Stanley Kramer fue productor de más de una treintena de películas. Como director fue el epígono de eso que se conoció como cine con “mensaje”
El Mundo está Loco, Loco, Loco, Loco
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Por Francisco A. Casanova S.


STANLEY KRAMER (1913–2001)

En una mañana de algún lugar desértico de la carretera 74 de California, un vehículo se desplaza a alta velocidad, su conductor pierde el control y en una curva sale de la carretera y se precipita por un barranco. Cuatro vehículos están cerca y parte de sus ocupantes se detienen para ayudar y bajan a donde está el moribundo (Jimmy Durante). Este les cuenta a los conductores de una fortuna en efectivo de 350.000 dólares, que él escondió debajo de una "W" gigante en el parque de Santa Rosita, a unas 200 millas de distancia. A los minutos llega la policía y los testigos ocultan la historia. Los ocupantes de los cuatro vehículos se reúnen minutos después en un escampado de la carretera para digerir la historia y decidir qué hacer. Al no llegar a ningún acuerdo, se dispara una de las carreras más cómicas, hilarantes y disparatadas de la comedia cinematográfica, para lograr llegar al parque de Santa Rosita. El Mundo este loco, loco, loco, loco (1963), es un entrañable clásico de la comedia norteamericana. Fue dirigida por Stanley Kramer (1913–2001), con guion de William Rose (1914–1987) y un extraordinario reparto que logró reunir lo más granado de la comedia.

El reparto inicial en el que están los pasajeros de los cuatro vehículos es: un marido con su esposa y suegra, representados por: Milton Berle, Dorothy Provine y Ethel Merman; un par de apostadores, representados por: Buddy Hackett y Mickey Rooney; un dentista y su pareja recién casados, representados por: Sid Caesar y Edie Adams y un transportista de muebles: Jonathan Winters. A este elenco inicial se van a ir sumando a la “carrera”, otro elenco con figuras estelares. Pese a ser una película coral, los personajes están dibujados al milímetro en toda la evolución que padecen paseando la avaricia.



Al estilo de las grandes superproducciones, contamos con al menos una docena de protagonistas, todos perfectamente definidos. Está virtud no sólo la consigue, Stanley Kramer con los protagonistas, sino también con aquellos de paso más fugaz. De los muchos méritos que tiene esta película es haber conseguido un reparto tan magistral y ajustado para cada uno de los personajes. Entre los protagonistas se destacan Mickey Rooney (1920–2014) con la escena del avión que tiene que pilotear con el micrófono en la mano pidiendo ayuda desde la cabina de la avioneta con su compañero en pánico y el piloto desmayado en un rincón. Sid Caesar (1922–2014) con la escena atrapado en una ferretería y todos los esfuerzos por salir; Milton Berle (1908–2002) y Terry-Thomas (1911–1990) con una pelea memorable; Ethel Merman (1908–1984) con un inolvidable papel de suegra dominadora; Spencer Tracy (1900–1967) como el capitán de policía, con una limpia hoja de servicios y cuyo tema familiar y el no reconocimiento de sus méritos lo llevan a apropiarse del botín y desatar todas la pasiones finales de la película. Phil Silvers (1911–1985), en una prodigiosa actuación como uno de los advenedizos de la carrera y Jonathan Winters (1925–2013) en una estupenda actuación que marco su gran come back, con la escena de la destrucción de la gasolinera. Adicionalmente la película tiene amables cameos de Jerry Lewis, Buster Keaton y Jack Benny. Continuamente surgirán otros personajes circunstanciales, secundarios, que darán fuerza y al mismo tiempo crearán esa burbuja de aislamiento al grupo demencial que va a la caza de un tesoro. Estos personajes secundarios aparecerán en coche en esas interminables carreteras del desierto, como Terry Thomas, otros estarán en la torre de control de un aeropuerto –y alguno se quedará colgado-.

Es una película creada para la risa, hecha con arte y con el estilo de los creadores de antes, los de la vieja escuela. una comedia frenética e hilarante, con una visión de la especie humana hasta cierto punto pesimista, pero mostrada con suprema gracia. La película pasa revista a toda la tradición cómica del cine norteamericano, pero poniendo el acento en el aspecto meramente visual (en ocasiones parece una película de dibujos animados) y donde el slapstick, tan presente en el cine mudo, alcanza aquí cimas soberbias. El cine mudo permitió, desde las bañistas y policías de la Keystone Co. a Laurel y Hardy desarrollar dos elementos esenciales a la comedia, el gag y el personaje. El gag, es una situación inesperada que conduce a la sonrisa o la carcajada, acabó por convertirse en una tarea de orfebres de lo visual manejando ideas y cosas, hombres y mujeres y objetos, una tarea que tenía sutileza pura. Mirar una película de Chaplin, Larry Semon, Charlie Chase, Keaton, Harold Lloyd, Laurel y Hardy y el resto de la banda cómica, es sorprender la naturalidad de un trabajo largamente elaborado, de pacientes, meticulosos y perfeccionistas creadores.

El gag puede ser un fogonazo brillante y explosivo como un chiste, pero poco a poco se fue convirtiendo en una secuencia con un planteamiento, nudo e imprevisto desenlace, y en la que unos y otros introducían variaciones y variaciones. Los personajes influían en la elaboración de gags, conceptuales para Chaplin, físicos para Keaton, caóticos y elementales para Laurel y Hardy, cotidianos para Lloyd, pero esos personajes, modelados además sobre el físico de sus actores, acaban en el minimalismo más absoluto gracias al vestuario, maquillaje y caracterización gestual tan esenciales al cine mudo. En el cine mudo, una caída, una tarta en la cara, un bofetón o una patada no requerían diálogo, verbosidad, sino comunión visual entre cineastas, actores y espectadores. Una herencia de la que aún vivimos y disfrutamos. (Eduardo Torres-Dulce).

El Mundo este loco, loco, loco, loco rinde un homenaje a la historia de la comedia norteamericana, con una sucesión de escenas cómicas, clásicas, con un resultado de la mayor efectividad y al cine del slapstick, repleto de absurdas situaciones cómicas, con amables, y con muy logrados gags.
Siendo una comedia, el guion esta hecho alrededor de la naturaleza egoísta del ser humano. La desconfianza entre los personajes, la discusión antes de la “carrera” en un escampado de la carretera con cálculos, evasión de impuestos, las traiciones.

Stanley Kramer fue productor de más de una treintena de películas. Como director fue el epígono de eso que se conoció como cine con “mensaje”, un cineasta obsesionado por llevar a la pantalla un consistente y afable mensaje social sobre los valores, la condición social, racial o económica. Antes de El Mundo esta loco, loco, loco, loco, Kramer había dirigido películas como: El juicio de Nuremberg, Heredarás el viento, On the Beach, The Defiant Ones, The Pride and the Passion. Esta vez alejándose del melodrama para probar en terrenos completamente distintos a su característica sabiduría. El Mundo este loco, loco, loco, loco. fue su primera incursión en el género de comedia y combina dos facetas. Por un lado, como director nos ofrece una película llena de “stars” de todas las décadas, desde el cine mudo y combina la comedia con una historia espléndida, cargada de mensaje en la que desnuda brutalmente el egoísmo, así como la codicia, pero la codicia nunca se ha presentado con un humor tan desgarrador como en esta película.

En 1967, Kramer dirigio “Adivina quién viene a cenar”, esplendida película con un gran mensaje y extraordinarias actuaciones de Spencer Tracy, Sidney Poitier y Katharine Hepburn.





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