Los 97 del autor del Libro Rojo caraqueño
Armando el sabor, Scannone cumple
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La nostalgia no lo paralizó, al contrario. Convertida en fuente de inspiración y catapulta para su ocurrencia, lo volvió el salvador de la cocina venezolana, eso sí, a su manera. Echar en falta los sabores de la mesa de la infancia lo llevó a los fogones de su casa donde, con los aliados de siempre, y partiendo de los emboques que atesoraría por años en su memoria privilegiada, organizó el plan de reconstruirlos. Revisó cuadernos de notas de la familia, trasteó en su imaginario, hizo prueba (solo la jalea de guayaba ameritó 17 realizaciones hasta dar con el punto justo de gusto y consistencia), y una vez reconstruido el recetario, hizo circular entre los parientes más cercanos ese primer texto que compilaba el menú caraqueño básico.

Tal es el génesis de Mi Cocina a la manera de Caracas, vademécum de la gastronomía criolla y cuya primera edición hace 37 años (742 recetas empacadas con tapa dura) corre por cuenta de su autor, Armando Scannone, que se arriesga con un recetario explicado con enjundia, en todas las versiones posibles de pesos y medidas, gramos, cucharadas, tazas, litros, onzas, y sin fotografías, para alarma de la editorial española. Trabajo sesudo que en dos semanas se convierte en bestseller nacional y hoy sigue acaparando las preferencias en el país, donde compite en ventas solo con la Biblia y textos escolares, es el regalo dilecto de los recién casados y la pieza cardinal de la maleta del que se va, además de cátedra para el amateur que se inicia en el manejo de los calderos y consulta obligada de chefs consagrados.

Compilación que deviene síntesis de la identidad, tantas veces versionada, estudiado en aulas y en la academia, el celebérrimo Libro Rojo marca un hito que no cesa: después vendrían los libros amarillo, azul, verde, anaranjado y el rosa, en cocción. Armando Scannone, ingeniero que estructuró el andamiaje disperso de nuestra culinaria, con base en el sofrito con ají dulce y sin pudores a la hora de endulzar las caraotas negras, cumple 97 este 22 de agosto y se le agradece su memoria y el haber salvado la nuestra, a la hora de comer, que no es poca cosa. En realidad su obra cimera, el mítico libro, fundamento histórico y antropológico, narración del buen gusto, se perfila como inminente bitácora. Así será luego que la crisis que todo lo oxida le dé la bienvenida a la república y en la mesa de la comunión esté bien servida la democracia.

Mientras Scannone sopla sus velas, se teje el nuevo mantel.