Gasolina, gas, electricidad, agua, son los más destacados servicios públicos de los que adolecemos en Venezuela.
Bloqueo y Excusas
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Por Arlán A. Narváez-Vaz R. 


El régimen esgrime como justificación las sanciones o el bloqueo que pesan sobre el país, y por culpa de ellas, no podemos tener ni siquiera las medicinas y equipos que se requieren para enfrentar debidamente el Covid-19, así como tampoco los insumos para producir gasolina y, no sería extraño, que en cualquier momento revelen que por culpa del bloqueo no podemos tener el metano para el gas o los kilovatios para la electricidad o las gotas para el agua. Más allá de cualquier consideración del derecho internacional o moral acerca de su procedencia o no, el bloqueo les ha dado una excusa privilegiada para evadir sus responsabilidades y tratar de seguir engañando a sus más ingenuos seguidores; no le falta razón al conocido adagio que sentencia: “el que se excusa, se acusa”. De hecho, son muchos los ejemplos de países en el mundo que, sin tener siquiera una muestra médica de los recursos con que la Providencia dotó a Venezuela, son ejemplo de impresionantes logros en materia económica y social, como lo es el caso de la República China en Taiwán (RC o Taiwán). Prácticamente aislada en el mundo, ya que actualmente solo 15 países la reconocen formalmente y la China comunista no permite que pertenezca a ningún organismo internacional, la RC tiene una de las economías más sólidas y exitosas del planeta, que la sitúan entre las 21 principales en términos del valor de su Producción, PIB, y entre los países con más elevado PIB per cápita de US$ 55.078 (compárese con los US$ 2.449 que se estimaron para Venezuela en 2019). 

Es pertinente observar que, en 1981 el PIB per cápita de la RC era de US$ 3.983, mientras que el de Venezuela era notablemente mayor, US$ 5.086. Vale decir que Taiwán no tiene siquiera una gota de petróleo, ni oro, ni hierro, ni coltan, ni las reservas más grandes del mundo en ningún recurso natural, sino que por el contrario casi 70% de su territorio es prácticamente improductivo y, para complemento de adversidades, todos los años son azotados por terribles huracanes o tifones y, con demasiada frecuencia, por terremotos. Tantas condiciones adversas son compensadas por la determinación positiva de su pueblo y de sus gobiernos que, a diferencia de nuestro caso, en lugar de excusarse en sus limitaciones, las enfrentan y las superan con tenacidad, creatividad y productividad. 

Por cierto, el último representante de la RC en Venezuela, antes de ser prácticamente expulsado del país, me impactó diciéndome “Profesor, la diferencia entre los venezolanos y mi gente es que allá preferiríamos suicidarnos antes que vivir de las limosnas del gobierno”. Regresando a Venezuela, una demostración palmaria de los grandes obstáculos que nos impone ese malvado bloqueo puede constatarse en cualquiera de los bodegones que han florecido en nuestro país, repletos de una amplia gama de productos, incluyendo medicinas, la mayor parte de ellos traídos… oh, sorpresa: ¡de los Estados Unidos!

Tener que pasar días sin poder conseguir gasolina, o tener que sufrir una larguísima cola para poder surtir nuestros vehículos, ofrece abundante tiempo para pensar en por qué en el país con las más grandes reservas de petróleo del mundo no hay ni gasolina ni gas doméstico. Según el oficialismo la respuesta es muy sencilla, “no hay por culpa del bloqueo”, así de sencillo, para que digamos como los margariteños “mardito Trom”… pero pensar en ello nos hace correr el riesgo de fundir nuestras neuronas para entender tan profunda explicación… A ver, Venezuela tiene una historia de más de cien años de explotación comercial petrolera, cuando empecé a estudiar bachillerato, en la década de 1960, aparecíamos como el primer país exportador y el tercer mayor en producción de petróleo; hace 104 años empezó a operar nuestra primera refinería, la de San Lorenzo, en San Timoteo, Estado Zulia… llegamos a tener el complejo refinador más grande del mundo (el CRP de Paraguaná), que hasta el año pasado seguía siendo el segundo más grande (tras el de Jamnagar en la India) pero entonces ¿Cómo es que tenemos que depender de unos tanqueros llenos de gasolina y de diluyentes y otros insumos de Irán para producir gasolina en Venezuela?

¿De Irán? Pero cómo es que nosotros ya no producimos esa gasolina o esos insumos para hacerlo e Irán si los produce. La historia de la industria petrolera de Irán es bastante más reciente que la de Venezuela, además Irán pasó por una terrible y desbastadora guerra, de 1980 a 1988, con su vecino Irak, pero ellos pueden producir gasolina para surtirnos y nosotros no… Ah claro, por el bloqueo… ¿Pero cómo es entonces que sobre Irán pesan sanciones y severos bloqueos desde 1979, endurecidos por los que impuso la ONU, sanciones y bloqueos que dejan en pañales los que pesan sobre Venezuela, y ellos pueden producir gasolina hasta para vendernos a nosotros, mientras que nosotros no podemos producir?... ¡Qué difícil es entender cómo es que el bloqueo es culpable de todos nuestros males!… ¡Cosas veredes, Sancho!