EL 24 de febrero de 2022 Rusia inició la invasión de Ucrania , en lo que un año después se considera una “guerra hìbrida” de alcance global.
Un año de la nueva guerra mundial
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Por: Manuel Felipe Sierra

“Biden visita Kiev por sorpresa para reunirse con Zelenski en vísperas del primer aniversario de la invasión rusa”, tituló el lunes veinte el diario español “El País”. La visita relámpago del mandatario norteamericano, rodeada de extremas medidas de seguridad, concluyó con el anuncio de la entrega de 500 millones de dólares más de ayuda militar al gobierno ucraniano y se interpreta también como una evidencia del apoyo directo de Estados Unidos a Ucrania, en un conflicto cuyas consecuencias directa o indirectamente se sienten en buena parte del mundo.

La III Guerra Mundial ha diferencia de la 1era y la 2da se ha concentrado geográficamente en la zona del Dombás y Kiev, pero sus efectos, un año después, quebrantan la economía mundial y en especial a los países de Europa; erosiona la confianza en la ONU y otras instancias internacionales y avanza en la reconfiguración de un nuevo poder geopolítico con Estados Unidos y China.

SANCIONES VS SANCIONES

Los ataques aéreos y el desplazamiento de fuerzas hacia territorios enemigos se han sustituido por la aplicación discrecional de sanciones personales y económicas, que hasta ahora han sido el mecanismo de castigo de Estados Unidos y la Uniòn Europea a países fuera de sus òrbitas: Irak, Libia, Siria, Yemen, Venezuela, Cuba y Nicaragua, entre otros. De esta manera se confirma que las sanciones económicas y sus efectos colaterales “son un arma de destrucción masiva” o como dice el ministro español Borrell: “un veneno con efecto lento”.

SOLDADOS Y MERCENARIOS

A diferencia de los batallones militares que marchaba al paso del himno patrio hacia el combate, ahora junto a ellos, se vive la “tercerización” de la guerra con el uso de grupos y bandas mercenarias que en su mayoría recurren a prácticas terroristas frente al enemigo. El “Grupo Wagner” de Rusia toma cada vez mayor protagonismo en la ocupación de territorios claves como Soledar en la ruta de Kiev. En el lado de Ucrania, el Batallón Azov, que se declara neonazi, desde el 2014 es un elemento fundamental en las más recientes operaciones de combate, al cual se suman otras organizaciones como Pravy Sektor y grupos “banderistas” en honor a Stepan Bandera, el líder fascista ucraniano asesinado en 1959 por agentes rusos.


LA POSVERDAD

Ya no se espera el reporte exclusivo del osado corresponsal de guerra que se jugaba la vida entre disparos y barrancos. La nueva guerra mundial hace suya la posverdad y se alimenta de la fake news. Ahora operan los laboratorios de bost para desinformar y hacer propaganda. Incluso los gobiernos de Europa mantienen bloqueados los medios de Rusia, en un insólito atentado a la libertad de información como un derecho democrático y humano, y las redes sociales se nutren de versiones tendenciosas o medias verdades. De esta manera, la posverdad se legitima también como un eficaz instrumento de guerra.

EL COSTO

A un año del conflicto las consecuencias de las sanciones económicas recíprocas se han hecho sentir en el continente europeo y principalmente en Alemania y Reino Unido. El periodista Alfredo Álvarez escribe: ”Al cumplirse un año de guerra en territorio ucraniano, tras la invasión rusa ,los balances de los costos por la guerra resultan alarmantes, no solo por la pérdida de vidas humanas, sino también en el ámbito económico. De acuerdo con varios expertos del Instituto de Economía Mundial de Alemania, los recursos, municiones, equipos y toda la infraestructura de la guerra asciende a un costo de 107 mil millones de dólares. La asistencia militar, financiera y humanitaria de la Unión Europea asciende a los 55.000 millones de dólares, mientras que los compromisos de Estados Unidos superan los 51.000 millones de dólares. La revista ”Forbes” indicó en noviembre de 2020 que el gasto de Rusia en la guerra ha sido de alrededor 82.000 millones de dólares. Estos incluyen 4.000 millones en misiles, 6.600 millones en artillería, 20.800 millones en equipos y 15.600 millones en salarios.”

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