Este 25 de junio los representantes de Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea emitieron un comunicado conjunto acerca de la solución a la crisis en Veneuela.
Conversaciones, diálogo ... ¿Qué pasó?
      A-    A    A+


Por José Blasini.

Este 25 de junio los representantes de Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea emitieron un comunicado conjunto qué parece que ha pasado por debajo de la mesa ante la cantidad de noticias de estos últimos días. Que si se cayó un edificio de apartamentos en Miami; que si una francesa con una pancarta en la carretera tumbó a 100 participantes del Tour de Francia; que si se está registrando la mayor ola de calor en la historia de Canadá; que si habilitaron a la MUD para las elecciones; que si se regresa Arias Cárdenas.

¡Epa! ¿Cómo así? ¿MUD y elecciones en una misma frase en 2021? y ¿Será que Arias Cárdenas no aguanta el clima y los temblores de Ciudad de México?

El Comunicado

El comunicado por supuesto que arranca diciendo que todos están supremamente preocupados por la crisis por la que está pasando Venezuela y por el impacto regional y global que esa crisis puede generar. Estándar. Nada nuevo... Hasta ahi.

Sin embargo, el comunicado, tiene varias cositas que llaman la atención. Primero, que arranca diciendo que la solución a la crisis tiene que venir de la propia gente de Venezuela, como fruto de negociaciones exhaustivas entre las partes, que deberían producir como resultado la restauración de las instituciones y permitir a los venezolanos expresarse políticamente a través de elecciones, parlamentarias y presidenciales, creíbles, inclusivas y transparentes.

También dicen que le dan la bienvenida a avances sustantivos y creíbles para restaurar los procesos y las instituciones y que están dispuestos a revisar la política de sanciones, con base en progresos significativos del proceso de negociación y piden condiciones electorales que cumplan con los estándares internacionales, comenzando con las elecciones locales y regionales programadas para noviembre de 2021.

Claro que también se incluyen las típicas declaraciones de esta clase de comunicados. Que si la paz mundial; Que si van a cooperar para atender la crisis humanitaria con alimentos, medicinas y suministros para el Covid-19; sin muchos etcéteras.

Las Cositas

El comunicado trae, como decía, varias cositas. En primer lugar, que no van a venir los Marines. Que este lío lo tenemos que resolver nosotros. Mediante conversaciones y elecciones. Nosotros, conversaciones y elecciones.

Por otra parte, el comunicado habla clarito, expresamente, de elecciones libres, con estándares internacionales, comenzando por las regionales "programadas para noviembre 2021". De aquella hoja de ruta de "cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres", bueno, están pidiendo lo de las "elecciones libres". El "gobierno de transición" parecen decir que hay que ganárselo en esas elecciones y que lo del "cese de la usurpación" no es para ya; por lo menos, que no es lo primero. Del "cese de la usurpación" hablamos después, parecieran decir. Primero como que hay que ganar unas elecciones.

Leer aquí el comunicado

¿Qué pudo haber pasado?

Lo que se puede imaginar cuando se lee este comunicado es que los firmantes se aburrieron de esperar por los resultados positivos y expeditos, (y si no expeditos, al menos palpables), que probablemente sus interlocutores de la oposición les habían convencido que iban a lograr como resultado de las estrategias que venían usando. Pareciera más bien que, sin querer descalificar a ninguno de esos interlocutores, como que los sentaron y le dijeron: "Ok, ¿saben qué? por dónde ustedes iban como que no es la cosa, ahora vamos a hacer como decimos nosotros: Negociaciones con resultados, con manifestaciones concretas de avances, y elecciones. Cero fast-track". (*1)

Por ahí parece que habilitaron la MUD. También se dice que Henry Ramos se reactivó con un movimiento que llaman "ADelante", o algo así. Maduro anunció que después de las elecciones eliminarían los protectorados de los Estados. Pareciera que algún mensaje debe haber llegado. Tanta coincidencia no debe ser por generación espontánea. Ahora, ni la oposición ni el oficialismo parecen querer aparecer como que están concediendo nada. Es el precio que hay que pagar por todos los años de polarización que, francamente, no han traído muchos buenos resultados. A mi entender, si existen, esta clase de negociaciones mientras menos se divulguen, mejor serán los resultados.

Ahora, si se quiere un proceso electoral con algún resultado positivo, medido en participación o en victorias, ambas buenas y deseables, tanto para el oficialismo como para la oposición, lo que viene es un proceso duro y necesario para desmontar toda la matriz de opinión, que muchos de los líderes de la oposición ayudaron a crear. Esa de que el camino electoral no solo era inviable, sino inútil. Algunos en la oposición tienen años diciendo qué aquí las elecciones no se pueden ganar y que todo aquel que se postule o se siente en una mesa de diálogo es un traidor o alguna especie de pillo. Pero, que cosa, resulta que la comunidad internacional ahora nos dice que ese es el camino. Que ese tiene que ser el camino. Que por ese camino si nos acompañan. Bueno. O te montas o te encaramas.

También tenemos años oyendo que nos iban a invadir mañana en la tarde, por tierra, por mar o por aire. ¿Cuántas veces no se corrieron las bolas de que, también mañana mismo, se alzaban los militares? Bueno ni los marines ni la policía montada parece que tienen planes de venir.

Todo esto debe ser, más o menos, como cuando te eliminan tu equipo favorito —los fanáticos de La Guaira seguro entienden— que te envuelve una sensación de vacío cuando se hace irremediablemente evidente que todo lo que te habían dicho, de que esta vez sí, pues, que esta vez tampoco. Que el camino es otro. Y es que hay que comprender que si a todo el que aspiraba a un cambio lo habían convencido de que con elecciones ese cambio no se lograba, entonces ese aspirante o se iba, o se rendía, o esperaba que viniera un tercero. Bueno, el tercero no vino, pero escribió.

Cuesta entender cual fue el proceso de razonamiento lógico de unos líderes democráticos para que hayan escogido fomentar el rechazo a participar en los procesos electorales; así como el pronóstico permanente, por parte de otros, de la llegada inminente de unas fuerzas extranjeras que nos iban a resolver todos nuestros problemas —fuerzas que nunca pensaron venir, parece— .

También es difícil entender la lógica de una fuerza política, que debería estar permanentemente luchando por ganar espacios, que cuando le dan la posibilidad, aunque sea remota, de participar y sumar unos espacios en un proceso electoral, decide que mejor no. Unas fuerzas políticas que dicen que tienen una abrumadora mayoría, pero que ¡mejor no participan!. Es como el cuento de aquel creyente que, montado en el techo de su casa durante una gran inundación, le pedía a Dios que lo salvara; al rato llegó un barco con rescatistas, pero el creyente los rechazó porque les dijo que estaba esperando que Dios lo salvara; así, varias veces fueron los rescatistas y varias veces el creyente los rechazó. Más tarde cuando inevitablemente llegó ante Dios, el creyente le preguntó que cómo era posible que no lo hubiera ayudado, a lo que Dios le respondió "¿Cómo que no te ayudé?, te mande varios barcos con rescatistas y no los quisiste aceptar".

Por los lados del oficialismo, la cosa como que también está interesante. Parece que hay sorpresas. Parece que Arias Cárdenas se llevó por delante al gobernador del Zulia en unas anteprimarias. Se dice que Lacava las tiene peleadas en Carabobo. Se dice que Jaua ronca duro en Miranda. En el oficialismo también hay corrientes, si no enemigas, al menos contendientes. El asunto es que, a diferencia de la oposición, todos sus temas los juegan bien trancaditos, cerca del pecho, a puertas cerradas. Pero nada bombita, pichan arriao.

En resumen: Conversaciones y elecciones. No hay de otra. Vamos a ver como se mueven las piezas.


(*1: Fuente: Imaginación desatada del que escribe. Como todo el resto del contenido.)

Foto de Christina Morillo en Pexels