Esta publicación de pensamiento renovado y abierto, enfrenta una desafiante misión en un país en transición cultural, social, económica y política
Revista Jesuita SIC, 85 años de acción en Venezuela
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Por: Macky Arenas

La emblemática Revista SIC cumple 85 años ininterrumpidos de labor editorial en Venezuela. Ha sido testigo y memoria viva de los procesos políticos y sociales que han marcado la realidad nacional durante más de 8 décadas, siempre potenciando el deseo de servir al país desde la justicia que brota de la fe y busca la reconciliación, en un contexto de heridas históricas y de transformación del resentimiento en política de Estado.

Esta ocasión es propicia para la autorreflexión, el discernimiento y el relanzamiento de este loable esfuerzo. Aleteia conversó con el director de la Revista, Juan Salvador Pérez, un joven gerente, laico, Magíster en Estudios Políticos y de Gobierno. Es casado y con tres hijos, formado en la espiritualidad ignaciana. Hoy lleva sobre sus hombros la responsabilidad de dirigir una publicación que casi siempre tuvo al frente a un sacerdote jesuita.

Después de la destacada profesora y psicóloga Mercedes Pulido, quien fuera embajadora y Ministra de la Familia en tiempos de la democracia, eres el primer laico -y tan joven- en estar al frente de SIC…

Exactamente así es. Comencé en 2020. Ha sido un reto muy interesante. Vengo del mundo gerencial . Llevaba las relaciones corporativas de varias transnacionales. Cuando me llamó SIC acepté con mucho gusto.

Una buena apuesta de los jesuitas por la gente joven, todos esos talentos emergentes de los cuales formas parte pues cuando SIC se fundó tú ni habías nacido…

¡Ni soñaba en nacer! Hay un proceso de cambio necesario en la revista y también en los enfoques. Se había convertido en el bastión de una manera de entender la teología social y es importante mantenerlo pero no puede ser lo único pues ya hoy el público te pide otras maneras de tratar los contenidos. Pueden ser los mismos pero cambia el abordaje. Allí creo que está el principal reto de la revista hoy en día. En adelante, debía seguir siendo una herramienta para la reflexión y discernimiento de la persona y de los procesos sociales. Ese reto nació con la revista y se mantiene vigente. Levantamos la bandera de temas importantes teniendo como norte incidir en quienes nos leen y también en quienes conducen los procesos sociales. Debemos mantener arriba los principios de la Doctrina Social de la Iglesia.

Una Revista que se puede hablar de tú a tú con cualquier medio secular en Venezuela pues mantener en este país instituciones longevas no es fácil

La Revista SIC nace en 1938, aún gobernando el general López Contreras. Venezuela nace al siglo XX después de la dictadura de Juan Vicente Gómez, es decir que SIC ha vivido todo el siglo XX hasta hoy en día. Nació en un país rural y ha sido testigo de todos los cambios sociopolíticos y culturales en este país desde entonces. Una memoria imprescindible.

SU NOMBRE ES UNA MARCA

Las siglas SIC vienen del Seminario Interdiocesano de Caracas, en La Pastora a noroeste de la ciudad. También SIC viene del latín y significa “así es” o “así sea”.

En nuestros tiempos, ¿qué crees que está aportando SIC?

Tres cosas. Lo primero es la institucionalidad. 85 años representan una institución para un país nobel como es Venezuela. La capacidad de reunir toda la memoria histórica desde el año 1938 hasta hoy en día a través de sus editoriales los cuales se pueden consultar sin problemas en nuestra web. También los trabajos y debates que allí se protagonizaron.

Se refleja cómo ha ido reaccionando el país ante los acontecimientos que lo han marcado y una completa visión del país a través de análisis de plumas realmente relevantes. Muchas de las cuales aún escriben en SIC. Por otra parte, es muy importante destacar que en sus páginas se ofrece una visión católica y cristiana de toda la dinámica histórica de nuestra sociedad, aparte de propuestas concretas que dan mayor proyección y validez a los análisis.

Por último y tal vez lo medular es que en SIC se habla desde la fe. Todos quienes participan y opinan son creyentes, lo cual se proyecta aún más determinante, no sólo en Venezuela sino en el mundo de nuestros días.

Sobre todo en algunos tramos de la historia, los contenidos de SIC han sido referenciales. Mucho se recuerda la famosa homilía de Monseñor Arias Blanco en 1957, la cual se considera como el punto de partida del proceso que condujo al derrocamiento de la dictadura, hecho que acaba de cumplir 65 años el 23 de enero pasado. El obispo, en honor a la verdad, lo que hizo fue reproducir una investigación publicada en SIC, que denunciaba la injusta situación social del país.

En aquél momento la denuncia fue de carácter social y sindical. Era una situación insostenible y lo que el obispo expuso fue la desigualdad y las graves carencias sociales de los trabajadores en el país. No se trataba que SIC estuviera en actividades conspirativas, sino que es misión del creyente denunciar las injusticias. Es Evangelio puro.

Cualquier publicación o medio que hable desde la fe tiene siempre la tentación de convertirse en un vocero puramente eclesial. SIC ha estado en la sociología política de Venezuela de una manera muy orientadora pero también dictando pauta en relación al análisis y a la crítica.

Es que no se trata de ser un catecismo, sino de insertar tu visión católica en la vida real, en los problemas de hoy en día. Como dice el filósofo español José Antonio Marías: “Dios actúa en el mundo de los hombres y las mujeres a través de los hombres y las mujeres”. Nos toca tener claridad en lo que queremos cambiar y cómo lo haremos. De eso se trata el discernimiento.

Todos los papas han insistido en que una cosa es discernir y otra quedarse allí. Hay que pasar a la acción social, a tener incidencia en nuestro mundo y contribuir al bien común…

Desde 1891 con la Rerum Novarum de León XIII hasta Francisco, todos los papas han tenido un planteamiento social serio, profundo, que penetra en sus tiempos para conectarse a la realidad. Y se nota, uno siente una Iglesia comprometida con los procesos de cambio en los países.

La situación de la revista, a 85 años, ¿cómo se encuentra después de todas estas transformaciones tecnológicas que han caracterizado y afectado el mundo periodístico?

La revista está viviendo un proceso interesantísimo de cambio y adaptación a los nuevos tiempos y al consumo de la audiencia. Ya la gente difícilmente lee una revista o periódico completo. Igual, ya casi no los hay impresos.

Los hábitos de consumo digital, los celulares inteligentes, cambiaron por completo la tendencia del lector. SIC, como toda publicación de análisis, tendía a tener trabajos muy densos y ha sido necesario reducir su extensión. En el mundo entero los medios se han enfrentado a retos de cambios muy significativos en sus contenidos y procesos.

La Civilitá Católica, revista de los jesuitas -la SIC de Roma- viene desde 1860. Igualmente la Revue Etudes, data de 1800; también, Razón y Fe, la española, comenzó en los 1900, todas han sufrido cambios y han migrado al mundo digital. Nosotros, a partir del 2021 tenemos página web y presencia virtual en plataformas y redes. Nos ha ido muy bien.

En nuestro país, la censura ha cubierto como una nube negra a los medios, a todo lo que es la comunicación social en Venezuela. ¿Cómo lo han vivido en SIC, cómo incide en su línea editorial?
La línea la definió el Padre Manuel Aguirre (sj) en 1938, a partir del Editorial No.1 y se mantiene igual: alvar ser la voz de la Iglesia Católica en Venezuela en los temas sociales. No tenemos mayores constricciones, somos un medio libre, nadie nos llama a decir lo que tenemos que hacer. Eso está fijado desde siempre en la dirección que acabo de señalar.

No estamos metidos en el conflicto político. No somos comerciales, no cotizamos en la bolsa ni competimos por ventas. Somos una referencia, una manera de entender la problemática sociopolítica y económica a través de análisis muy de fondo, sin estridencias ni superficialidades, intentando ser objetivos y, sobre todo, positivos. Proponemos una visión de país. Lo que sí es seguro es que no nos quedamos en la denuncia
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