recibió un cálido “tributo de vida” por la agrupación del Sistema creado por José Antonio Abreu. Ahora entre abrazos y felicitaciones dedica unos minutos a recordar episodios de una larga y exitosa carrera musical, que comenzó cuando niño en la Viena trastornada por la Guerra Mundial cuando vio al director norteamericano Glenn Miller dirigir su famosa orquesta, la cual por cierto a los días desaparecería en un sonado accidente aéreo entre Inglaterra y Francia. Entonces al calor de la música de Bach y Vivaldi los austriacos conocían y valoraban ya los acordes afroamericanos del jazz que se esparcían por Europa. Weil confiesa ahora que se enamoró de “un género que es para músicos pero admite ritmos nuevos y diversos.”
 
 
LA GUAIRA

En 1957, con una temprana formación autodidáctica en el piano y el trombón, toca la costa venezolana. “El mar me enamoró -dice entrecerrando sus ojos claros- llegué de Viena a Caraballeda. Austria no tiene mar, y de pronto, yo vivía en Los Corales, frente a la playa, en pantalones cortos y prácticamente descalzo todo el año”- confeso al periodista Gerardo Guarache Coque. Recuerda que después de experimentar la guerra y la postguerra en la adolescencia bajo el sistema europeo rígido y formal, de Venezuela le atrajo la informalidad del venezolano “que será muy loco y muy desordenado, pero no he conseguido gente más abierta y más humana”, explica. A los días Gerry se dará a conocer como “el joven y alegre pianista del Club Puerto Azul


LA NOCHE DE ALTAMIRA

A comienzos de los sesenta la noche caraqueña conoce la aparición de lugares con la explosión del rock, el twist y todas las formas jazzísticas teniendo como epicentro la Plaza Altamira. . Justamente el nightclub Mon Petit Chat, en el Centro Comercial Altamira Sur se convierte en la cuna venezolana del jazz de manos de Gerry Weil. Ha perfeccionado entonces su aprendizaje académico con los más conocidos profesores del momento y en especial con el cubano Eduardo Cabrera, pianista de Benny Morè. Aldemaro Romero también se convierte en contertulio del lugar y escoge semanalmente un tema de Weil para su programa en Radio Caracas Televisión.
Weil, emocionado, con una reconocida carrera como compositor, intérprete y también como formador de músicos famosos en su taller de Sabana Grande, Premio Nacional de Música y galardonado en exigentes escenarios del exterior, se retira esta tarde rodeado de amigos y admiradores con la frase que siempre ha repetido:”la música es mi vida”. No sería mejor decir “el jazz es mi vida” maestro? “Es casi lo mismo, ponlo como quieras, tú eres el periodista”. Y sonríe.





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