El desencuentro entre ambos países, se produjo luego de la reunión entre Fidel Castro y Rómulo Betancourt en Caracas en enero de 1959
RUPTURA DE RELACIONES CON CUBA
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Rafael Simón Jiménez

El derrocamiento del dictador Marcos Pérez Jiménez, en Venezuela, y la etapa final de la Tiranía de Fulgencio Batista en Cuba, fueron procesos no solo emparentados temporalmente, sino de gran empatía, dado los múltiples vínculos históricos y de hermandad existentes entre ambos Países.
 
Rescatada la democracia Venezolana, la Junta de Gobierno Presidida por el vice-almirante Wolfang Larrazábal, partidos políticos, sindicatos, gremios estudiantiles y profesionales, se contagian de una onda de solidaridad con la lucha armada que desde la Sierra Maestra llevaba a Cabo Fidel Castro y sus “barbudos”, quienes reciben armas y apoyo logístico venezolano para terminar con la Satrapía Batistera.

El Primero de Enero de 1959, cuando el dictador antillano deja precipitadamente el poder, la algarabía en Venezuela es multitudinaria, se piensan que ambos países iniciaran una etapa irreversible de justicia, democracia y libertad y verdaderas mareas humanas se echan a las calles a festejar la victoria del grupo guerrillero, que había prometido rescatar la soberanía del pueblo cubano. Solo 22 días después de la victoria, y para agradecer las innumerables muestras de solidaridad, Fidel Castro se hace presente en Caracas, donde impresionantes concentraciones lo aclaman en la plaza O’Leary del Silencio, a lo largo de la avenida Sucre de Catia, en su comparecencia al aula magna de la UCV, y en el Congreso Nacional y el Concejo Municipal de Caracas, donde se le tributa admiración y respeto.

Mientras toda Venezuela se rinde a los pies de aquel héroe, que parece predestinado a borrar todo el pasado de ignominias sufrido por su pueblo, solo Rómulo Betancourt, quien ha resultado electo Presidente de la República a comienzos de diciembre de 1958, se muestra aprehensivo y desconfiado frente al aclamado visitante, y elude la posibilidad de coincidir con Castro o sostener una entrevista con él. Pero al final las presiones incluso dentro de su propio partido contagiado del aura fidelista, son tan grandes que Betancourt accede a recibir al líder cubano.
 
La entrevista se realiza en la quinta Marimar de Caracas, y los entretelones dados a conocer más tarde por el Presidente Venezolano, solo fueron el anticipo de un antagonismo, una rivalidad y una antipatía, apenas solapada por los formalismos, que poco tiempo después transmutaría hacia una confrontación abierta y sin cuartel.

No obstante, los primeros meses de 1959, son de relaciones diplomáticas cordiales y cercanas. En definitiva los lideres de AD tenían dentro del elenco revolucionario viejos amigos como Raúl Roa, canciller de Castro y Carlos Rafael Rodríguez, y los primeros episodios producidos por asilos de funcionarios del derrocado gobierno o disidentes en la sede de la delegación diplomática venezolana en la Habana, son resueltos satisfactoriamente.

EL GIRO DE LA HABANA  
 
Será el giro que el nuevo gobierno Revolucionario Cubano imprime a su ubicación ideológica, así como los fusilamientos masivos de presos en la fortaleza de la Cabaña, la intensificación de las Relaciones con el bloque comunista soviético y las medidas de confiscación que se adoptan contra intereses norteamericanos, los que prenden las alarmas en todo el continente sobre los verdaderos propósitos del régimen instalado en Cuba.

Acontecimientos que se desarrollan vertiginosamente ubican a Fidel Castro y su gobierno en la órbita marxista, después de haber señalado una y otra vez que haría una democracia verdadera en la Isla.
 
Ya el 3 de Enero de 1961 se produce la ruptura de relaciones con los Estados Unidos, antes la potencia del norte había reducido la llamada cuota azucarera que garantizaba la colocación de la zafra cubana en el mercado estadounidense.

En abril del mismo año se registra la fallida invasión de mercenarios adiestrados y financiados por la CIA, y el 5 de diciembre siguiente el mandatario cubano se declara marxista-leninista y señala que nunca más habrá elecciones en cuba, mientras se cumple una labor punitiva y persecutoria contra antiguos partidarios, que ahora se ubican en el campo de la disidencia al régimen que pasara a ser apellidado como "castro-comunista".

En Venezuela bajo el espejismo de la “revolución cubana “el Partido Comunista, el MIR que agrupa a la juventud de AD y el ala izquierda de URD, hacen frente común para buscar el derrocamiento del gobierno de Rómulo Betancourt, recibiendo directrices y financiamiento desde Cuba, lo que tensa las relaciones entre Caracas y la Habana y convierte a Castro y Betancourt en enemigos irreconciliables.
 
En el sistema interamericano, el caso Cuba es planteado como parte de la inherencia de potencias extra continentales en la Región, incompatibles con su permanencia dentro de la Organización de Estados Americanos OEA, las conferencias de cancilleres de Punta del Este y Costa Rica decretan su expulsión.
 
En el caso Venezolano el canciller Ignacio Luis Arcaya, militante de URD se niega a suscribir el acuerdo, que es refrendado por Marcos Falcón Briceño, conforme a la directriz dictada por el Presidente Betancourt y los demás factores de la coalición gobernante.

La situación se hace insostenible e irreversible; Castro se involucra directamente en la lucha armada para derrocar al régimen democrático venezolano, codicioso como siempre estuvo de los recursos y especialmente de nuestro petróleo, invierte armas dinero y hombres en tratar de imponer una dictadura comunista en Venezuela. La respuesta de Betancourt y de las Fuerzas Armadas Venezolanas, será contundente en todos los terrenos y el 11 de Noviembre de 1961, el gobierno venezolano anuncia la ruptura de relaciones diplomáticas con el gobierno de la Habana, la nota suscrita por el canciller Falcón Briceño, justifica la medida señalando que esta se produce en “… virtud de los violentos e injustificados ataques contra el orden político e institucional de Venezuela, su gobierno, y la persona del jefe del Estado, por altos personeros del régimen cubano…”

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