El reconocido periodista y editor, ahora residenciado en Miami, reflexiona sobre el escenario político venezolano con su habitual agudeza y tono polémico.
Rafael Poleo: “Maduro ha arrancado de raíz el Chavismo”
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Por Manuel Felipe Sierra


Pertenece a la generación periodística que insurge a la caída de Pérez Jiménez y durante varias décadas su nombre como reportero, editorialista, director y editor de importantes medios y además, como parlamentario, lo convierten en una referencia significativa de la política venezolana. Desde hace unos años vive en la ciudad norteamericana en condición de exiliado pero permanece al día con sus mensajes irreverentes y controversiales en las redes sociales. En esta ocasión responde a las preguntas de “eneltapete” y ofrece una amplia visión del presente y los probables desenlaces del conocido “Caso Venezuela”.

MFS: Las encuestas revelan un creciente descontento de los venezolanos por las políticas del gobierno, pero también por la carencia de una opción opositora capaz de ofrecer opciones confiables para el cambio.

RP: Debemos partir de un hecho objetivo: agotada como se encuentra, la sociedad venezolana no está en capacidad física de enfrentar el atraco armado de que es víctima. Para hacerlo necesita la decidida intervención del mundo democrático, concretamente de Estados Unidos y los países fuertes de la Unión Europea. Estos poderes están ansiosos de intervenir de modo contundente, no sólo por razones ideológicas, sino porque la reactivación de Venezuela sería un importante generador de actividad para una economía mundial en recesión. No han intervenido, en primer lugar porque Estados Unidos y Europa no han llegado a un acuerdo sobre cómo van a quedar los intereses de cada uno. Este acuerdo es posible ahora, con un presidente americano bien relacionado con Europa, incluso católico y vaticanista (el Vaticano es clave en este acuerdo). Una vez que este acuerdo se produzca, Estados Unidos y Europa estarán en posición favorable para entrar en negociaciones con Rusia, que a través de Cuba es el único soporte real de la dictadura madurista.

Pero, antes de negociar con Rusia, el bloque occidental tiene que estar seguro de que los aspirantes a suceder a Maduro en el poder habrán llegado a acuerdos sólidos (sí... un nuevo Punto Fijo) que garanticen la paz en Venezuela una vez que el cambio se produzca. Y es que este bloque occidental, especialmente Estados Unidos, prefiere manejar el caso de una dictadura ablandada -y Maduro estaría dispuesto a ablandarse-, que verse en el pandemonium de una pelea entre aspirantes presidenciales convertidos en señores de la guerra, con la narcoguerrilla erigida en árbitro del resultado.

De manera que mientras los presidenciables propiamente tales, aquellos cuyo peso político y electoral corresponda a sus aspiraciones, no se pongan de acuerdo sobre un gobierno de unidad durante el tiempo necesario para relanzar el país, Estados Unidos y Europa, no darán el paso decisivo, que es el de entenderse con Putin sobre los intereses económicos de Rusia en Venezuela.

La gente percibe que la incapacidad de los políticos para entenderse es hoy la causa de su penuria, y se va volviendo contra un liderazgo que está resultando más pequeño que el compromiso que la Historia le presenta.


MFS: ¿Cómo avizoras el futuro del chavismo-madurismo en las actuales circunstancias con una crisis que es mejor llamarla una "catástrofe africana"?.

RP: Maduro ha arrancado de raíz el chavismo, cuyo fervor nacionalista estorbaba al Proyecto Venezuela de Fidel Castro. Tenemos madurismo, calcado del modelo ruso por el cual no el Estado, sino los dirigentes del partido llamado comunista o socialista, son los dueños de los medios de producción y los instrumentos de poder en la sociedad. Y son dueños porque los han adquirido legalmente, por compras que han pagado con dinero tomado de la caja petrolera pero que están formalmente registradas. De manera que cuando regrese el capitalismo los capitalistas serán ellos. Y esto es para el madurismo la condición sine qua non para hacer unas elecciones libres: que no los expropien y los dejen actuar como un partido legal. Si la solución es negociada, lo lograrán. Así el PSUV será el fuerte partido de la oposición, con una base económica sólida, alternativa de poder si los dirigentes de la oposición actual perseveran en su deplorable comportamiento.


MFS: ¿Cómo valoras a dos años la experiencia de la llamada "Operación Guaido"?.

RP: Guaidó resultó capaz para el cargo, lo cual ha sido una sorpresa si se consideran sus modestos antecedentes. Otros factores de la oposición han tratado de serrucharle la silla, con el resultado opuesto de que el pueblo llano se ha agrupado en torno suyo, convirtiéndolo en un polo político, y la gente de peso considera necesario sostenerlo para que esto no se embochinche.


MFS: ¿Cuáles serían los pasos urgentes para repotenciar una opción opositora exitosa?.

RP: El paso que debemos dar los opositores responsables, entendiendo por tales a quienes no queremos encaramarnos sino que el país se recupere, es hablarle claro a los políticos que anteponen sus aspiraciones a la necesidad de recuperar la libertad y establecer (no digo restablecer, que no sería el caso), la práctica democrática en Venezuela. Ninguno de ellos tiene, ni remotamente, la base para gobernar solos, y esa base se les está erosionando cada día. De manera que el gobierno de reconstrucción no puede ser sino colectivo, donde el presidente actúe como un primo inter pares y los demás ganen méritos para sucederle cooperando, no obstruyendo como han hecho hasta ahora. Y que se avispen, porque un outsider puede comerles el mandado.


MFS: ¿Qué cambios estimas en la relación Venezuela-USA con el gobierno de Biden?.

RP: Trump apoyó con vigor a la oposición venezolana, pero su enemistad con Europa le impidió montar el frente que hay que presentar en la negociación con Rusia. Eso sí: asumió una actitud que un sucesor no podía desmontar, sino superar, concretando lo que Trump no pudo rematar. Esto viene reforzado por la conciencia del electorado americano de que Occidente ha perdido demasiado terreno frente a Rusia y China, llegando a una situación objetivamente peligrosa. Occidente siempre tuvo interés en reactivar el generador de actividad económica regional que ha sido Venezuela. Ahora que el péndulo de opinión se ha movido en dirección favorable al restablecimiento de la práctica democrática en el país, la primera posibilidad es que ese interés económico se convierta en determinación política. 



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