Un día, los amigos deciden probar la teoría de un siquiatra noruego que postula que los humanos tienen un déficit natural de alcohol en la sangre, por lo que suplir esa diferencia ingiriendo un mínimo de dos copas diarias para alcanzar el 0.05% podría potenciar las aptitudes personales de cada quien.

El experimento parece tener éxito, pues Martin y sus colegas experimentan significativas mejoras en sus ambientes laborales y familiares. Pero cuando nuestros personajes optan por incrementar la ingesta diaria de alcohol, no tardan en surgir los problemas…y las tragedias.

Esta película del prestigioso director danés Thomas Vinterberg fue la ganadora del Óscar a la Mejor Película Internacional en la gala celebrada el pasado 25 de abril. Aunque a primera vista podría lucir como un relato moral más sobre los abusos del alcohol, se trata más bien de una fábula
sobre el derrumbe de las apariencias y la liberación de sentimientos y traumas reprimidos (temas habituales en la filmografía de Vinterberg), así
como una conmovedora celebración de la vida.

Lo mejor del film es sin duda la enorme actuación de Mads Mikkelsen y su inolvidable baile final al ritmo de “What a Life” de Scarlet Pleasure.