Por Francisco A. Casanova
DAVID O. SELZNICK (1902-1965)
Se obsesionó con el guion, el reparto, el vestuario, el maquillaje, la arquitectura, cualquier cosa que impactara el aspecto y la sensación de su película
Lo que el viento se llevó, es una película que comprende los géneros de drama, romántico, de periodo histórico épico y guerra con una duración de casi tres horas y en cuya realización participaron como directores Víctor Fleming, George Cukor y Sam Wood; como guionistas: Sidney Howard, Oliver Garrett, Ben Hecht, Jo Swerling y John Van Druten, basada en la novela de Margaret Mitchell, con Música de Max Steiner, Fotografía de Ernest Haller y un inolvidable reparto donde se destacan principalmente: Vivien Leigh como Scarlett O’Hara, Clark Gable como Rhett Butler, Leslie Howard como Ashley Wilkes, Olivia de Havilland como Melania Hamilton, Hattie McDaniel como Mammy, Butterfly McQueen como Prissy y Thomas Mitchell como Gerald O’Hara. Todo este elenco fue magistralmente coordinado y manejado por David O. Selznick, (1902-1965) exitoso productor de películas de gran éxito comercial y de alta calidad artística antes y después de la Segunda Guerra Mundial.
Las escenas iniciales de la película son en Georgia en 1861, en la elegante mansión sureña llamada Tara, donde vive Scarlett O’Hara, la joven más bella, caprichosa y egoísta de la región. Ella suspira por el amor de Ashley, pero él está prometido con su prima, la dulce y bondadosa Melanie, una mujer sencilla, atenta, pero sobre todo de noble corazón, que defiende a capa y espada, a Scarlett O’Hara. En la última fiesta antes del estallido de la Guerra de Secesión (1861-1865), Scarlett conoce a Rhett Butler, un hombre apuesto, inteligente, quien no goza de una buena reputación entre las demás personas, motivo que no tiene importancia para él y lo único que él desea es seguir acumulando riqueza y conquistar el corazón de la hermosa Scarlett, cuyo corazón pertenece a Ashley Wilkes, un hombre atento, amable, que de alguna manera, tiene sentimientos hacia la caprichosa de Scarlett O’Hara, pero sabe que la mejor elección para el matrimonio, es su prima Melanie Hamilton, aun cuando no tenga el encanto de Scarlett, pero sabe que es lo más conveniente, además de que son afines en ciertos puntos de vista.

Se desata la Guerra de Secesión norteamericana, algo que, de alguna manera, a los más jóvenes, los llena de cierta emoción y de algún modo están ansiosos por entrar en batalla, lo que no resulta del agrado de Rhett Butler, pero, sobre todo, sabe que es una pérdida de tiempo y dinero, y que además tendrá repercusión a futuro. Los hombres marchan a la batalla pensando que sólo durará unas pocas semanas. Viviendo en Atlanta, Scarlett ve los estragos que trae la guerra. Se reencuentra con Rhett Butler, siendo viuda, todavía suspira por Ashley y sueña con su regreso. Con la guerra perdida, sin embargo, regresa a Tara y se enfrenta a la dificultad de mantener a su familia unida y a Tara de ser vendida en una subasta para recaudar los impuestos. Se ha endurecido y amargado y hará cualquier cosa, incluyendo casarse con el novio de su hermana, para asegurarse de que nunca más será pobre y estará hambrienta. Después de enviudar por segunda vez, finalmente se casa con el gallardo Rhett, pero pronto se encuentran trabajando con propósitos cruzados, y su relación parece condenada desde el principio.
En 1936, David O. Selznick, ya independiente y con su propio Studio Selznick International Pictures, compro los derechos de producción de una historia de la guerra civil titulada Lo que el viento se llevó, escrita por Margaret Mitchell (Atlanta1900-1949) y se dedicó a la tarea de convertir la larga historia en un guion cinematográfico. Se obsesionó con el guion, el reparto, el vestuario, el maquillaje, la arquitectura, cualquier cosa que impactara el aspecto y la sensación de su película. Para dirigir la película contrató a su amigo George Cukor (1899–1983) a quien sustituyó a las dos semanas y media de filmación y lo reemplazó por Víctor Fleming (1889–1949). Fleming estaba dirigiendo El Mago de Oz para la Metro-Goldwyn-Mayer (MGM) y su super jefe Louis B. Mayer (1884–1957) lo sacó de la película y se lo prestó a su yerno (Selznick), lo que causó problemas en los sets de ambas películas. Se generó toda una tensa situación entre actores, director y productor, así como un incansable ritmo de trabajo, por lo que tres meses después, Fleming se derrumbó.
Sin perder el ritmo, Selznick contrató a otro director, Sam Wood (1883–1949). 22 semanas duro el rodaje, y el 15 de diciembre de 1939, Lo que el viento se llevó, se estrenó en Atlanta. Unos meses más tarde, en la 12.ª edición de los Premios Óscar, de sus trece nominaciones recibió diez galardones (ocho competitivos, dos honorarios), incluidos los de mejor película, mejor director (Fleming), mejor guion adaptado (otorgado póstumamente a Sidney Howard, fallecido seis meses antes de la ceremonia), mejor actriz (Vivien Leigh), mejor actriz de reparto (Hattie McDaniel, convirtiéndose en la primera representante de raza negra en ganar un Óscar, mejor cinematografía y color y dirección artística y especialmente importante, el Oscar honorario para William Cameron Menzies por el destacado logro en el uso del color para mejorar el ambiente dramático en la producción de la película, así como sus antológicas escenas del incendio y abandono de Atlanta; con la grúa gigante que desplaza la cámara para ir llenando la pantalla con los miles de cuerpos heridos tumbados sobre las líneas del ferrocarril; la panorámica sobre la monumental escalera colonial desde dónde Scarlett descubre a Rhett y otra grúa sobre la misma escalera cuando se anuncia el rompimiento de hostilidades; el pistoletazo efectista que recibe el desertor en la escalera de la casona en ruinas y por último la caída de Scarlett, embarazada, de la escalinata alfombrada.
1939 es considerado por los historiadores de cine como "el mejor año en la historia de Hollywood". Las películas nominadas al Oscar ese año fueron: Dark Victory; Gone with the Wind; Goodbye, Mr. Chips; Love Affair; Mr. Smith Goes to Washington; Ninotchka; Of Mice and Men; La Diligencia; Cumbres Borrascosas y El Mago de Oz, dirigidas por maestros como: William Wyler, Victor Fleming, John Ford, Lewis Milestone, Ernst Lubitsch, Frank Capra, Leo McCarey, Sam Wood y Edmund Goulding. Sin Selznick, jamás se hubiera logrado este prodigio de película. Era sumamente talentoso y perfeccionista, logrando en los años 30 melodramas extravagantes, como Dinner at Eight (1933) y A Star Is Born (1937), o meticulosas adaptaciones de clásicos de la literatura, como David Copperfield (1935), Anna Karenina (1935), A Tale of Two Cities (1935) y The Adventures of Tom Sawyer (1938). Posterior a Lo que el viento se llevó, entre las producciones de Selznick que tuvieron gran éxito se encuentran Rebecca (1940), dirigida por Alfred Hitchcock y que ganó cuatro importantes premios de la Academia, incluido el de mejor película; Spellbound (1945), también dirigida por Hitchcock, y The Third Man (1949), un aclamado thriller coproducido por Alexander Korda y dirigido por Carol Reed. También cabe destacar Since You Went Away (1944), Duel in the Sun (1946), Portrait of Jennie (1948) y A Farewell to Arms (1957) su última producción, estas últimas, protagonizadas por la actriz Jennifer Jones, con la que Selznick se casó en 1949.
En la edición del 20 de diciembre de 1939 del New York Times, el célebre crítico y guionista Frank S. Nugent escribió: “Es pura narración, como la novela, más que gran drama, como no lo fue la novela. Con esto queremos decir que lo dejará, no con el sentimiento de haber pasado por una profunda experiencia emocional, sino con el cálido y agradecido recuerdo de una interesante historia bellamente contada. ¿Es la mejor película jamás hecha? Probablemente no, aunque es el mural más grande que hemos visto y el proyecto cinematográfico más ambicioso de la historia de Hollywood”. Casi 60 años después, Roger Ebert en su legendaria e histórica columna de cine en el Chicago Sun-Times sostiene que “Para la historia que quería contar, fue la película idónea en el momento adecuado. Scarlett O'Hara no es una criatura de 1860, sino de la década de 1930: una mujer moderna de espíritu libre y voluntariosa.
El camino fue preparado para ella por las bailarinas del jazz de Scott Fitzgerald, por las audaces actrices de cine de la época y por la realidad económica de la Depresión, que por primera vez puso a muchas mujeres a trabajar fuera de sus casas. Los deseos y pasiones de Scarlett tienen poco que ver con los mitos de las delicadas flores sureñas, y todo que ver con los símbolos sexuales de las películas que formaron a su creadora, Margaret Mitchell: actrices como Clara Bow, Jean Harlow, Louise Brooks y Mae West. Scarlet fue una mujer que quería controlar sus propias aventuras sexuales, y ese es el elemento clave de su encanto. También pretendió controlar su destino económico en los años posteriores al colapso del Sur, primero plantando algodón y luego dirigiendo un exitoso negocio de madera. Ella era el símbolo que la nación necesitaba cuando se dirigía a la Segunda Guerra Mundial; la hermana espiritual de Rosie the Riveter”. (icono cultural de la segunda guerra).
Lo que el viento se llevo es un icono del cine y su análisis cinematográfico en cuanto a los elementos que componen una película debe hacerse en función de las realidades y limitaciones que existían en la técnica audiovisual para el momento de su realización, es decir en 1939 y cuales logros se derivaron de la película que influenciaron el cine de los años posteriores. No se puede hacer críticas a la película en base a una realidad actual, sino a su propia realidad cronológica. Igual ocurre con los elementos históricos y socio políticos contenidos en la película. Debemos tener en cuenta que las Leyes de Derechos Civiles y de Derecho al Voto estimuladas y propuestas por el presidente L.B. Johnson, fueron aprobadas a partir de 1964. En 1939, cuando se estrena Lo que el viento se llevó, la segregación era legal en el Sur y una realidad en el Norte. La película está basada en un libro escrito por Margaret Mitchell que era sureña, nativa y residente de Georgia, en el seno de una familia rica y políticamente prominente. Su abuelo, Russell Crawford Mitchell, de Atlanta, se alistó en el Ejército de los Estados Confederados en 1861.
Después de la Guerra Civil, hizo una gran fortuna suministrando madera para la rápida reconstrucción de Atlanta. Ella crece con las historias de los que combatieron en esa guerra, de los que vivieron esa época. No hace apología de la esclavitud, pero sí relata, a ojos de una sureña, con un punto de nostalgia una época que mucha gente en ese entorno considera que fue mejor para ellos. Especialmente entre la clase pudiente, los dueños de plantaciones. 'Lo que el viento se llevó' es un film con elementos raciales, por lo que algunos etiquetan de racista, no porque tenga actitudes activamente violentas contra personas de color, sino porque pertenece a un pedazo de historia norteamericana. Y Norteamérica era racista cuando se hizo y lo sigue sufriendo. Es una película de época, hecha en un momento particular que debe ser vista a través de ese prisma. Si perdemos esa perspectiva podemos incurrir en falsear que, en el año 39, la sociedad norteamericana no estaba segregada. El peligro del reduccionismo es anteponer al individuo sobre el trabajo del autor y hay quienes buscan que las obras de otros encajen en nuestra forma de entender el mundo. A pesar de que los hábitos de los espectadores han cambiado a lo largo de los años, es fácil ver por qué esta película provocó tal avalancha de alabanzas y durante su estreno inicial, y por qué su estatura ha crecido con el paso de las décadas. Lo que el viento se llevó sigue siendo un clásico y una leyenda.