El mandatario colombiano enfrentara un escenario caracterizado por dos graves fenómenos, que diferencian su país del resto de las naciones latinoamericanas: los fenómenos de la violencia estructural y del narcotráfico
Petro: Entre la Paz y la Droga
      A-    A    A+


Por Carlos Roque


Gustavo Petro tomo posesión el 7 de agosto en una ceremonia en la Plaza Bolívar de Bogotá, con varios elementos simbólicos. Se hizo llevar la espada de Bolívar que había sido secuestrada por el grupo M-19 en los años 70 y que fue regresada en 1991 en vísperas de la convocatoria en una Asamblea Constituyente. Ni que decir de la composición del público asistente con la presencia de sectores populares, organizaciones sindicales, grupos afro descendientes y personajes icónicos de varias regiones. Por supuesto, con asistencia de mandatarios de la región, del Rey de España Felipe VI y ex presidentes como Cesar Gaviria, Juan Manuel Santos y Ernesto Samper.

ACUERDO NACIONAL
Tal como lo había anunciado durante la campaña, Petro pronuncio un discurso llamando a un Acuerdo Nacional inclusivo como la única manera de abordar un periodo que dada la complejidad de la situación social y económica de la nación requiere de decisiones apuntalas no solo, en el partido ganador Pacto Histórico, sino en otros organizaciones que participaron con candidatos y programas propios. Obviamente, a diferencia de lo que ocurre con otros gobernantes que el inicio de sus mandatos hacen una relación de medidas puntuales para problemas concretos, en el caso de Colombia se trata de abordar una problemática que escapa a la capacidad de los equipos gobernantes.

GABINETE
Días antes a la toma de posesión, se habían anunciado los nombres de reconocidos especialistas y políticos pertenecientes de su gran mayoría a organizaciones tradicionales y que ya habían ejercido altas posiciones en los gobiernos anteriores. Nombres como Álvaro Leyva Durán en Relaciones Exteriores, José Antonio Ocampo Gaviria en Hacienda y Crédito Público, Néstor Iván Osuna Patiño en Justicia y del Derecho, Iván Velásquez Gómez en Defensa Nacional, Darío Germán Umaña Mendoza en Comercio, Industria y Turismo, y entre otros que conforman un equipo ministerial de incuestionable reconocimiento en el país.

GRANDES TAREAS
Petro se refirió a los dos temas que tendrán en su gobierno una consideración especial y para lo cual se requiere de funcionarios que mas allá de su formación merezcan respeto nacional toda vez que la lucha contra el narcotráfico y retomar el camino de la paz política exigen de una participación de diversos sectores al margen de sus propias inclinaciones políticas y militancias partidistas. El gobernante aseguro que la lucha contra el narcotráfico que se libra conjuntamente con Estados Unidos y otras naciones a resultado un fracaso y que exige de una redefinición de objetivos y un amplio concurso internacional. Hay que recordar que Colombia es el principal productor de droga a nivel mundial, un fenómeno que contamina la vida del país y que tributa para alto niveles de violencia social. También el gobernante anuncio que se retomara la activación de los Acuerdos de Paz suscritos por Juan Manuel Santos en el 2016 y que posteriormente, el gobierno de Iván Duque fue incapaz de consolidar con medidas efectivas. En este sentido, anuncio un dialogo con el Ejercito Nacional de Liberación (ENL) y como dato novedoso el comienzo de un negociación jurídica que no política con grupos paramilitares y de la violencia criminal. En los últimos años, si bien ocurrió la desmovilización de la FARC y otros grupos guerrilleros de menor importancia, la guerra ahora sin el control propio de las confrontaciones militares se traslado a las ciudades en una violencia social que cosecha casi diariamente números masacres y las muertes de dirigentes sociales que resultan impunes.

VENEZUELA
Si bien escapo a su discurso, Petro ha anunciado el restablecimiento a todos los niveles de las relaciones diplomáticas y comerciales con Venezuela interrumpidas en 2015 y posteriormente en 2019 hasta ahora que en la práctica han determinado una poderosa corriente migratorias de venezolanos en las ciudades vecinas, a costo y pérdidas en una relación comercial histórica entre los dos países y el incremento de la violencia criminal de grupos narcotraficantes especializados en el secuestro en las zonas fronterizas de Apure, Táchira y Zulia. ¿Tendrá éxito la enorme propuesta de Petro? Más allá de ello, lo cierto es que las dimensiones trágicas de ambos fenómenos plantean la necesidad de esfuerzos y medidas urgentes y que comprometan el esfuerzo de la mayoría de la población. 





Ver más artículos de Carlos Roque en